Miércoles, 10 de Septiembre de 2025

E. Navascués de Zubiría
Lunes, 02 de Diciembre de 2024
ANÁLISIS

El Zamora CF pierde por errores domésticos, pifias endémicas

Los rivales no necesitan jugar un gran fútbol para ganar a los rojiblancos

E. Navascués de Zubiría

 

Anoche, tras la derrota, triste, como casi todas, pero esta aun más, me formulé una sencilla pregunta sobre la deriva del Zamora CF durante las jornadas que llevamos disputadas: ¿Hasta cuándo los rojiblancos seguirán suicidándose en saques de esquina, faltas bombeadas al área y otras cuitas? Porque ayer, los hombres de Juan Sabas se parecieron, para nuestra desgracia, a los de los primeros partidos de la Liga, los que les sancionan su clasificación actual. La estupidez de Fermín no la cuento, porque ya el Zamora olía a derrota y los nervios de la derrota acuciaban a cada uno de los once jugadores rojiblancos sobre el césped de Balaídos.

 

Quizá, los futbolistas no han caído en la cuenta, a estas alturas de la competición, que la mayor parte de los partidos se deciden en saques de faltas y de esquina, en fútbol estático, y no en jugadores combinadas, de asociación. Se ceden córneres a la buena de Dios, sin advertir que el peligro rival se genera desde las esquinas. El que concedió el primer tanto céltico es un ejemplo de mi aserto.

 

También se hacen faltas sobre jugadores rivales que controlan el balón de espaldas a la propia portería, que después generan lanzamientos peligrosos al área. Hay acciones que reflejan que se juegan más con el corazón que con la cabeza. Hay que ser más inteligentes sobre el césped, pensar más en qué hacer con cuerpo y piernas, para presionar al adversario como marca el Reglamento, nunca regalar al contrario faltas innecesarias que concluyen en peligro máximo para mantener la integridad de tu portería.

 

Por otra parte, no se puede jugar sin un ariete, porque es dar ventajas a la defensa rival y condicionar, en demasía, tu juego de ataque. Luis Rivas, pese a su velocidad, no es jugador para el remate de centros a la cabeza. También parece que esa posición es gafe. Roni no sale de lesiones musculares, cosa lógica, porque su pretemporada resultó atípica, y Pito Camacho se parte el pecho presionando a los rivales, con aceleraciones bruscas en la presión a esos zagueros.

 

Y, con la baja, eterna, de Juanan, el Zamora sigue jugando sin un medio de cierre, de un hombre que cribe el juego rival antes de llegar a zonas de peligro y también genere juego desde atrás, una de las características de este equipo que dirige Sabas, que gusta de dibujar un buen fútbol y tener la pelota.

 

 

Jugadores fundamentales, como Tresaco, Joel y Mancebo, exteriores de gran calidad, todavía se hallan lejos de su mejor forma. Por lo tanto, no se les puede exigir que arreglen los partidos en veinte minutos. Tendrán que ir jugando minutos para volver a reconocerse sobre el césped, a adquirir confianza.

 

Y todo esto sucedió en la semana de la Copa del Rey, en la que el club se juega mucho, porque, de clasificarse el Zamora para la siguiente ronda, podría tocar en suerte un Primera División. Hubiera sido ideal que los rojiblancos recibiesen al Tenerife en puestos de fase de ascenso. Pero a este equipo le castigan muchísimo los errores domésticos. ¿Hasta cuándo?

 

Fotografía: Zamora CF

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