El obispo Zapata

Desde su toma de posesión, en el año 1703, como Obispo de la Diócesis de Zamora, Don Francisco Zapata y Vera destacó por sus actividades en pro de la ciudad y de sus diocesanos.   Había sido anteriormente Obispo auxiliar de Madrid y llegó a Zamora en un tiempo en el que el ambiente era muy belicista.  La guerra contra Portugal y sus aliados hizo que la ciudad estuviese convertida prácticamente toda ella en un verdadero cuartel.
Había en la capital cinco regimientos:  dos de flamencos, dos de franceses y uno de irlandeses con seis escuadrones de caballería y el Estado Mayor del Duque de Berwik.

Como quiera que un ejército enemigo de 40.000 soldados entró por Ciudad Rodrigo y venía hacia Salamanca, hizo que todas las fuerzas de Zamora tuvieran que salir, quedando la ciudad defendida solo por los vecinos.  El Obispo Don Francisco Zapata se dispuso a ayudar al vecindario armando un batallón de clérigos a su costa,  mas no fue necesario porque el enemigo marchó de Salamanca hacia Madrid.

En el año de 1711, el Obispo Zapata solicitó para los jesuitas la instalación de un colegio, aportando el obispado una renta anual de 800 ducados para el sostenimiento y 14.000 para la construcción de la casa.  Consiguió el Prelado que se instalasen provisionalmente en la calle del Corral Pintado, donde los jesuitas se dedicaron a la educación y enseñanza de primeras letras (lectura, escritura, calculo), misiones, asistencia a hospitales y moribundos y formación de los ordenados.

No todo fueron acuerdos y complacencias entre el Concejo y el Cabildo, pues en 1715 se produjeron hechos que resultaron desagradables y escandalosos para el vecindario al ver como el Ayuntamiento, en una procesión de "Publicación de la Bula", al llegar a la Catedral,  los regidores se retiraron acordando no entrar en el templo.  En aquel momento , dos canónigos revestidos de sus capas y asistidos de Notario, Requirieron a los representantes del municipio que entraran a la función bajo pena de 500 ducados,  a lo que la Corporación no atendió, retirándose sin contestar.  El Consejo de Cruzada le dio la razón a los regidores y lamentó el acto del Cabildo.

En marzo de 1716  el Obispo Zapata obtiene licencia  para fundar el Seminario que comienza a funcionar en la iglesia de San Andrés, de la que toman posesión los jesuitas en diciembre de 1718 con  ayuda de las tropas porque el párroco no quería cederla voluntariamente. Poco después comienzan las obras de construcción del Seminario que durarían varios años.

En 1719 el Ayuntamiento hubo de realizar obras en el templo de San Ildefonso  porque amenazaba ruina. Como no se contaba con fondos suficientes para obra tan importante,  el Obispo Zapata ofreció su báculo para que deshecho y vendido se aplicara el importe a la ayuda, aunque no quiso aceptar el municipio  la oferta y la agradeció mucho.

En enero de 1720 falleció el virtuoso  Prelado Don Francisco Zapata,  cuyos actos de paternal amor e interés por sus diocesanos quedaron patentes en cada momento de su mandato episcopal.
  

  Balbino Lozano