Miércoles, 10 de Septiembre de 2025

Redacción
Viernes, 22 de Noviembre de 2024
1ª RFEF

La inteligencia rojiblanca se impuso al querer sin poder del Lugo: (2-0)

Dos goles en la primera media hora del partido, permiten al Zamora CF sumar tres puntos esenciales para mirar la Liga desde otra perspectiva, después de un partido con un guión escrito por los rojiblancos

Esta semana, según propia confesión, el profesor, Juan Sabas, le preguntó a sus alumnos, plantilla rojiblanca, algo esencial: ¿Dónde queréis estar?  La cuestión parece baladí, pero tiene su importancia para la psique colectiva de un equipo de fútbol.  Y esta noche, en un día estúpido, viernes, y a una hora poco grata para jugar al fútbol, sus jugadores respondieron sobre el césped: anhelan jugar por un puesto que les aparte del infierno futbolístico y les acerque a la gloria. Y así fue.

 

Sostengo que los tres puntos sumados esta noche responden al triunfo de la inteligencia sobre el querer y no poder, sobre la ucronía futbolística. Los rojiblancos, perfectamente coordinados, salieron al campo buscando el gol ante un equipo que solo había encajado ocho en este primer tercio de la Liga. Si exceptuamos un ataque lucense al inicio del partido, que llegó más por casualidades del futbol que debido a un ataque pensado, los de Sabas dibujaron el partido que les convenía. Fueron trabajándose la victoria. Y su primer golpe llegó en el minuto 20, merced a una jugada de estrategia estática, a la salida de un córner, que desconcertó a la zaga gallega, pero no a Clavería, escondido entre tanta gente, que, con un toque sutil, cerca del marco lucense, abrió el marcador. Ahí nacía el triunfo de la inteligencia.

 

A partir de ese instante, Lugo buscó empatar el choque de forma inmediata. Lanzó unos cuantos saques de esquina, pero Carlos Gutiérrez, que hoy volvía a la titularidad, reinó en la batalla aérea.

 

Lo cierto es que uno de los equipos menos goleados del grupo tuvo diez minutos de mando, frente a un Zamora que ya sabía a qué jugar. Hasta que llegó el segundo tanto, producto de un error del portero, que aprovechó Guille Macho para lanzar un centro al segundo palo, a media altura, para que Rufo demostrase que los argentinos, hijos de la madre patria más talentosa, metiese el cuero en el marco rival. Minuto 31.

 

El Lugo solo había mostrado peligro en lanzamientos de córneres y en las acciones individuales de Jon Cabo, genuino producto de la cantera del Athletic Club de Bilbao.

 

A partir de esa media hora de juego agotado, el Zamora no se echó atrás, pero permitió que el Lugo se creyese que dominaba, que llevaba el ritmo del partido. Mientras, la colosal labor de desgaste de los rojiblancos, más su claridad de ideas, bastaron para cerrar la primera entrega con esa ventaja sustancia. El cuadro gallego había recibido un cuarto de los goles encajados en trece jornadas en media hora.

 

Tras el paso por vestuarios, los rojiblancos continuaron jugando con talento. Le dejaron la pelota a los lucenses, que no supieron cómo sacarle jugó a su dominio. Escobar, el técnico gallego, hizo otro favor al Zamora, porque sacó del césped a su mejor jugador, al más peligros en ataque, Jon Cabo, cuando se había cumplido la primera hora de partido.

E. Navascués de Zubiría

 

Fotografía: Macho busca el balón dentro de la portería lucense, mientras Clavería y Pito Camacho muestran su euforia tras el primer gol del partido (Esteban Pedrosa)

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