Martes, 04 de Noviembre de 2025

Eugenio-Jesús de Ávila
Domingo, 29 de Diciembre de 2024
COSAS DE DE LA BIEN CERCADA

La Zamora de la melancolía vuelve a sonreír en Navidad

Mi memoria, todavía fiel, no recuerda unas fiestas de Navidad tan espléndidas como las de este 2024, y todavía restan la Nochevieja, el Día del Año y la venida de los Reyes de Magos. La iluminación del Ayuntamiento me parece la más extraordinaria en la historia de la democracia municipal. Caja Rural de Zamora también ha alcanzado una cota de elegancia en la plaza de la Marina sin paragón, y los nacimientos, todos, magistrales, didácticos, instructivos y ejemplares. Las gentes, pese al frío intenso con esas nieblas permanentes, llenan calles y rúas, como anoche la Plaza Mayor, impresionante, porque existen razones para dejar el calor del hogar, de la ciudad o de los pueblos, para festejar la Navidad en la capital de la provincia y, además, complacer al paladar con buenas viandas, regadas por un excelente vino de Toro o las correspondientes cañas.

 

Creyentes, agnósticos o ateos racionales, cual es mi caso, celebramos que Zamora, siempre a la cola de todo, despoblación, envejecimientos, decadencia económica, muestre la mejor de sus caras en Navidad, porque nos encontramos en la ciudad de todos, la del alma, los zamoranos que decidimos -todavía ignoro por qué adopté esa decisión- quedarnos aquí para caminar por la vida, y los zamoranos que prefirieron, eligieron o no quedó otro remedio, más que ganarse el pan lejos de las fronteras provinciales.

 

Sospecho que la Zamora triste, poco a poco, ha empezado a sonreír. Y no sé, objetivamente, por qué. Cierto que la ciudad ha mejorado su estética y todavía le queda muchas cremas que darle para mejorar su rostro, para estirar su arrugada epidermis. Los zamoranos inconformistas aguardamos la celebración de Las Edades del Hombre -se habla de finales de septiembre o principios de octubre-, porque este acontecimiento cultural debería ser un punto de inflexión en el crecimiento del turismo cultural; también las murallas de la avenida de la Feria, siempre que invierta el Ministerio de Cultura, podrán mostrar su rostro más hermoso, más real, más cercano a trama original, y, además, se convertirá en el mejor bulevar de Zamora cuando se ajardinen esos espacios lindantes con los lienzos. Y espero que el Ministerio de Defensa aceleré el proyecto de Monte la Reina y el Ministerio de Transporte, el que dirige Puente, disponga partidas millonarias para la transformación en autovía de la N-122 entre la capital y la frontera lusa, esencial para el desarrollo económico del oeste provincial, la conexión con Tras os Montes y Oporto.

 

Mientras tanto, a Francisco Guarido y a su equipo de gobierno le restarán dos años y medio para embellecer la ciudad, suturar heridas epidérmicas, ajardinar zonas vitales de la ciudad y crear nuevas fuentes y mejorar las que todavía funcionan. Se trata siempre de embellecer Zamora para que los zamoranos de aquí y los hijos de esta tierra que decidieron marcharse un día, más los que nos visiten, se sienten felices en una ciudad más bella, más cómoda y con mejores servicios. Hay que olvidarse de la Zamora triste y celebrar la que sonríe.

 

Eugenio-Jesús de Ávila

 

Fotografía: Enrique Onís

 

Comentarios Comentar esta noticia
Comentar esta noticia

Normas de participación

Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.

Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.

La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad

Normas de Participación

Política de privacidad

Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.41

Todavía no hay comentarios

Con tu cuenta registrada

Escribe tu correo y te enviaremos un enlace para que escribas una nueva contraseña.