NUESTRA HISTORIA
Los baños fundados por Alfonso III "El Magno"
Alfonso III "El Magno" trajo a Zamora años de prosperidad durante su reinado. Después de intensas batallas contra los árabes, se firmó una paz duradera en el año 883 y el rey pudo consagrarse a pacificar la línea del Duero y principalmente Zamora que había de ser casi su constante residencia y punto de partida para organizar arriesgadas expediciones con que ensanchar los dominios cristianos.
En aquella ocasión Zamora tuvo oportunidad de prosperar. Trajo el buen rey gentes de Toledo para que construyesen y poblasen la ciudad, expertos alarifes toledanos que también dirigieron fortificaciones, iglesias y edificios. Lo que antes era desolación y tristeza, mudose en animación y vida; se alzaron al cielo las agujas de los derruidos templos, brotaron de entre las ruinas robustas torres de defensa, surgió el poderoso castillo y la población fue circuida por siete muros que se extendían hasta el mismo río. El comercio y la actividad de la vida urbana resurgieron en nuestra capital. El rey había convertido la ciudad en una población que era de hecho la Corte, y que los árabes llamaron en adelante y por mucho tiempo "la capital de Galicia".
El monarca don Alfonso III fundó unos magníficos BAÑOS en el año 905 que fueron mencionados en varios libros por su portentosa fábrica, aunque de ellos no queda más indicio que el nombre de la Calle de los Baños donde estuvieron. El entorno de Santa Lucía es testimonio de las actividades, comercios e industrias que allí se asentaron.
Alfonso III, llamado "El Magno", fue rey de Asturias desde el año 866, era hijo y sucesor de Ordoño I. Fue el último rey asturiano y el primero de León. Desde su ascenso al poder hubo de hacer frente a una serie de problemas internos: revueltas de los nobles, rebelión en los de su dinastía y enfrentamientos con sus propios hermanos.
Consolidó el Duero como frontera meridional del reino en torno a las plazas fuertes de Toro y Zamora.
Sus últimos años de reinado son oscuros. Por motivos desconocidos, su primogénito García trató de derrocarlo, lo que logró finalmente con el concurso de sus hermanos.
Alfonso III abdicó, aunque conservó el título real. Falleció en Zamora el 20 de diciembre del año 910. Su cadáver fue conducido a la ciudad de Astorga y enterrado en la Catedral. Posteriormente, en el año 986 los restos de Alfonso III y los de su esposa fueron trasladados a la ciudad de Oviedo por orden del rey Bermudo II de León, siendo depositados en el panteón de reyes de la Capilla de Nuestra Señora del Rey Casto de la Catedral de Oviedo.
Balbino Lozano
Alfonso III "El Magno" trajo a Zamora años de prosperidad durante su reinado. Después de intensas batallas contra los árabes, se firmó una paz duradera en el año 883 y el rey pudo consagrarse a pacificar la línea del Duero y principalmente Zamora que había de ser casi su constante residencia y punto de partida para organizar arriesgadas expediciones con que ensanchar los dominios cristianos.
En aquella ocasión Zamora tuvo oportunidad de prosperar. Trajo el buen rey gentes de Toledo para que construyesen y poblasen la ciudad, expertos alarifes toledanos que también dirigieron fortificaciones, iglesias y edificios. Lo que antes era desolación y tristeza, mudose en animación y vida; se alzaron al cielo las agujas de los derruidos templos, brotaron de entre las ruinas robustas torres de defensa, surgió el poderoso castillo y la población fue circuida por siete muros que se extendían hasta el mismo río. El comercio y la actividad de la vida urbana resurgieron en nuestra capital. El rey había convertido la ciudad en una población que era de hecho la Corte, y que los árabes llamaron en adelante y por mucho tiempo "la capital de Galicia".
El monarca don Alfonso III fundó unos magníficos BAÑOS en el año 905 que fueron mencionados en varios libros por su portentosa fábrica, aunque de ellos no queda más indicio que el nombre de la Calle de los Baños donde estuvieron. El entorno de Santa Lucía es testimonio de las actividades, comercios e industrias que allí se asentaron.
Alfonso III, llamado "El Magno", fue rey de Asturias desde el año 866, era hijo y sucesor de Ordoño I. Fue el último rey asturiano y el primero de León. Desde su ascenso al poder hubo de hacer frente a una serie de problemas internos: revueltas de los nobles, rebelión en los de su dinastía y enfrentamientos con sus propios hermanos.
Consolidó el Duero como frontera meridional del reino en torno a las plazas fuertes de Toro y Zamora.
Sus últimos años de reinado son oscuros. Por motivos desconocidos, su primogénito García trató de derrocarlo, lo que logró finalmente con el concurso de sus hermanos.
Alfonso III abdicó, aunque conservó el título real. Falleció en Zamora el 20 de diciembre del año 910. Su cadáver fue conducido a la ciudad de Astorga y enterrado en la Catedral. Posteriormente, en el año 986 los restos de Alfonso III y los de su esposa fueron trasladados a la ciudad de Oviedo por orden del rey Bermudo II de León, siendo depositados en el panteón de reyes de la Capilla de Nuestra Señora del Rey Casto de la Catedral de Oviedo.
Balbino Lozano




















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