NUESTRA HISTORIA
El Sillón de la Reina
A los pies de la muralla que circunda la antigua ciudad de Zamora, entre la desaparecida Puerta del Mercadillo y el Portillo de la Lealtad que da acceso a las inmediaciones del Castillo, se encuentra el Sillón de la Reina, cuya antigüedad es para mí desconocida, por mucho que escudriñe cada una de sus maltratadas piedras ribeteadas de grafitis.
Tampoco he tenido a mi alcance documentos que puedan avalar que fue utilizado por alguna noble dama, que pudo ser la Reina Doña Urraca en las postrimerías del siglo XI, época de su reinado en Zamora.
Podemos imaginar innumerables momentos solemnes acaecidos en torno a ese monumental trono de piedra en el que, además de la soberana, tenían espacio para sentarse unos cuantos acompañantes de su corte.
El lugar en que se encuentra emplazado ese real asiento, frente al Bosque de Valorio y al lado del paseo de San Martín, es idóneo como sitio de recreo para disfrutar largos ratos descansando, y también pudo prestarse para presidir actos solemnes como desfiles, justas, singulares combates, exhibiciones o arengas para enfervorizar al pueblo.
Hasta es posible que, en épocas posteriores al reinado de Doña Urraca hubieran empleado el monumental asiento para realizar desde allí alguna ceremonia con motivo de festividades o protocolos. En realidad, el escenario se presta para fantasear las más truculentas leyendas de la Edad Media o de tiempos posteriores.
Ya que ese pétreo monumento ha llegado hasta nuestros días, bien podía el Ayuntamiento preocuparse por la limpieza de los grafitis que embadurnan las piedras y adecentar su presentación para disfrute de los zamoranos y de los visitantes.
Balbino Lozano
A los pies de la muralla que circunda la antigua ciudad de Zamora, entre la desaparecida Puerta del Mercadillo y el Portillo de la Lealtad que da acceso a las inmediaciones del Castillo, se encuentra el Sillón de la Reina, cuya antigüedad es para mí desconocida, por mucho que escudriñe cada una de sus maltratadas piedras ribeteadas de grafitis.
Tampoco he tenido a mi alcance documentos que puedan avalar que fue utilizado por alguna noble dama, que pudo ser la Reina Doña Urraca en las postrimerías del siglo XI, época de su reinado en Zamora.
Podemos imaginar innumerables momentos solemnes acaecidos en torno a ese monumental trono de piedra en el que, además de la soberana, tenían espacio para sentarse unos cuantos acompañantes de su corte.
El lugar en que se encuentra emplazado ese real asiento, frente al Bosque de Valorio y al lado del paseo de San Martín, es idóneo como sitio de recreo para disfrutar largos ratos descansando, y también pudo prestarse para presidir actos solemnes como desfiles, justas, singulares combates, exhibiciones o arengas para enfervorizar al pueblo.
Hasta es posible que, en épocas posteriores al reinado de Doña Urraca hubieran empleado el monumental asiento para realizar desde allí alguna ceremonia con motivo de festividades o protocolos. En realidad, el escenario se presta para fantasear las más truculentas leyendas de la Edad Media o de tiempos posteriores.
Ya que ese pétreo monumento ha llegado hasta nuestros días, bien podía el Ayuntamiento preocuparse por la limpieza de los grafitis que embadurnan las piedras y adecentar su presentación para disfrute de los zamoranos y de los visitantes.
Balbino Lozano



















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