Mozo jaquetón

Cuando acontecen días de lluvias persistentes que obligan a estar  cobijados en lugares a resguardo para no mojarse, si además te encuentras en solitario, el pensamiento se pone en marcha en busca de recuerdos generalmente remotos.

En una de esas ocasiones lluviosas, la memoria parecía traspasar las gotas de agua haciendo  aparecer  momentos de aquellos años  en los que,  recién casados, íbamos a visitar  a las familias de los pueblos para entablar una mayor relación y conocernos mejor.

En Coreses, vivían unos parientes que, circunstancialmente,  eran tíos de mi esposa al ser hermanos de su padre, y también eran primos míos al ser hijos de una prima de mi padre.

Al hablar de este parentesco entrelazado surgían los comentarios sobre nuestros antepasados.  Decía mi primo José María, casado con Agripina hermana de mi suegro Alfonso, que su madre, Juliana, evocaba recuerdos de cuando mi abuelo Balbino era un joven soltero y apuesto ( sería finales del siglo XIX)

Mi abuelo Balbino había nacido en Molacillos, lugar en el que, como en casi todos los pueblos,  cuando se celebraban sus fiestas patronales, había Misas solemnes y procesiones que iban precedidas  por un pendón o estandarte representativo de la Parroquia, Cofradía o Imagen venerada.

Era costumbre que dicho pendón, pesado por sus grandes dimensiones,  lo llevase una persona vigorosa, que solía ser  el mozo mas presentable de la localidad.

Me repitió mi primo José María y también su hermanos Saturio. varias veces,  que mi abuelo Balbino había adquirido fama de buen mozo, pues se había hecho popular una frase que ellos recordaban con mucho agrado.
"Quién es ese mozo que lleva el pendón ? Balbino Lozano, mozo jaquetón !"

Cuando yo conocí a mi abuelo,  que fue mi padrino de bautizo y por eso me pusieron su nombre,  era ya un anciano  que evidenciaba los achaques propios de la edad.

Balbino Lozano