NUESTRA HISTORIA
El pianista Berdión hace cien años
En un periódico del 4 de enero del año 1919, leo una crónica sobre las excelencias del privilegiado artista zamorano Miguelito Berdión. En aquella ocasión se trataba de la celebración de un banquete en su homenaje organizado por sus íntimos.
Miguel Berdión Álvarez era hijo de un pianista zamorano que tocaba en iglesias, en cafés y que, junto a su mujer, regentaba una academia de música en la que el pequeño Miguel comenzó a destacar. Su progenitor falleció cuando Miguelito tenía seis años y ello le obligó a afrontar los compromisos de su padre para mantener a la familia.
Cuando tocaba en el Casino de Zamora, la Diputación Provincial se fijó en él para concederle una beca de estudios en Madrid. Este fue el momento del homenaje que se le hacía en 1919 por su traslado a la capital de España.
Para soportar los costes de la vida en Madrid, no era suficiente la beca, por lo que tuvo que comenzar a dar conciertos en algunos locales, entre los que actuó en el Café Gijón. Una nueva beca de ampliación de estudios le permitió trasladarse a París, donde se formó junto con los músicos más importantes del momento, como Maurice Ravel, llegando a trabar amistad con Pau Casals y Jacques Thibaud.
Entre los años de 1929 y 1931 efectuó tres prolongadas giras acompañando a “La Argentinita”, estrella de mucha fama en aquellos tiempos. Además de acompañar a la cantante, realizó intervenciones como solista que merecieron los mejores elogios de la crítica internacional.
Entre 1931 y 1933 realizó un periplo por Europa, Estados Unidos y Japón, interpretando con gran éxito a Chopin, Liszt, Brahms, Desbussy, Ravel, Stravinsky, Turina, Granados, Falla y tantos grandes de la música.
En plena Guerra Civil Española, Berdión regresa a Zamora y se instala en su casa familiar, centrándose en el estudio del piano para volver a los escenarios al finalizar la contienda bélica.
En 1944, Miguel Berdión, que había sido nombrado hijo predilecto de Zamora ya en 1932, comienza una serie de conciertos y vuelve a hacer gira por Estados Unidos y Canadá. En los años cincuenta, Berdión estaba prácticamente retirado de los escenarios, dedicándose a componer, estudiar y dar clases de piano.
En 1968, después de sufrir una trombosis cerebral en un conocido café zamorano, falleció el famoso músico a cuya memoria hay dedicada una calle de la ciudad, que va desde la calle San Torcuato a la Plaza de San Esteban.
Balbino Lozano
En un periódico del 4 de enero del año 1919, leo una crónica sobre las excelencias del privilegiado artista zamorano Miguelito Berdión. En aquella ocasión se trataba de la celebración de un banquete en su homenaje organizado por sus íntimos.
Miguel Berdión Álvarez era hijo de un pianista zamorano que tocaba en iglesias, en cafés y que, junto a su mujer, regentaba una academia de música en la que el pequeño Miguel comenzó a destacar. Su progenitor falleció cuando Miguelito tenía seis años y ello le obligó a afrontar los compromisos de su padre para mantener a la familia.
Cuando tocaba en el Casino de Zamora, la Diputación Provincial se fijó en él para concederle una beca de estudios en Madrid. Este fue el momento del homenaje que se le hacía en 1919 por su traslado a la capital de España.
Para soportar los costes de la vida en Madrid, no era suficiente la beca, por lo que tuvo que comenzar a dar conciertos en algunos locales, entre los que actuó en el Café Gijón. Una nueva beca de ampliación de estudios le permitió trasladarse a París, donde se formó junto con los músicos más importantes del momento, como Maurice Ravel, llegando a trabar amistad con Pau Casals y Jacques Thibaud.
Entre los años de 1929 y 1931 efectuó tres prolongadas giras acompañando a “La Argentinita”, estrella de mucha fama en aquellos tiempos. Además de acompañar a la cantante, realizó intervenciones como solista que merecieron los mejores elogios de la crítica internacional.
Entre 1931 y 1933 realizó un periplo por Europa, Estados Unidos y Japón, interpretando con gran éxito a Chopin, Liszt, Brahms, Desbussy, Ravel, Stravinsky, Turina, Granados, Falla y tantos grandes de la música.
En plena Guerra Civil Española, Berdión regresa a Zamora y se instala en su casa familiar, centrándose en el estudio del piano para volver a los escenarios al finalizar la contienda bélica.
En 1944, Miguel Berdión, que había sido nombrado hijo predilecto de Zamora ya en 1932, comienza una serie de conciertos y vuelve a hacer gira por Estados Unidos y Canadá. En los años cincuenta, Berdión estaba prácticamente retirado de los escenarios, dedicándose a componer, estudiar y dar clases de piano.
En 1968, después de sufrir una trombosis cerebral en un conocido café zamorano, falleció el famoso músico a cuya memoria hay dedicada una calle de la ciudad, que va desde la calle San Torcuato a la Plaza de San Esteban.
Balbino Lozano




















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