
NUESTRA HISTORIA
El Carro Triunfante
La monumental Custodia que desfila por las calles de nuestra ciudad el día de la festividad de Corpus Christi tiene su origen en los luctuosos sucesos acaecidos en el siglo XI, cuando Zamora se estremecía a consecuencia del conocido como “Motín de la Trucha”.
En el manuscrito señalado con el número 20 del archivo de nobles de la antiquísima parroquia abacial de Santa María la Nueva de esta ciudad, al describirse el suceso del incendio de la citada iglesia con motivo del motín popular ocurrido en la Edad Media y conocido con el nombre “cuestión de la trucha”, se dice que el Papa Alejandro III impuso por penitencia a las turbas incendiarias, ya arrepentidas y refugiadas en la raya de Portugal, la construcción de un retablo, que llevase cien marcos de plata, cien ducados de oro, y ciento dieciséis piedras preciosas, encargando la pronta ejecución de esta promesa al Obispo D. Esteban.
En algunas copias de este manuscrito se indica que con estos materiales se construyó algunos siglos después la bellísima Custodia o Carro Triunfante, como popularmente se le conoce, si bien las piedras preciosas de que trata el manuscrito, y aún el oro a que se alude, no figuran en la monumental Custodia, bien porque se dieran en su equivalencia en plata, o porque sirvieran para pagar el coste de la elaboración de tan primorosa obra de arte.
Lo cierto es que la Custodia que desfila el día de Corpus Christi está construida en el estilo ojival (gótico) que imperó desde el siglo XIII al XIV, con la delicadeza y minuciosidad de sus múltiples y bien combinados detalles. Consta de tres cuerpos, su forma, en conjunto, se asemeja a las torrecillas góticas que adornan el coro de la Santa Iglesia Catedral, pudiéndose apreciar la riqueza de sus calados y filigranas en las agujas que la decoran.
Según los expertos, son notables los bajorelieves que representan escenas de la Pasión del Salvador.
En segundo cuerpo, donde se aloja el Sagrado Viril, alrededor del cual se hallan colocadas doce figuritas talladas en plata sobredorada representando a los doce apóstoles, y en el tercer cuerpo hasta la cúpula se hallan construidas en el mismo metal preciosas miniaturas de los Santos Reyes, Profetas, el Patrón de la Diócesis San Atilano y El Salvador como remate.
Merecen también destacarse las cuatro columnas que sostienen el dosel que acoge la referida Custodia.
Los datos históricos y descriptivos del “Carro Triunfante” se han obtenido de la reseña escrita por D. Casimiro de Erro Irigoyen, Canónigo magistral que fue de la Catedral de Zamora y escritor de numerosos artículos. Falleció en 1890.
Balbino Lozano
La monumental Custodia que desfila por las calles de nuestra ciudad el día de la festividad de Corpus Christi tiene su origen en los luctuosos sucesos acaecidos en el siglo XI, cuando Zamora se estremecía a consecuencia del conocido como “Motín de la Trucha”.
En el manuscrito señalado con el número 20 del archivo de nobles de la antiquísima parroquia abacial de Santa María la Nueva de esta ciudad, al describirse el suceso del incendio de la citada iglesia con motivo del motín popular ocurrido en la Edad Media y conocido con el nombre “cuestión de la trucha”, se dice que el Papa Alejandro III impuso por penitencia a las turbas incendiarias, ya arrepentidas y refugiadas en la raya de Portugal, la construcción de un retablo, que llevase cien marcos de plata, cien ducados de oro, y ciento dieciséis piedras preciosas, encargando la pronta ejecución de esta promesa al Obispo D. Esteban.
En algunas copias de este manuscrito se indica que con estos materiales se construyó algunos siglos después la bellísima Custodia o Carro Triunfante, como popularmente se le conoce, si bien las piedras preciosas de que trata el manuscrito, y aún el oro a que se alude, no figuran en la monumental Custodia, bien porque se dieran en su equivalencia en plata, o porque sirvieran para pagar el coste de la elaboración de tan primorosa obra de arte.
Lo cierto es que la Custodia que desfila el día de Corpus Christi está construida en el estilo ojival (gótico) que imperó desde el siglo XIII al XIV, con la delicadeza y minuciosidad de sus múltiples y bien combinados detalles. Consta de tres cuerpos, su forma, en conjunto, se asemeja a las torrecillas góticas que adornan el coro de la Santa Iglesia Catedral, pudiéndose apreciar la riqueza de sus calados y filigranas en las agujas que la decoran.
Según los expertos, son notables los bajorelieves que representan escenas de la Pasión del Salvador.
En segundo cuerpo, donde se aloja el Sagrado Viril, alrededor del cual se hallan colocadas doce figuritas talladas en plata sobredorada representando a los doce apóstoles, y en el tercer cuerpo hasta la cúpula se hallan construidas en el mismo metal preciosas miniaturas de los Santos Reyes, Profetas, el Patrón de la Diócesis San Atilano y El Salvador como remate.
Merecen también destacarse las cuatro columnas que sostienen el dosel que acoge la referida Custodia.
Los datos históricos y descriptivos del “Carro Triunfante” se han obtenido de la reseña escrita por D. Casimiro de Erro Irigoyen, Canónigo magistral que fue de la Catedral de Zamora y escritor de numerosos artículos. Falleció en 1890.
Balbino Lozano
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