A LA IZQUIERDA DE LA IZQUIERDA
La crucifixión de Barbara Rey
    
   
	    
	
    
        
    
    
        
          
		
    
        			        			        			        
    
    
    
	
	
        
        
        			        			        			        
        
                
        
        
En un canal de televisión han emitido “la verdad según Bárbara Rey” (la que fue en 2 temporadas distintas amante del Emérito).
Dado mi natural cotilla y mi vocación política (hay un libro titulado “Juan Carlos I. El Rey de las 5.000 amantes” escrito por un militar español que pasó por los servicios secretos) seguí los 3 capítulos.
En los 2 primeros ella no estaba en el plató y solo aparecían imágenes suyas de una entrevista previa. Quienes sí estaban eran  los y las clásicas “tertulianas”. Consistiendo el espectáculo en que tras un pedazo de la entrevista los opinantes opinaban.
Dichas opiniones de los “miembros del jurado” eran bastante severas contra ella, hasta el punto de que sólo recuerdo a 2  o  3 colaboradores que trataban de respetarla un poco (una era una mujer, otra la presentadora femenina y tal vez algún ocasional invitado).
En el último capítulo sí estaba la plebeya María García García, o sea Bárbara Rey. Y en él se confirmó lo que parecía una crucifixión. Que estábamos en el Gólgota (o Calvario) se veía porque el “jurado” había sido escogido de manera tal que todos (y todas) estaban dispuestos a “clavar los clavos” que fueran precisos hasta que quedara claro que: “el entonces Rey tuvo un tonto desliz, cosa de hombres, con tan mala fortuna que había topado con una pécora (Eva y serpiente en una pieza)”.
Obviamente el jurado lo componían “paladines” incondicionales de la corona. Por cierto que el programa era patrocinado por “Paladín”. (“Y luego dicen que no existe la Divina Providencia”).
El mensaje de “los paladines del Rey”  buscaba  2 efectos. Uno era insinuar que si el Rey había tenido muchas amantes y sólo una generó escándalos y pidió dinero es que ella era mala de solemnidad.
Luego aprovechando que meses antes el hijo de la plebeya contó que su madre no sólo era una mala mujer sino también la peor madre del universo, ¡para qué pedir más!, eso iba a permitir insinuar que: “el Rey es bueno, si acaso algo torpe en estos temas, como todos los hombres, pero la mala mala fue ella porque…”
Dice el hijo que su madre le había obligado (siendo menor de edad) a grabar conversaciones y ¡¡¡videos!!!  de los encuentros reales. Videos que por fuerza serán de un “porno XXL”, pues si “la española cuando besa, besa de verdad” (y ella es de Totana, Murcia) y cualquier Rey español es un machote  donde los haya, imaginad cómo serán.
Así que nada más empezar el capítulo final los paladines atacaron a la plebeya sin piedad, porque ahí está la madre del cordero: la imagen  que querían dar de Bárbara es el de una tía del pueblo que llegó a la fama de cama en cama pero sin “seso”, y eso era imperdonable.
Más, hete aquí que se encontraron con una “plebeya” inteligente, valiente y con clase,  que se rio de todos ellos haciéndoles enmudecer y retroceder.
Argumentó que: Pidió dinero al amante porque había visto perjudicada su carrera. Grabó porque temía por su vida. Las cantidades que recibió no eran tan altas como dicen algunos, así que a lo mejor alguien se quedó con la diferencia. Y si el dinero era público seria por tacañería real.
Que ella dijo la verdad y que los paladines mentían (a sabiendas o no) se deduce porque no la dejaban hablar, interrumpiéndola sin parar cuando respondía a sus  insinuaciones, desmontándolas.  Incluso se usó la publicidad para cortar el uso de su derecho a la defensa.
Ah! y respecto a lo de su hijo, resulta que es falso todo lo que él dice, pues hasta las inocentes fotos de la paella, únicas que aportó, no las hizo el niño.
Del que, por cierto, estaba allí, cual “perro de presa” y paladín emérito, alguien relacionado íntimamente con quien se lleva el 20% de lo que el hijo gane yendo de plató en plató hablando mal de su madre, y claro si todo es mentira  se acabó el chollo.
Ay!!! Dios, que      Dios es el dinero.
Paco Molina
        
        
    
       
            
    
        
        
	
    
                                                                                            	
                                        
                            
    
    
	
    
En un canal de televisión han emitido “la verdad según Bárbara Rey” (la que fue en 2 temporadas distintas amante del Emérito).
Dado mi natural cotilla y mi vocación política (hay un libro titulado “Juan Carlos I. El Rey de las 5.000 amantes” escrito por un militar español que pasó por los servicios secretos) seguí los 3 capítulos.
En los 2 primeros ella no estaba en el plató y solo aparecían imágenes suyas de una entrevista previa. Quienes sí estaban eran los y las clásicas “tertulianas”. Consistiendo el espectáculo en que tras un pedazo de la entrevista los opinantes opinaban.
Dichas opiniones de los “miembros del jurado” eran bastante severas contra ella, hasta el punto de que sólo recuerdo a 2 o 3 colaboradores que trataban de respetarla un poco (una era una mujer, otra la presentadora femenina y tal vez algún ocasional invitado).
En el último capítulo sí estaba la plebeya María García García, o sea Bárbara Rey. Y en él se confirmó lo que parecía una crucifixión. Que estábamos en el Gólgota (o Calvario) se veía porque el “jurado” había sido escogido de manera tal que todos (y todas) estaban dispuestos a “clavar los clavos” que fueran precisos hasta que quedara claro que: “el entonces Rey tuvo un tonto desliz, cosa de hombres, con tan mala fortuna que había topado con una pécora (Eva y serpiente en una pieza)”.
Obviamente el jurado lo componían “paladines” incondicionales de la corona. Por cierto que el programa era patrocinado por “Paladín”. (“Y luego dicen que no existe la Divina Providencia”).
El mensaje de “los paladines del Rey” buscaba 2 efectos. Uno era insinuar que si el Rey había tenido muchas amantes y sólo una generó escándalos y pidió dinero es que ella era mala de solemnidad.
Luego aprovechando que meses antes el hijo de la plebeya contó que su madre no sólo era una mala mujer sino también la peor madre del universo, ¡para qué pedir más!, eso iba a permitir insinuar que: “el Rey es bueno, si acaso algo torpe en estos temas, como todos los hombres, pero la mala mala fue ella porque…”
Dice el hijo que su madre le había obligado (siendo menor de edad) a grabar conversaciones y ¡¡¡videos!!! de los encuentros reales. Videos que por fuerza serán de un “porno XXL”, pues si “la española cuando besa, besa de verdad” (y ella es de Totana, Murcia) y cualquier Rey español es un machote donde los haya, imaginad cómo serán.
Así que nada más empezar el capítulo final los paladines atacaron a la plebeya sin piedad, porque ahí está la madre del cordero: la imagen que querían dar de Bárbara es el de una tía del pueblo que llegó a la fama de cama en cama pero sin “seso”, y eso era imperdonable.
Más, hete aquí que se encontraron con una “plebeya” inteligente, valiente y con clase, que se rio de todos ellos haciéndoles enmudecer y retroceder.
Argumentó que: Pidió dinero al amante porque había visto perjudicada su carrera. Grabó porque temía por su vida. Las cantidades que recibió no eran tan altas como dicen algunos, así que a lo mejor alguien se quedó con la diferencia. Y si el dinero era público seria por tacañería real.
Que ella dijo la verdad y que los paladines mentían (a sabiendas o no) se deduce porque no la dejaban hablar, interrumpiéndola sin parar cuando respondía a sus insinuaciones, desmontándolas. Incluso se usó la publicidad para cortar el uso de su derecho a la defensa.
Ah! y respecto a lo de su hijo, resulta que es falso todo lo que él dice, pues hasta las inocentes fotos de la paella, únicas que aportó, no las hizo el niño.
Del que, por cierto, estaba allí, cual “perro de presa” y paladín emérito, alguien relacionado íntimamente con quien se lleva el 20% de lo que el hijo gane yendo de plató en plató hablando mal de su madre, y claro si todo es mentira se acabó el chollo.
Ay!!! Dios, que Dios es el dinero.
Paco Molina



















Normas de participación
Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.
La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad
Normas de Participación
Política de privacidad
Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.41