¿Humanizar sin arboles?

Doy por hecho que las obras de la avenida de Requejo forman parte de lo que lleva el título de “humanización” y, ya puestos, meto en el saco a Vista Alegre, en cuyas nuevas aceras de la N-122 no he visto ni un solo alcorque donde alojar un árbol.

Cualquiera que conozca la zona, sabe que, desde donde acaban Los Bloques hasta la rotonda donde acaba la autovía ZA-12, es un secarral, la mayoría con miras de nuevas construcciones que no acaban de llegar, aparte de las ya habitadas, que no entran de lo que ahora escribo, que es de refrescar con árboles y zonas verdes y no darle más importancia al asfalto si lo que realmente queremos es humanizar.

José Luis Hernández Rodríguez, el “Zamorita” pequeño, un amigo zamorano que vive en Madrid hace una hartura de años, me dijo un día que allí no había una sola calle sin árboles. Desconfiado yo -como mi tocayo santo Tomás, el apóstol- solía fijarme por cada calle que transitaba y no encontré ni un renuncio en la aseveración de José Luis (Jose para los amigos).

Cierto es que Zamora no tiene la contaminación de Madrid, entre otras cosas por falta de industrias, pero una cosa no quita la otra, aunque sea en menor medida y, ya de puestos a levantar aceras, pongámosles alcorques a las nuevas y que ese paseo nos sea más grato en verano a la sombra de cualquier árbol autóctono que tengan a bien plantar y después mantener, claro, con el correspondiente riego, lo poco que nos pide el amigo árbol para seguir en pie y que a veces, solo a veces, se olvida.

Por lo demás, si humanizar es hacer más estrechas las zonas asfaltadas para que los coches aminoren su marcha y hacer más anchas las aceras para que los peatones las puedan compartir con bicicletas, patines eléctricos y otra fauna con ruedas, entonces que se vayan a humanizar a otra parte, como pueden ser las murallas de la ciudad, para que cuando miremos los muros de la patria nuestra, no nos tengamos que avergonzar.