El Zamora CF empata en el último suspiro un partido condicionado por la Copa (1-1)

El Zamora CF pudo con el cansancio de la prórroga de la Copa del Rey, con un arbitraje que extendió el terrorismo futbolístico sobre cualquier acción mínima de los rojiblanco, mostrando amarillas hasta de pensamiento; expulsando a Luis Rivas, por agresión, cuando solo me pareció un tropezón con el jugador gallego; con un penalti que paró, magistralmente,  Fermín, para empatar en el último segundo, tras un córner y un barullo en el área chica del Orense, que remató José Carlos, a metro y medio de la línea de gol visitante.

La media de hora de la prórroga ante el Tenerife marcó el partido de Liga ante el Orense. Los rojiblancos, para aguantar físicamente, tenían su superar a su rival en la primera parte. Y el Zamora jugó a marcar y marcar. Pero errores domésticos y pelotas que sacaron bajo palos defensas gallegas, lo impidieron. Orense, que también jugó Copa del Rey con mejor resultado, porque eliminó al Deportivo de La Coruña, y, además, sin añadido de media hora, demostró, más tras marcar su gol, minuto 36, en una gran jugada colectiva, ser, para mí, el mejor equipo que pasó esta temporada por el Ruta de la Plata. El club de la ciudad de las termas forma un buen bloque, pero, además, cuenta con individualidades excelentes como Del Olmo, rápido y habilidoso; Sánchez, potente y veloz; Jerín, un maestro en la medular, y Carbonell, otro buenísimo futbolista.

Sabas formó un once inicial con los jugadores que, a su juicio, tenían mejor físico, dejando para tiempos difíciles a Ramos y Joel Priego. Pero con un gol en contra, obligó al técnico madrileño a contar con esos dos jugadores nada más iniciarse la segunda mitad. Sustituyeron a Márquez y Guille Macho, tocados físicamente.

Pero el Zamora de la segunda mitad fue un equipo que jugó con prisas, acelerado, sin capacidad de racionamiento, lo que favoreció el juego de Orense, que demostró su nivel futbolístico.

Un penalti, claro, que pararía Fermín en extraordinaria intervención, pudo haber cerrado el partido. Ese paradón tampoco resucitó a sus compañeros que, como he expresado con anterioridad, jugaban con demasiadas prisas y poco razonamiento. Habría hecho falta un director de orquesta para dirigir a sus compañeros.

Como el equipo no reaccionaba, Sabas introdujo otros dos cambios, dando entrada a Karlo y Luis Rivas, buscando velocidad en ataque. Salieron del campo Campabadal y Roni.

El técnico orensano, que había dejado en la caseta a Del Olmo tras la primera mitad, movió su banquillo a partir del minuto 68, para en cinco minutos, introducir tres cambios.  

Y el partido pasó del color gris al negro para el Zamora, cuando el árbitro, Colegio Asturiano, expulsaba a Luis Rivas, roja excesiva. Quedaban diez minutos hasta el 80 y cinco de añadido.

Orense se prodigó poco en ataque y los rojiblancos lo intentaban por las bandas, pero no hubo un solo centro bien dirigido, ni tampoco se acertó en el lanzamiento de saques de esquina, salvo el del minuto 96, génesis del gol del empate. Incluso Fermín subió a rematar el saque de esquina. Si el portero hubiera marcado y no José Carlos, habría salido a hombros.

Un punto más para un Zamora que pagó ante el Orense su esfuerzo descomunal en la Copa del Rey. No me sorprendió la segunda parte de los rojiblancos, donde más se notaron las secuelas de los 120 minutos ante el Tenerife.

Ahora hay que descansar de tanto esfuerzo seguido y prepararse para seguir sumando puntos antes de que lleguen las vacaciones de Navidad.

Fotografías: gol del Zamora CF (Esteban Pedrosa)