Un Zamora sin alma perdió por la mínima en Tarazona: (1-0)

El Zamora CF, el que todo conocemos, no jugó en Tarazona. Quizá vimos un sucedáneo con uniforme de alivio de luto. Ni un solo disparo a puerta. Solo un cabezazo de Pito Camacho que rozó el larguero. No sabemos si el meta aragonés es buen o mal portero. Superada la defensa en el juego aéreo por un equipo que supo tocar la pelota en saques de esquina y faltas, como la que originó el gol del equipo local. Cuando se aspiraba a entrar entre los puestos de elite del grupo, golpe duro al mentón rojiblanco.

Sabas eligió un equipo para la batalla, al alinear a Gorjón en la medular para hacer compañía con Clavería en la medular, más Rufo en el exterior diestro.  resto del equipo inicial, el de siempre. A priori, todo perfecto, pero, tras ver el partido, patada a seguir y fútbol atmosférico, un jugador como Bolo, junto a Carlos Gutiérrez y José Carlos habría sido necesario.

Mandó el Zamora en los diez primeros minutos iniciales. Los rojiblancos tenían el balón, aunque si poner en apuros a los locales. A partir de ese instante, por mimetismo, el equipo de Sabas se aplicó al fútbol directo, para el que no está dotado, especialidad que se le da de maravilla al equipo que dirige Juanma Barrero.

El encuentro invitó al tedio, a desconectar la televisión y echarte la siesta. Horrible. La pelota parecía tener querencia por el Moncayo, la emblemática montaña entre Castilla y Aragón. Patético partido.

A sabiendas de que el peligro del Tarazona se base en el juego aéreo, los rojiblancos demostraron olvidarlo, porque concedieron saques de esquina a la menor, como si fuera un alivio. En uno de ellos, llegó el primer remate al larguero de Fuentes, sin que la defensa rojiblanca. Y, a falta de tres minutos para el descanso, más madera para los maños y, de nuevo, tras ejecutarse un córner. Con empate a cero, con empate a nulidad futbolística concluyó la primera entrega.

Y nada más iniciarse la segunda, una falta en la medular rojiblanca, de Clavería, al dar con la bota en la cabeza de un jugador local, que, según mi opinión, agachó la testa por debajo de la cintura, luego la sanción habría sido para el aragonés, gol del Tarazona. Se saca al área, toca Fuentes, de cabeza, hacia el área pequeña, donde la zaga rojiblanca se halla en las musarañas. Entra como una fiera Fuentes que creo que se llevó por delante a Fermín para marcar el gol de la victoria y el de la derrota rojiblanca.

A partir de ahí, reacciona Sabas que introduce tres cambios en el minuto 57: entraron Pito Camacho, Guille Macho y Joel Priego y se van Roni, que no vio la pelota, lógico, cuando tu equipo no ataca; Clavería y Rufo.

Intenta el Zamora jugar más la pelota, merced a Macho y Márquez. Pasa a dominar el juego, pero solo hubo un testarazo de Pito que rozó el larguero a centro, desde la derecha, de Campabadal.

Mientras, el Tarazona siguió a lo suyo con fútbol directo y búsqueda de saques de esquina, mientras el Zamora entró en depresión, porque los cambios, aunque dieron lugar a dominar el partido, tampoco ofrecieron peligro en el área rival.

Y, por si acaso se obraba el milagro, Álvaro Romero también saltó al césped, muy duro, seco, en lugar de Tresaco, sin oportunidad de lucir su verticalidad y regate.

Y, hasta el finiquito, partido trabado, seco, feo, tedioso. Muchos cambios en el Tarazona, para aguantar físicamente y orfandad de ocasiones para los rojiblancos. Sabas también dio entrada a Carlo, el croata, que apenas tocó pelota, por Gorjón.

Y este 26 de enero concluyó el sueño de invierno del Zamora para entrar en la elite del grupo. Decepción, porque los rojiblancos no comparecieron esta ventosa tarde en tierras aragonesas.  

Fotografías: Zamora CF