PROVINCIA
El puente-viaducto de Requejo, ingeniería y belleza entre Sayago y Aliste
Una de las joyas de nuestro patrimonio, que une innovación, comunicación y resistencia
El puente-viaducto de Requejo (también conocido como Puente Pino) es una obra de ingeniería española construida para salvar el río Duero a su paso por los municipios de Pino del Oro y Villadepera, en la provincia de Zamora, de la comunidad autónoma de Castilla y León, España.
La construcción de este puente supuso la apertura de una comunicación fluida entre las comarcas zamoranas de Sayago y Aliste. Con anterioridad, la única vía de comunicación entre ambos territorios era una barca que navegaba entre Pino del Oro y Villadepera. Es muy ilustrativo que del lado sayagués, el conocido “Camino de los Arrieros” concluyera en el “Camino de la Barca”. La última concesión conocida de este servicio de barca fue explotada por el marqués de Santa Colomba.
El Duero ya fue cruzado por estos pagos en época romana a través de una vía auxiliar que, desde Ledesma (Bletisama), cruzaba la de Zamora a tierras de Miranda, por Aldeas Novas en el Cerro del Castro de Villardiegüa. Según los estudios de Ramón Corzo Sánchez en la década de los setenta, esta ruta continuaba hacia el Castillo de Alba de Aliste, para enlazar con el Itinerario XVII.
El paso del Duero hacia Aldeas Novas está marcado en la roca de la margen derecha del Duero en el tramo internacional y también por la vegetación sobre roca viva. Hoy, los embalses hacen imposible seguir los rastros, pero los caminos en tierra firme se han mantenido como una referencia a lo largo de siglos. En el término de Pino del Oro, todavía se pueden identificar los vestigios de la barca del marqués de Santa Colomba, como los restos de la ermita de San Esteban y las plantaciones de vides y olivos que aprovechan el microclima de la zona.
El puente de Requejo fue inaugurado el 15 de septiembre de 1914 por Abilio Calderón, director general de obras públicas. En su época, el puente resultante fue el de mayor luz (120 metros) y el de mayor altura (90 metros sobre el río) de toda España.
Los primeros antecedentes sobre la gestación del puente se remontan a mediados del siglo XIX, cuando Práxedes Mateo Sagasta, tras ser elegido diputado a Cortes por Zamora, se ofreció a impulsar este proyecto. Posteriormente, Eduardo López Navarro estudió su emplazamiento a unos dos kilómetros aguas abajo, con una propuesta de rasante más baja y dos tramos de fundición.
Por la importancia que este puente tenía para la comunidad, muchos candidatos a la Diputación prometieron impulsar su construcción. Sin embargo, no fue hasta que Federico Requejo, desde la Dirección General de Obras Públicas, logró que se estudiara la carretera de Fonfría a Salamanca a Fermoselle, que el proyecto avanzó.
El proyecto aprobado, presentado en 1897 por el ingeniero José Eugenio Ribera, enfrentó dificultades durante su ejecución. Ninguna constructora se presentó a las primeras subastas, debido a las complejidades técnicas del montaje. La empresa asturiana Duro Felguera fue finalmente la adjudicataria, pero también tuvo que ceder la obra a otra sociedad, llamada Montajes, que también abandonó los trabajos. Finalmente, la obra regresó a manos de Duro Felguera, quien, bajo la dirección de Robustiano Fernández y con mano de obra local, logró completarla sin incidentes. Los componentes del puente fueron fabricados en la factoría de La Felguera.
Hoy en día, el puente no solo es funcional, sino también un hito turístico, que atrae a visitantes interesados en la arquitectura, la historia y la belleza natural del entorno del Duero. Su majestuosidad y el contexto en el que se encuentra lo convierten en una parada obligatoria para quienes deseen conocer más sobre el legado de Zamora.

El puente-viaducto de Requejo (también conocido como Puente Pino) es una obra de ingeniería española construida para salvar el río Duero a su paso por los municipios de Pino del Oro y Villadepera, en la provincia de Zamora, de la comunidad autónoma de Castilla y León, España.
La construcción de este puente supuso la apertura de una comunicación fluida entre las comarcas zamoranas de Sayago y Aliste. Con anterioridad, la única vía de comunicación entre ambos territorios era una barca que navegaba entre Pino del Oro y Villadepera. Es muy ilustrativo que del lado sayagués, el conocido “Camino de los Arrieros” concluyera en el “Camino de la Barca”. La última concesión conocida de este servicio de barca fue explotada por el marqués de Santa Colomba.
El Duero ya fue cruzado por estos pagos en época romana a través de una vía auxiliar que, desde Ledesma (Bletisama), cruzaba la de Zamora a tierras de Miranda, por Aldeas Novas en el Cerro del Castro de Villardiegüa. Según los estudios de Ramón Corzo Sánchez en la década de los setenta, esta ruta continuaba hacia el Castillo de Alba de Aliste, para enlazar con el Itinerario XVII.
El paso del Duero hacia Aldeas Novas está marcado en la roca de la margen derecha del Duero en el tramo internacional y también por la vegetación sobre roca viva. Hoy, los embalses hacen imposible seguir los rastros, pero los caminos en tierra firme se han mantenido como una referencia a lo largo de siglos. En el término de Pino del Oro, todavía se pueden identificar los vestigios de la barca del marqués de Santa Colomba, como los restos de la ermita de San Esteban y las plantaciones de vides y olivos que aprovechan el microclima de la zona.
El puente de Requejo fue inaugurado el 15 de septiembre de 1914 por Abilio Calderón, director general de obras públicas. En su época, el puente resultante fue el de mayor luz (120 metros) y el de mayor altura (90 metros sobre el río) de toda España.
Los primeros antecedentes sobre la gestación del puente se remontan a mediados del siglo XIX, cuando Práxedes Mateo Sagasta, tras ser elegido diputado a Cortes por Zamora, se ofreció a impulsar este proyecto. Posteriormente, Eduardo López Navarro estudió su emplazamiento a unos dos kilómetros aguas abajo, con una propuesta de rasante más baja y dos tramos de fundición.
Por la importancia que este puente tenía para la comunidad, muchos candidatos a la Diputación prometieron impulsar su construcción. Sin embargo, no fue hasta que Federico Requejo, desde la Dirección General de Obras Públicas, logró que se estudiara la carretera de Fonfría a Salamanca a Fermoselle, que el proyecto avanzó.
El proyecto aprobado, presentado en 1897 por el ingeniero José Eugenio Ribera, enfrentó dificultades durante su ejecución. Ninguna constructora se presentó a las primeras subastas, debido a las complejidades técnicas del montaje. La empresa asturiana Duro Felguera fue finalmente la adjudicataria, pero también tuvo que ceder la obra a otra sociedad, llamada Montajes, que también abandonó los trabajos. Finalmente, la obra regresó a manos de Duro Felguera, quien, bajo la dirección de Robustiano Fernández y con mano de obra local, logró completarla sin incidentes. Los componentes del puente fueron fabricados en la factoría de La Felguera.
Hoy en día, el puente no solo es funcional, sino también un hito turístico, que atrae a visitantes interesados en la arquitectura, la historia y la belleza natural del entorno del Duero. Su majestuosidad y el contexto en el que se encuentra lo convierten en una parada obligatoria para quienes deseen conocer más sobre el legado de Zamora.



















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