Alfonso J. Vázquez Vaamonde
Sábado, 04 de Enero de 2025
ATENEO

Reyes, sacerdotes o sabios

Alfonso J. Vázquez Vaamonde

En España y en muchos países de habla hispana, no en todos, el día seis de cada enero se celebra la fiesta de los reyes magos a la que recientemente se añadió la costumbre de hacer regalos a los niños imitando la conmemoración de los pueblos del norte de Europa que celebraban la fiesta de S. Nicolas en la que se regalaban juguetes o golosinas a los pequeños.

 

La fiesta pagana del solsticio de invierno, la noche más larga, fue cristianizada y convertida en la fiesta de S. Nicolás. De la deformación de este nombre salió “Santa Claus”. El “reinvento” de la fiesta, convertido en una maniobra comercial, se nos devolvió por los EEUU a donde lo llevaran los emigrantes, en su mayoría del norte de Europa., Los “usacos” son expertos en conseguir que conmemoremos cosas para gastar dinero.

 

Fue lo mismo que pasó con la fiesta de “Halloween” deformación de la fiesta de todos los santos en inglés “All Hallow's Eve”, la víspera de todos los santos. Fue la habitual cristianización de una festividad pagana, ésta de origen celta, llevada sobre todo por los irlandeses a Norteamérica. Recuerdo que en Galicia en mi infancia se celebraban en los pueblos, no tanto en las capitales, poniendo en los cruces de caminos una calabaza con una vela dentro que se encendía por las noches.

 

De los reyes magos se cuenta en los evangelios que ofrecieron oro, incienso y mirra al rey de los judíos recién nacido. La mayoría de los judíos nunca lo reconocieron como rey, no digamos como mesías; siguen sin reconocerlo como hijo de su dios; la secta judía de los cristianos si lo hace; los musulmanes, al menos, lo reconocen como profeta. Los evangelistas dicen que los judíos lo asesinaron cuando parecía que estaba empezando a hacerles la competencia, previo juicio justo, ¡naturalmente|, acusándole de usurpador y blasfemo, un delito que entonces tenía pena de muerte. Hoy aún hay gente que quiere recuperar ese delito felizmente inexistente.

 

Lo curioso de los reyes magos es que se dice que venían de oriente siguiendo el curso de una estrella, se supone sería un cometa, aunque según otra versión su distinto color de pelo y tez representaba a los europeos, africanos y asiáticos y que eso representaba, así en conjunto, a todos los seres humanos conocidos por aquellas épocas como prueba de que aquel dios era el único verdadero para todos los seres humanos. Por tanto, de oriente vendría uno y los otros dos, uno del norte y otro del sur.

 

Llegados a Jerusalén los tres se fueron a visitar a Herodes, ¿un colega? cuyos sabios o sacerdotes locales les dieron la pista de no sé qué tradición judaica respecto a Belén. Allá se fueron y se encontraron con un recién nacido cuyos padres acababan de llegar desde Nazaret donde vivían porque al emperador Augusto se le había ocurrido la idea de contar cuantas personas estaban bajo su mando.

 

Así, mirado sin prejuicios, el argumento parece un poco traído por los pelos, pero ¿quién dijo que los cuentos y las leyendas tienen que ser verosímiles? En todas partes tanto más éxito tiene cuantos más dioses y espíritus buenos y malos haya con superpoderes y más héroes y villanos humanos haya. Como dice los italianos “si non é vero é ben trovatto”. Eso sí, tiene que acabar bien ara dejar buen sabor de boca. Lo que motiva mi curiosidad es que, en el S. de la Europa cristiana, pero católica, se les llama los “tres Reyes Magos” mientras que, en el norte de la Europa cristiana, pero reformada, se les llama los “tres Hombres Sabios”. Son denominaciones concordantes, aunque con detalles diferentes en cada caso, pero que no excluyentes entre sí.

 

Según una, eran sacerdotes que creían en dioses extraterrestres, en ninguna religión los dioses viven en la tierra sino en el “cielo” y por eso lo correcto es llamarlos extraterrestres. Puestos a explicar qué hacía esa estrella errante supusieron que quizá su dios quería decirles algo con esa estrella migrante y se les ocurrió que seguirla para ver a donde los llevaba podría ayudarles a saber qué quería decirles.

 

Otra versión era la de que eran unos sabios, una especie de mezcla entre astrónomos y astrólogos, que al ver aparecer súbitamente esa estrella en el cielo que se movía siempre en una misma dirección decidieron seguirla y ver a donde los llevaba. Y se pusieron en camino

 

Una tercera explicación es la de que eran ricos y ¿reyes?, y que estaban aburridos de no hacer nada. Lo de la estrella volante les pareció una buena disculpa para marcharse el castillo una temporada y hacer un viaje siguiendo el camino por donde iba la estrella.

 

Lo del abeto de S. Nicolás es algo más coincidente con los cristianos del norte de Europa, que por el sur hay menos abetos. Lo del nacimiento parece ser que se le ocurrió a los napolitanos. Italia es cuna de grandes pintores y escultores; son gente con un sentido artístico innegable. Tras cientos de años pintando sólo cuadros del nacimiento de Jesús decidieron pasar a las tres dimensiones. Sin duda fue un hermoso regalo artístico.

 

Pues nada; ¡aún quedan unos días para portaros bien y lograr buenos regalos! Por haber sido buenos.

Abogado. - Doctor en Química Industrial. - Sectario General “Centro de Estudios Ateneo. - Socio Honorifico Juan Marín “El Empecinado.

 

https://alimentosdezamora.info/index_ES.html

 

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