En febrero, busca la sombra el perro

Uno de los refranes que era muy popular en el pasado y que en la actualidad está casi olvidado,  es “En febrero, busca la sombra el perro”.   Su significado es que en este mes, en el que todavía estamos en la estación meteorológica del invierno, suele haber algunos días en los que luce el sol con relativo esplendor, por lo que resulta muy agradable disfrutar del calorcito que producen los rayos del astro rey sentados a la solana.
Pero la realidad solía ser otra:    antaño hubo días en los que las bajas temperaturas obligaban a guarecerse en locales convenientemente climatizados.  

Recuerdo, allá por los años cuarenta, a aquellas mujeres que sacaban a la puerta de su casa el brasero  para atizarlo a los vaivenes de un soplillo con el fin de, después de haber chisporroteado un rato, llevar el brasero a meterlo debajo de las faldas de la mesa-camilla, alrededor de la que se acurrucaría la familia a las horas de las comidas y también para pasar las horas de asueto, hasta que llegara la hora de acostarse. 

Como en muchos casos las sábanas solían estar gélidas como carámbanos, había quienes colocaban una bolsa de agua caliente o un ladrillo previamente calentado para que, llegado el momento de meterse en la cama, fuese agradable recibir el calorcito de las sábanas templadas por la acción de aquellos artilugios.

Esto ocurría en los modestos hogares en los que no se podía pensar en el lujo de la calefacción ni  en ningún otro medio de combatir las temperaturas bajo cero, si no era el brasero de cisco que,  además de los inconvenientes de su encendido, estaban los peligros de incendio de las faldas de la camilla donde se instalaba y también el riesgo de atufarse por las emanaciones de las brasas mal quemadas.

Ahora, ya no hay que pensar en que pasaremos frío, porque hay muchos adelantos tecnológicos para combatirlo al alcance de casi todas las economías.  Además,  el cambio climático que estamos experimentando eleva, en general,  las temperaturas de manera que se hacen innecesarios elementos calefactores.

El cambio climático actual, dicen los expertos que es antropogénico, es decir que es resultado de actividades humanas, a diferencia de cuando las variaciones son por causas naturales, se relaciona principalmente con la intensificación del efecto invernadero, debido a las actividades industriales procedentes de la quema de combustibles fósiles.

Balbino Lozano