Garantías que dijeron adiós

¿Se imaginan armar un caos que cause un lío importante y que fundamentalmente genere un problema a la estabilidad jurídica del país? No se lo imaginen, es una realidad, una realidad que desde hace tiempo carece de garantías y certezas: éstas dijeron adiós, dijeron “hasta luego cocodrilo”. Sí, la aprobación de ciertas leyes causan confusión, y el ciudadano no está para confusiones, quiere las cosas claras, no quiere inventos que de antemano ya se sabe que no funcionan. El españolito no desea ser jodido por todas partes, quiere un lenguaje claro y conciso, palabras entendibles que no se caractericen por el doble sentido, desea castellano actual, no lenguas romances de antaño. Las nubes negras, los nubarrones, no se ahuyentan con medias tintas y con leyes que transmiten sopor, se retiran con vientos favorables de honestidad y buen hacer. ¿Se entienden en la sociedad actual los conceptos de honestidad, honor o valentía? ¡Uff! Creo, sinceramente, que no. Algunas veces llego a pensar que los primitivos del Paleolítico o del Neolítico poseían más honor y eran más honestos. En fin, viendo muchas leyes vigentes y nuevas leyes aprobadas recientemente, algún hombre del Neandertal exclamaría : ¡Tú primitivo, yo moderno!... Cuando escribo sobre este tema siempre me rondan por la cabeza unas cuestiones: ¿se redactan bien o de forma correcta las leyes en nuestro país? ¿Es la literatura jurídica española una de las más pobres de Europa? Creo que sí, ya que, por lo observado, las garantías de antaño dijeron adiós.