Miércoles, 31 de Diciembre de 2025

BALBINO LOZANO
Viernes, 03 de Enero de 2025
NUESTRA HISTORIA

Carlistas y cristinos en la provincia de Zamora

A la muerte de Fernando  VII, y al hacerse cargo de la Regencia del reino su esposa María Cristina, los españoles se dividieron en dos principales agrupaciones por diferencias políticas y sociales:  Los apostólicos que, queriendo por rey al infante don Carlos, tomaron desde entonces el nombre de Carlistas, y la de los liberales, que estando dispuestos a sostener en el trono a la reina, se denominaron Cristinos.


La Reina Gobernadora tuvo necesariamente que echarse en los brazos de sus partidarios, intentando conciliar los deseos de las dos facciones sin conseguirlo.  En tanto que Don Carlos, refugiado en Portugal, atizaba desde allí la tea de la discordia, disponiéndose a disputar con las armas sus pretendidos derechos a la Corona.


Antes de acabar el año 1833 estaban ya los campos perfectamente deslindados, y mientras en la mayor parte de España, como en Zamora, se levantaba el estandarte de Doña Isabel,  en las provincias Vascongadas, Navarra y Cataluña, ondeaba la enseña carlista.  También en Castilla intentaron algunos carlistas favorecer su causa levantando partidas.


En nuestra provincia lo hizo el guerrillero  Lorenzo Aguilar, teniente coronel retirado que había luchado en la Guerra de la Independencia.  Se alzó en el pueblo de Corrales atrayendo a los que habían formado en las filas de los voluntarios realistas, y con unos veinte caballos penetró en Sayago con intento de engrosar su fuerza y operar cerca de la frontera;  pero alcanzado a los pocos días en Malillos por una sección de Carabineros al mando del subteniente José González, fue completamente derrotado, cayendo prisionero juntamente con su hijo Felipe, su cuñado Pedro Cancho y los paisanos Francisco de Mena y Ramón Sánchez, alias "el Rejero"


Conducidos al pueblo de Cubo del Vino, sin  más tiempo que en necesario para recibir los auxilios espirituales, fueron fusilados a las seis de la mañana del seis de noviembre, según órdenes comunicadas por el Capitán General de Catilla la Vieja.


El infante don Carlos, que había establecido su cuartel en Vilareal, se proponía levantar las provincias de Castilla y Extremadura y hacer por cualquiera de ellas la entrada en territorio español. Para contrarrestarlo vino el ejército de Galicia, que al mando del General Morillo se situó en Puebla de Sanabria y Benavente, formando otra zona de observación desde Zamora a Ciudad Rodrigo.


El día que flotó sobre la fortaleza de Zamora  la bandera nacional, hubo salvas de artillería, y unida la ciudad a la voz alegre de las campanas, se celebró con luminarias, bailes y otros festejos el suceso que aseguraba la tranquilidad del vecindario.


Balbino Lozano

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