Manuel Herrero
Miércoles, 15 de Enero de 2025
DENUNCIAS

El Desastre del Parque entre Cardenal Cisneros y la Carretera de Villalpando.

Sigue discriminado, mientras se atienden otros más céntricos.

Recientemente, se llevó a cabo la renovación del parque situado en la zona de Las Viñas, en Cardenal Cisneros, junto a otro parque que ya había sido mejorado bastante antes, dado que en días de lluvia no se podía utilizar porque se enlagunaba y no permitía ni siquiera su acceso, con la sustitución del suelo, la situación cambio totalmente. Este tipo de mejoras siempre son bienvenidas, especialmente cuando incrementan la seguridad y funcionalidad, en este caso beneficiando principalmente a los más pequeños. Sin embargo, resulta difícil justificar la inversión en una zona que, aunque visible, no era prioritaria, pues no presentaba grandes carencia mientras otros espacios cercanos presentan un estado mucho más precario.

 

Un claro ejemplo es el parque ubicado en la misma calle, lindando con la Carretera de Villalpando. Este espacio, aunque no está rodeado de edificios residenciales y no es un destino habitual para familias con niños, es muy transitado. Durante el día, lo utilizan personas que cruzan desde la autovía hacia los supermercados, almacenes y otras instalaciones cercanas, como el tanatorio. Además, el parque es un atajo que evita rodeos teniendo que llegar acera adelante hasta la misma rotonda del centro comercial. Por la noche y madrugada, el flujo de personas aumenta debido a la cercanía de varias salas de fiesta.

 

A pesar de su uso frecuente, el parque presenta múltiples problemas que ponen en riesgo a los transeúntes. El camino principal es de arena, pero está en pésimas condiciones debido a la erosión provocada por la lluvia, que nunca se ha reparado. En algunas partes, los peatones deben caminar sobre una superficie que alguna vez fue embaldosada, pero que hoy solo conserva el cemento y restos de baldosas rotas. Estas piezas sueltas, con aristas peligrosas, representan un grave riesgo de accidentes. Por otro lado, aunque se instalaron torres LED para mejorar la iluminación, su diseño y ubicación no cumplen su función adecuadamente. En época estival, las ramas de los árboles bloquean gran parte de la luz, dejando muchas áreas en penumbra. Incluso, lo que en su momento pudo haber sido un monumento con iluminación propia hoy es un vestigio descuidado, con focos ausentes que han quedado como simples casetos de  chapas oxidadas. Es evidente que este espacio necesita atención urgente. La falta de mantenimiento, las condiciones inseguras del suelo y la ineficacia de la iluminación hacen de este parque un lugar peligroso y olvidado. Aun necesitado, sigue  siendo discriminado, atendiéndose  otros más céntricos. 

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