NUESTRA HISTORIA
El Cantar del Arriero
En el folklore de la tierra zamorana se expresan la esencia y las raíces del pueblo y de sus gentes. Escuchando la zarzuela titulada “El Cantar del arriero”, uno se imagina el paisaje sanabrés con sus montañas, sus empinados caminos y sus recias gentes. Hay en la letra de sus cantares una loa a la belleza y el encanto de la mujer sanabresa, la de Sayago y otras de diferentes comarcas zamoranas. Los hombres nobles, trabajadores y valientes también se ponen de relieve en las estrofas de este canto. Las faenas del campo, la siega y la vendimia y el producto que se obtiene de ellas, entre los que se cita expresamente el vino tinto de Toro, que tanto ayuda al arriero a sacar fuerzas para continuar la ruta y le da valor para conquistar a la ventera, forma todo ello signos de nuestra identidad.
Blas, el dueño de una venta situada en la carretera que conduce a Puebla de Sanabria, frecuentada por arrieros, tiene una hija, Mariblanca, que Blas cuida de librarla de los arrieros de los que recela, y tampoco le gusta el novio, Anselmo, un mozo del lugar, porque carece de fortuna, y así transcurre el argumento de la zarzuela en cuyo libreto tiene una buena parte don Miguel Ramos Carrión.
Cualquiera de las estrofas de la zarzuela “El Cantar del arriero” despierta recuerdos de los mejores momentos que vivieron las personas mayores de esta tierra:
“De Peña Negra vengo para Sanabria/ galopan mis caballos por la empinada/ Cercana está la venta, llenar mi bota quiero/ beber con la mi moza a orillas del Duero./ ¡Ya! ¡Ya! Mis jacas lindas/ ¡Ya! ¡Ya! Cómo galopan/ ¡Atía! ¡Mora! Anda, alazana/ ¡Pinta! ¡Mora! Anda, garbosa./ El dueño de la venta, tráiganos vino / del más rojo que tenga/ del menos fino, quiero vino de Toro/ que goza fama/ de arder en nuestros pechos, como una llama/ pues quien nos vea, junto a la jarra de vino rojo/ sabrá si en nuestros ojos/ relampaguea, relampaguea. / El dueño de la venta, tráiganos vino/ del más rojo que tenga, del menos fino ¡Ah!./ Soy arriero y por eso el vino tinto de Toro/ es el que quiero/ Soy arriero y por eso el vino tinto de Toro es el que quiero. /El que fuerza al camino le da, / el que fuerza al camino le da/ El dueño de la venta que salga / ¡Soy arriero! ¡Soy arriero!.
A la ronda voy mozos, voy a la ronda/ a canta en la reja de mi morena ¡Ah!/ Zamorana, si te vengo a rondar/ en Sanabria todo el pueblo ha de saber/ zamorana, que eres tú la mujer/ a quien digo al cantar mi querer/ a tu ventana sal ya, y así mi voz te dirá/ zamorana, que mi dueña serás./ Hoy a mi Mariblanca le canta amores/ conmigo el mocerío de rondadores/ ¡Ay , mi dulce amor, sal a la ventana!/ que eres la más hermosa, la más bella y galana/ que cubrí con mi manta zamorana/ ¡Ay mi dulce bien, hoy vengo a cantarte!
Parece que no asoma, la linda zamorana/ hoy no debe tener ganas de galán/ La linda paloma/ con ello decir quiso/ que en su querer no hay amo/ y voy yo mismo a ver si con mi canción/ acude al reclamo/ Cantar una copla aquí, a esa moza cuesta caro/ Privarme de un gusto a mí/ también es capricho caro / Pues ya que eres tan valiente / sal a cantar a la mi moza/ que mi navaja se goza/ en tener un bravo enfrente.
A la siega voy, madre, voy a la siega/ a ganar p`a la boda, de mi morena/ La siega ya se acaba, vienen vendimias/ entonces Mariblanca, ¡Ya serás mía!”
Balbino Lozano
En el folklore de la tierra zamorana se expresan la esencia y las raíces del pueblo y de sus gentes. Escuchando la zarzuela titulada “El Cantar del arriero”, uno se imagina el paisaje sanabrés con sus montañas, sus empinados caminos y sus recias gentes. Hay en la letra de sus cantares una loa a la belleza y el encanto de la mujer sanabresa, la de Sayago y otras de diferentes comarcas zamoranas. Los hombres nobles, trabajadores y valientes también se ponen de relieve en las estrofas de este canto. Las faenas del campo, la siega y la vendimia y el producto que se obtiene de ellas, entre los que se cita expresamente el vino tinto de Toro, que tanto ayuda al arriero a sacar fuerzas para continuar la ruta y le da valor para conquistar a la ventera, forma todo ello signos de nuestra identidad.
Blas, el dueño de una venta situada en la carretera que conduce a Puebla de Sanabria, frecuentada por arrieros, tiene una hija, Mariblanca, que Blas cuida de librarla de los arrieros de los que recela, y tampoco le gusta el novio, Anselmo, un mozo del lugar, porque carece de fortuna, y así transcurre el argumento de la zarzuela en cuyo libreto tiene una buena parte don Miguel Ramos Carrión.
Cualquiera de las estrofas de la zarzuela “El Cantar del arriero” despierta recuerdos de los mejores momentos que vivieron las personas mayores de esta tierra:
“De Peña Negra vengo para Sanabria/ galopan mis caballos por la empinada/ Cercana está la venta, llenar mi bota quiero/ beber con la mi moza a orillas del Duero./ ¡Ya! ¡Ya! Mis jacas lindas/ ¡Ya! ¡Ya! Cómo galopan/ ¡Atía! ¡Mora! Anda, alazana/ ¡Pinta! ¡Mora! Anda, garbosa./ El dueño de la venta, tráiganos vino / del más rojo que tenga/ del menos fino, quiero vino de Toro/ que goza fama/ de arder en nuestros pechos, como una llama/ pues quien nos vea, junto a la jarra de vino rojo/ sabrá si en nuestros ojos/ relampaguea, relampaguea. / El dueño de la venta, tráiganos vino/ del más rojo que tenga, del menos fino ¡Ah!./ Soy arriero y por eso el vino tinto de Toro/ es el que quiero/ Soy arriero y por eso el vino tinto de Toro es el que quiero. /El que fuerza al camino le da, / el que fuerza al camino le da/ El dueño de la venta que salga / ¡Soy arriero! ¡Soy arriero!.
A la ronda voy mozos, voy a la ronda/ a canta en la reja de mi morena ¡Ah!/ Zamorana, si te vengo a rondar/ en Sanabria todo el pueblo ha de saber/ zamorana, que eres tú la mujer/ a quien digo al cantar mi querer/ a tu ventana sal ya, y así mi voz te dirá/ zamorana, que mi dueña serás./ Hoy a mi Mariblanca le canta amores/ conmigo el mocerío de rondadores/ ¡Ay , mi dulce amor, sal a la ventana!/ que eres la más hermosa, la más bella y galana/ que cubrí con mi manta zamorana/ ¡Ay mi dulce bien, hoy vengo a cantarte!
Parece que no asoma, la linda zamorana/ hoy no debe tener ganas de galán/ La linda paloma/ con ello decir quiso/ que en su querer no hay amo/ y voy yo mismo a ver si con mi canción/ acude al reclamo/ Cantar una copla aquí, a esa moza cuesta caro/ Privarme de un gusto a mí/ también es capricho caro / Pues ya que eres tan valiente / sal a cantar a la mi moza/ que mi navaja se goza/ en tener un bravo enfrente.
A la siega voy, madre, voy a la siega/ a ganar p`a la boda, de mi morena/ La siega ya se acaba, vienen vendimias/ entonces Mariblanca, ¡Ya serás mía!”
Balbino Lozano



















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