Manuel Herrero Alonso
Miércoles, 29 de Enero de 2025
BAÑOS

¿Qué ha sido de los baños portátiles de la ciudad?

Se instalaron porque eran demandados, pero se retiraron sin más explicaciones.

En Zamora nos enfrentamos a una realidad incómoda y, para muchos, humillante, la ausencia de baños públicos en la ciudad y las crecientes restricciones para usar los de los establecimientos de hostelería. No es raro encontrarse con carteles en la entrada de un bar o, peor aún, en la puerta del propio baño, que avisan de que solo son de uso exclusivo para clientes. Aunque esto pueda entenderse como un derecho de los hosteleros, el mensaje no deja de ser un agravio para quienes, en un apuro, se ven obligados a pedir permiso o consumir algo, aun cuando solo necesite aliviar una necesidad fisiológica. En algunos casos, los gerentes optan por cerrar los baños con llave, añadiendo una barrera más al momento. Y si alguien necesita usarlo, deberá pedir la llave, que a menudo va acompañada de un enorme llavero que parece diseñado para que nadie se la lleve por accidente. Sí, es lo que hay. Y lo cierto es que, a veces, uno asume el coste de un café o de una botella de agua como un "peaje" por usar el baño. Todo, desde luego, mejor que enfrentarse a la vergüenza de no poder contenerse y llegado el caso hacérselo encima.

 

Lo que resulta más paradójico es, que hace unos años Zamora contaba con baños portátiles en la vía pública, como los que estaban en la plaza de Hacienda. Es cierto que su limpieza dejaba mucho que desear y que no eran el lugar más agradable para entrar, pero cumplían su función: permitir que cualquiera pudiera usarlos en un momento de apuro. Estos baños se colocaron porque existía una necesidad real, reclamada tanto por la ciudadanía como por partidos políticos que, en su momento, hicieron bandera de esta demanda y hoy formando parte del equipo de gobierno se han olvidado, como de otras tantas cosas. Sin embargo, tras la pandemia, estos baños portátiles desaparecieron, y nunca más se supo de ellos.

 

Ahora mismo, los zamoranos apenas cuentan con dos opciones públicas, los baños de Los Tres Árboles y los del Castillo, este último con mayor orientación hacia los turistas que visitan nuestra ciudad. ¿Y el resto de los ciudadanos? Parece que hemos quedado relegados, sin alternativas, salvo las de recurrir a la hostelería o arriesgarnos a una multa si nos vemos obligados a imitar a los perros en un rincón. Es preocupante que algo tan básico como la posibilidad de usar un baño en la vía pública haya quedado fuera de las prioridades de la administración local. No se trata de un lujo, sino de una necesidad esencial que afecta tanto a la calidad de vida de los residentes como a la imagen que proyecta Zamora hacia sus visitantes. Si en su día hubo una solución, ¿por qué no retomarla? La higiene, la dignidad y la convivencia urbana deberían ser suficientes razones para devolvernos este servicio básico. Mientras tanto, los zamoranos seguiremos buscando alternativas, con café en mano o acompañados de un llavero tamaño ladrillo, porque, al final, lo que está claro es que "cuando hay que ir, hay que ir".

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