HABLEMOS
Año nuevo, vida…
No, frente al optimismo de una humanidad idiotizada y decrépita, la cosa es, entre infamias asesinas y tragedias colaterales, que el aforismo habitual por estas fechas pasará por aquello de “año nuevo, vida… ”. Sí, sí, vieja/ vieja como la momia de cenotafio que, incansable, ronda por ahí con ínfulas de noticia, sentando a lo putinejo o pajarraco doctrina y dogma; un decir. Sin embargo, lo cierto es que la vida, esa madrastrona que no cambia jamás yendo de lo malo a lo peor, con esto del lenguaje inclusivo plantea dificultad, toda vez que lo de Sísifo subiendo y bajando el chinarro se quedaría corto por machista, debiendo acudirse en aras de la ortodoxia a la retahíla consabida, algo así como “sísifa”, “sísife” y “sísifu”, dando cuenta de la verborrea al uso. El hecho es que la realidad, ejerciendo como suele de “sísifa”, deja claro que lo suyo es el drama unido al infortunio, con decenas de infelices cruzando antes de tiempo y campanadas, vaya usted a saber por qué aun sabidos el quién y el cómo, un umbral que nunca debieron avistar. De cualquier forma, entre col y col, lechuga. Junto a noticias luctuosas por el lado terrible y doloroso de lo humano, lo mediático anuncia ¡desgracia infinita!, que el elefante, elefanta, elefanto o elefantu más longevo/a/e/u en cualquier zoológico o cuadra de por ahí, pasó a mejor vida a las puertas del nuevo año. En fin, el resto esperemos que pasable por lo poco, y tirando a feliz de haber pizca de suerte. Eso sí, aguantando las insufribles ocurrencias de la… vieja.
No, frente al optimismo de una humanidad idiotizada y decrépita, la cosa es, entre infamias asesinas y tragedias colaterales, que el aforismo habitual por estas fechas pasará por aquello de “año nuevo, vida… ”. Sí, sí, vieja/ vieja como la momia de cenotafio que, incansable, ronda por ahí con ínfulas de noticia, sentando a lo putinejo o pajarraco doctrina y dogma; un decir. Sin embargo, lo cierto es que la vida, esa madrastrona que no cambia jamás yendo de lo malo a lo peor, con esto del lenguaje inclusivo plantea dificultad, toda vez que lo de Sísifo subiendo y bajando el chinarro se quedaría corto por machista, debiendo acudirse en aras de la ortodoxia a la retahíla consabida, algo así como “sísifa”, “sísife” y “sísifu”, dando cuenta de la verborrea al uso. El hecho es que la realidad, ejerciendo como suele de “sísifa”, deja claro que lo suyo es el drama unido al infortunio, con decenas de infelices cruzando antes de tiempo y campanadas, vaya usted a saber por qué aun sabidos el quién y el cómo, un umbral que nunca debieron avistar. De cualquier forma, entre col y col, lechuga. Junto a noticias luctuosas por el lado terrible y doloroso de lo humano, lo mediático anuncia ¡desgracia infinita!, que el elefante, elefanta, elefanto o elefantu más longevo/a/e/u en cualquier zoológico o cuadra de por ahí, pasó a mejor vida a las puertas del nuevo año. En fin, el resto esperemos que pasable por lo poco, y tirando a feliz de haber pizca de suerte. Eso sí, aguantando las insufribles ocurrencias de la… vieja.





















Normas de participación
Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.
La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad
Normas de Participación
Política de privacidad
Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.110