Mª Soledad Martín Turiño
Jueves, 02 de Enero de 2025
ZAMORANA

La niebla

[Img #95243]Me asusta la niebla. Creo que sería incapaz de vivir en un lugar donde fuera la protagonista de gran parte del invierno. Cuando camino, me gusta ver aquello que me rodea: casas, parques, gente…porque es una forma de estar segura, sabes con quien te cruzas, miras para atrás por si desconfías de alguien con un aspecto raro, incluso se puede pedir ayuda porque hay luminosidad suficiente para ver o ser visto.

 

Es cierto que Zamora con frecuencia se despierta con una bruma que lo cubre todo como si fuera una paradójica manta para preservar a la ciudad del frio, y entonces, en el tiempo que dura hasta que la salida del sol la disipa, miramos con recelo a quien se topa en nuestro camino, intuimos los árboles de fondo en Valorio más allá de aquellos que vemos en primer término; el Duero, nuestro rio, aparece mortecino y triste y los árboles que le ornan son como espantapájaros desnudos que atrapan el viento con sus ramas sin follaje. Apenas se perciben los ojos de los puentes que lo surcan, e incluso la bella panorámica de la ciudad desde Los Pelambres aparece desvaída, sin vida. Sin embargo, los templos envueltos en niebla son sugerentes, misteriosos; el románico de nuestra ciudad permite transportarnos a tiempos pasados y casi podríamos intuir el silencio de los monjes en el interior de conventos y monasterios, o las sobrias misas donde acudían los nobles ataviados con profusión de tocados, túnicas y capas.

 

Cierto que para aquellos que tienen alma de poeta, la niebla es un recurso poético que endulzan con bellos epítetos, o sirve para describir la nostalgia, la soledad o la melancolía, porque son estados de ánimo que suelen desaparecer cuando el sol refulge con fuerza iluminando la ciudad.

 

En la niebla también hay quien se refugia para pasar inadvertido, para convertirse en invisible y jugar al escondite con este fenómeno meteorológico que aminora la visibilidad e incita a romper las normas.

 

Me quedo con unas estrofas del poema del escritor alemán Hermann Hesse: “En la Niebla”, cuya traducción viene a decir:

 

¡Extraño vagar entre la niebla!

Solitario está cada arbusto y piedra,

ningún árbol mira al otro,

cada uno está solo.

 

¡Extraño vagar entre la niebla!

Vivir es estar solo.

Ningún hombre conoce al otro,

cada uno está solo.

 

Mª Soledad Martín Turiño

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