El Zamora CF de Sabas funde calidad y excelente fútbol con agresividad y fuerza

A un servidor el Zamora CF de Sabas le encanta, incluso me ponía mucho cuando perdía en el inicio de la competición. El triunfo en Stadium Gal lo juzgo como esencial para mantener la categoría. No obstante, los rojiblancos necesitan el refrendo de otros tres puntos contra el filial de Osasuna, que capacitaría al equipo a mirar la Liga desde otra perspectiva: entrar en la fase de ascenso. Encuentro matinal que debería demandar una gran entrada en el Ruta de la Plata en un inicio de la segunda vuelta crucial para marcar un punto de inflexión decisivo para la temporada, a la espera de dos refuerzos, el de un medio centro defensivo y el de un exterior, más tras la baja de Mancebo, futbolista que ha dado momentos importantes al equipo, como ejecutar un centro primoroso en San Sebastián de los Reyes para que Luis Rivas marcase el gol que catapultó al Zamora CF a esta categoría tan bonita como en la Primera División RFEF.

La escuadra rojiblanca, de no haber contado el Real Unión de Irún con un portero como Wright, habría recibido ayer una derrota humillante en su mítico feudo. Contabilizo cinco enormes intervenciones del cancerbero inglés, cedido por el Aston Villa de Unai Emery, además de detener la pena máxima lanzada por Márquez. Me gusta este Zamora CF de Sabas porque busca siempre el área contraria sin descuidar la propia, donde la calidad de sus laterales y centrales suponen una muralla infranqueable para las delanteras rivales. No hay un solo futbolista rojiblanco que se relaje, porque trabajan como Stajánov, el célebre minero soviético, condecorado por Stalin. Nadie corre tanto como el equipo del técnico madrileño, ni presiona así la salida de la pelota del rival.

Cierto que ayer, quizá porque todavía no se habían desperezado cerebros y músculos, San Bartolomé, ex del Bilbao Ath, pudo hacer el primer gol para los vascos antes del minuto 1, pero la salida de Fermín, que actúa en una doble faceta: portero y hombre libre, impidió empezar el choque de mala manera. Tardía unos diez minutos en volver en sí el Zamora. A partir de ese inicio, llegó la exhibición ofensiva rojiblanca y la actuación estelar del cancerbero británico.

Después llegaría el magnífico gol de Roni, la exhibición de Tresaco, el trabajo descomunal de Clavería y Ramos, la magia de Márquez y la omnipresencia de la zaga rojiblanca. Pero también se encajó un tanto, en una tontería defensiva de Rufo. Lástima que el gaditano fallase en la ejecución de la pena máxima, aunque nos dejó el gran gol de la victoria.

Enfatizo también en el estado del campo, pasable, por ser positivo, durante la primera media hora, e imposible para generar buen fútbol en la segunda mitad y más en el tramo definitivo.  Pero, como escribí ayer en la crónica del partido, el Zamora supo cumplir con la Ley de Darwin de la adaptación al medio para hacerse con tres puntos esenciales. Porque todos los puntos se suman en campos embarrados, estrechos, pequeños, duros y de plástico (césped artificial). Y así se logran permanencias y se alcanzan metas superiores.

Cierro: tras cerrarse la primera vuelta, afirmó, sin temor a equivocarme, sin partidismo hooligan, que ningún equipo del grupo fue superior a los rojiblancos..

E. Navascués de Zubiría

Fotografía: Tresaco, jugador esencial en ataque en la victoria sobre el Real Unión de Irún (ZCF)