Su propia fotografía

¡No aprenden! Ni aquí, ni allí, ni en ningún otro lugar... Muchos políticos de hoy no saben hacer frente a las dificultades del ciudadano. No se solidarizan con la decadencia social, simplemente, confunden a conciencia, solidaridad con caridad. Cometen errores constantes, pero tarde o temprano caerán en la soledad y el desánimo: el votante les abandonará y su contacto con la ciudadanía será nulo. Estos políticos no aprenden nada de sus malas decisiones o fechorías, no entienden el significado de compromiso para realmente producir cambios beneficiosos. Sus propuestas no seducen, sus interpelaciones son inútiles, y lo único que producen son dudas. Estos políticos no conocen lo sólido de ofrecerse a la ciudadanía, están en un paradero desconocido respecto a lo que significa ser político, están como en un régimen dictatorial. No son decididos, se esconden en sus despachos con alfombra : ahí montan su campamento, ahí se refugian para maquinar reírse hasta de su propio electorado, es decir, no interactúan con la población, y se montan su propia fotografía del mundo. Muchos políticos de hoy son aficionados a la hostilidad, convirtiendo a los ciudadanos en cabezas de turco de no sé qué, de algo que esos mismos políticos inventan; dicho de otra forma, nunca dan la bienvenida a aspectos que puedan ayudar a llegar a un decente bienestar. Y por último, tampoco buscan localizar las reparaciones cuando hacen daño con sus indolentes iniciativas, iniciativas que posteriormente se convierten en leyes. ¡Estos políticos nunca podrán mantener una “amistad” con el pueblo, y hasta ellos mismos no llegan a conocerse individualmente!