El peor Zamora pierde ante un excelente Bilbao Ath. (0-2)

Al inicio de la Liga el Zamora CF jugaba muy bien, pero perdía. En esta segunda vuelta, los rojiblancos juegan mal y, por supuesto, pierde, porque carece de recursos en el fútbol estático. Lo que preocupa es que una escuadra que desarrollaba un excelente juego, que creaba numerosas ocasiones de gol, ante Tarazona, un equipo fuerte físicamente, pero pobre en juego, y esta noche ante un Bilbao Athletic, una escuadra de lo mejor que ha pasado por el Ruta de la Plata, solo un disparo a puerta, obra de Tresaco, a las manos de Santos.

El filial del Athletic Club marcó dos goles, el primero en el minuto 39, después de una gran jugada de Johaneko, que encontró un carril expedito por la banda derecha del Zamora, donde solo se encontró con Campabadal, sin extremo que marcar, descompuso a la zaga rojiblanca. Ya había hecho acciones de gran peligro antes de que llegarse el tanto del lateral Irurita. Todo partía de que Sabas eligió jugar sin un exterior diestro, ni Joel, ni Rufo. Con esa opción, un lateral zurdo, que es más extremo que defensa, trastornó al equipo rojiblanco. No obstante, el Zamora empezó bien, con veinte minutos que presagiaban un partido sencillo, una victoria fácil. El filial, hasta el minuto 21, no jugó en el campo del Zamora. Pero, a partir de ese momento, Rego y Generabarrena se impusieron a la medular local, a Clavería y Gorjón, mientras Márquez perdió el contacto con Roni y Tresaco. La zaga bilbaína jugaba a placer, más a partir de su primer gol.

El técnico madrileño cortó por lo sano, y introdujo, al inicio de la segunda mitad, un triple cambio: Ramos, Pito Camacho y Álvaro Romero entraban por José Carlos, Roni y Clavería, que ya había visto una tarjeta amarilla con unas manos tontas. Pero la metamorfosis no llegó a la crisálida rojiblanca. El Athletic B siguió mandando en el partido, merced al omnipresente trabajo de Rego, una especie de Rodri, pero mucho más joven, el medio centro que querría Sabas para el Zamora. Cierto que la escuadra vasca tampoco puso en aprietos a la zaga, donde Gorjón había pasado a ocupar la posición de central zurdo.

Solo una oportunidad rojiblanca durante toda la segunda mitad, un centro, desde la izquierda, que remata, de cabeza, Pito, pero el balón salió desviado del marco vasco.

Como la máquina rojiblanca seguía gripada, Sabas realizó otros dos cambios a la desesperada. Bolo entraba por Campabadal y Priego por Tresaco (minuto 66). El Zamora pasaba a defender con tres centrales, con lo que Nieto, quizá el mejor de los rojiblancos, buscó más el ataque. Antes, Fermín ya había evitado el segundo de los filiales, al salir a los pies de Ibai Sanz.

El árbitro, de Pontevedra, el mismo que machacó al Zamora ante el San Sebastián de los Reyes en el Ruta, durante la fase de ascenso, volvió a tomar decisiones en contra de los rojiblancos, aunque no fue decisivo en la derrota. Pero el mal de los de Sabas surgió en el segundo gol de los jóvenes bilbaínos, cuando Buján recibe un balón desde la medular de su equipo en una cesión de Macho. El exterior diestro burla a dos defensas y lanza un disparo raso que bate a Fermín. Ahí se acabó el partido.

Este Zamora no sabe ganar sin jugar bien y pierde siempre que juega mal, porque carece de recursos para sacar ventaja en esos encuentros en los que el fútbol desaparece. Preocupante la carencia, esperemos que momentánea, de fútbol de ataque, porque, si no disparas a puerta, no se marcan goles. Si no juegas a la lotería, tampoco te toca el gordo.

El sábado, otro partido de órdago, Sestao, ante un equipo al que hoy la Cultural no ha podido vencer en su feudo. Se supone que en esta semana llegue ese medio centro defensivo. No obstante, si no hay generación ofensiva de poco vale esa figura.

Fotos: Zamora CF