Gonzalo González Ramos, distinguido hijo adoptivo de Oviedo: “Llevo a Zamora en el alma”

En el año 1977, el zamorano Gonzalo González Ramos se llevó a Oviedo la firma de Calzados Casino. Desde entonces el empresario reside en la ciudad asturiana, de la que habla maravillas. “Nos acogieron muy bien, es una ciudad encantadora”, asegura, pero añade “llevo a Zamora en el alma”, dejando claro que no ha olvidado sus orígenes.

Conversamos por teléfono con Gonzalo González Ramos a unos días de recoger la grata distinción de hijo adoptivo de Oviedo, ciudad en la que reside y donde extendió su negocio familiar. Dentro de muy poco, en apenas tres años, hará 50 años desde que este zamorano y su familia se trasladaron a Oviedo, donde expandieron su firma de calzado. Ya contaban con tiendas en diferentes puntos de la comunidad, como Zamora, León, Salamanca, Valladolid, o Palencia, y tras el consejo de su amigo Esteban Greciet, decidieron continuar con la ampliación del negocio en la capital asturiana. “Vete a Oviedo que no te pesará”, recuerda las palabras de su amigo, “y tenía razón”.

Pero, a pesar de los años, Gonzalo González Ramos no se olvida de “su Zamora”, de la que conserva muchos recuerdos y grandes amigos. Ejemplo de ello es que al acto de distinción de hijo adoptivo de Oviedo acuden en representación de Zamora buenos amigos de la tierra del empresario, Fernando Primo, José Luis Heptener, y Dioni Alba. “Me da una gran alegría que vengan al acto”, reconoce emocionado.

A sus 95 años, tras preguntarle qué es lo que más ha echado de menos de Zamora en todo este tiempo Gonzalo reconoce que “de Zamora lo echo todo de menos”.

Continuamos indagando si le hubiera gustado quedarse en Zamora, y, por supuesto asegura que le hubiera encantado, “tengo piso en Zamora, y vamos a pasar allí San Pedro, Semana Santa y alguna que otra fecha, con los grandes amigos que tenemos”.

“Zamora es mucho Zamora”, afirma tajante mientras también recuerda la cantidad de reportajes que ha realizado en nuestra tierra, porque además de empresario del calzado Gonzalo es y ha sido un apasionado del cine y del mundo del reportaje.

“En Zamora tengo montones de reportajes, la voladura de las Calderas, las Romerías de La Hiniesta, el Cristo de Morales…”, enumera Gonzalo. De la Romería de la Hiniesta asegura tener al menos 15 reportajes, “año tras año”, y fue reconocido Hermano de Honor de la Cofradía de La Hiniesta, y es que para este zamorano “la Romería de la Hiniesta es de las mejores de España”.

De Oviedo, cuenta maravillas. “Oviedo está precioso y es una gran ciudad”, y continúa, “Asturias es muy bonita y tenemos un gran paisaje y una ciudad muy elegante”. Asimismo, como no podía ser de otra manera para este amante de la cámara, también ha realizado multitud de reportajes, tanto de la ciudad como de las Romerías de la provincia.

Con sus cintas y películas ha sido reconocido y premiado en varias ocasiones.

Entre sus múltiples recuerdos en las filmaciones de sus películas y reportajes, Gonzalo nos cuenta la anécdota que vivió en el puente del Ferrocarril, donde se situó porque quería captar la imagen de la Catedral, el Puente de Piedra y el Duero. En ese instante se vio sorprendido por el paso de un tren. El empresario consiguió agarrarse con fuerza a la barandilla con una mano y con la otra mantener la cámara, en un momento en el que “volvió a nacer”. Tras el paso del tren descubrió que no había filmado nada porque la cámara estaba apagada, pero si recuerda como “ese día nací”.

“De Zamora lo tengo todo, montones de anécdotas”, continúa Gonzalo. Lo que más le gusta de Zamora es la Semana Santa, aunque presume de trasladar un poco de ella a Oviedo, asegurando que “la de Oviedo ahora mismo se puede codear con las mejores de España”, y de la que, por supuesto, también ha hecho reportajes de alguna de sus procesiones.

En su día a día, Gonzalo González Ramos pasea, casi sin saberlo, todos los días por Zamora, ya que no hace mucho le compró un cuadro al gran Antonio Pedrero. “Una joya” que el artista zamorano pintó para él, en la que sale la Catedral y el río, y el cual tiene situado en una sala de su casa por la que pasa todos los días.

¿Sabes lo que me gustaba de Zamora? las famosas nieblas de la Purísima, nos confiesa Gonzalo inmerso en sus recuerdos, y suspira cuando le contamos que hoy mismo hubiera disfrutado de una de ellas.

Hoy, este empresario zamorano, tras casi cincuenta años de vida en Oviedo, recibe el reconocimiento de hijo adoptivo de la ciudad asturiana, de la que solo tiene buenas palabras. Pero, zamorano del alma, se despide de nosotros recordándonos que disfrutemos de “su” Zamora.