DIMISIÓN
García-Gallardo dimite y deja la política
El líder de VOX en Castilla y León admite "discrepancias" con la dirección nacional
Juan García-Gallardo, líder de VOX en Castilla y León, y ex vicepresidente de la Junta de Castilla y León ha dimitido este lunes de todos sus cargos en el partido, y se ha retirado de la política.
García-Gallardo ha hecho pública una carta a través de X, en la que explica sus motivaciones, en las que reconoce "discrepancias" con la dirección nacional, aunque asegura que su decisión es " personal e independiente".
"Renuncio a mi cargo como portavoz de VOX en las Cortes de Castilla y León, al acta de procurador y mi pertenencia al Comité Ejecutivo Nacional, volviendo a mi condición de afiliado raso de VOX y retomando mi actividad profesional privada como abogado", ha resaltado el procurador en su carta, en la que a pesar de su dimisión ha querido trasladar sus mejores deseos para el partido " espero que el éxito electoral de VOX suceda pronto".
La carta completa dice lo siguiente:
"Siempre he entendido la actividad política como una renuncia, si se aspira a ejercerla de manera virtuosa, como yo he pretendido y espero haber conseguido. Sin sacrificio es difícil ejercerla con la exigencia debida. Asumí un sacrificio personal al entrar y, ahora, renuncio voluntariamente al salir.
Participar en política con VOX supone un sacrificio adicional. El establishment político y mediático te aplica una vara de medir distinta a la de los miembros de otros partidos políticos. Nadie dijo que fuera fácil, pero nunca he tenido un inconveniente con esa fiscalización. Esa situación obliga a elevar los estándares de diligencia a los que nos sometemos.
Entré en política activa con grandes dosis de ilusión y entusiasmo. Entré en un proyecto unido, pero ancho, en el que existían y cabían pluralidad de liderazgos y carismas. Esa situación ha cambiado. La dirección del partido ha ido ocupando cada vez más espacios en detrimento de los demás.
Eso no es necesariamente malo por si mismo, a pesar de lo que dicen los entusiastas de la "democracia interna" absoluta y las primarias para la selección de los candidatos a cargos electos. La ley de hierro de la oligarquía, definida por Dalmacio Negro, es inevitable en cualquier organización, incluidos, por supuesto, los partidos políticos.
EI intento por acabar con las oligarquías dentro de los partidos es una quimera; una acción estéril que sólo conduce a la melancolía. En lo que no cabe el conformismo es en la exigencia de una conducta ética a quienes integran las oligarquías que gobiernan los partidos políticos, en nuestro caso, VOX.
Fui educado para no car en fanatismos ni idolatrías. También aprendí en mi casa que los conflictos era preferible resolverlos de manera pacífica y discreta, siempre que fuera posible.
Por eso, he canalizado todas mis discrepancias con las decisiones de la dirección del partido, cuando han aflorado, con el mayor nivel de reserva posible.
No quiero continuar redacción de esta carta sin aclarar lo siguiente: esta decisión es independiente de la adoptada por quienes han desafiado públicamente a la dirección del partido con exhibiciones de rebelión en Salamanca o constituyendo plataformas de afiliados para cuestionar decisiones relevantes de la dirección en política internacional.
Mis discrepancias con la dirección del partido no tienen que ver con la forma de selección de los candidatos, ni con la participación en uno u otro grupo político europeo. La decisión que termino de tomar hoy es personal e independiente.
Durante los últimos tres años he sido leal al presidente y a su equipo más próximo. Lealtad toda, mientras exista reciprocidad. Y lealtad y apoyo siempre y ante todo al programa político de VOX, sin matices, que espero poder seguir contribuyendo a que triunfe, con mi humilde aportación, por el bien de España. Como ninguno somos imprescindibles, espero que el éxito electoral de VOX suceda pronto con la ayuda del resto de compañeros del partido: por el bien del conjunto de la sociedad española. Sin embargo, la necesidad urgente de cambio en la política española no nos debe llevar a buscar atajos, ni a aceptar conductas que no compartimos.
Tuvo mucho recorrido aquella frase que pronuncié antes de dimitir como vicepresidente de la Junta de Castilla y León sobre los barcos y el honor. Por desgracia: por iniciativa de otros, me vuelvo a enfrentar al mismo dilema, optando por la misma solución, por respeto a mis principios.
Fue Tomás Moro quien dijo que "si el honor trajese cuenta, todo el mundo sería honorable". Pero, en cuestiones de conciencia no cabe el cálculo, solo la acción firme y desinteresada, con respeto a las normas, especialmente para quienes pudiera parecer que no merecen ese amparo.
Por ese motivo, renuncio a mi cargo como portavoz de VOX en las Cortes de Castilla y León, al acta de procurador y mi pertenencia al Comité Ejecutivo Nacional, volviendo a mi condición de afiliado raso de VOX y retomando mi actividad profesional privada como abogado.
En el día de San Blas, cierro esta carta recordando que, para algunos, el éxito no se mide por el poder o el dinero, sino por ser digno de ser imitado por nuestros hijos y compatriotas.
Con inmensa gratitud a nuestros afiliados, simpatizantes y votantes, así como la inmensa mayoría de valientes cargos públicos de VOX a lo largo: ancho de España, ¡hasta pronto!"

Juan García-Gallardo, líder de VOX en Castilla y León, y ex vicepresidente de la Junta de Castilla y León ha dimitido este lunes de todos sus cargos en el partido, y se ha retirado de la política.
García-Gallardo ha hecho pública una carta a través de X, en la que explica sus motivaciones, en las que reconoce "discrepancias" con la dirección nacional, aunque asegura que su decisión es " personal e independiente".
"Renuncio a mi cargo como portavoz de VOX en las Cortes de Castilla y León, al acta de procurador y mi pertenencia al Comité Ejecutivo Nacional, volviendo a mi condición de afiliado raso de VOX y retomando mi actividad profesional privada como abogado", ha resaltado el procurador en su carta, en la que a pesar de su dimisión ha querido trasladar sus mejores deseos para el partido " espero que el éxito electoral de VOX suceda pronto".
La carta completa dice lo siguiente:
"Siempre he entendido la actividad política como una renuncia, si se aspira a ejercerla de manera virtuosa, como yo he pretendido y espero haber conseguido. Sin sacrificio es difícil ejercerla con la exigencia debida. Asumí un sacrificio personal al entrar y, ahora, renuncio voluntariamente al salir.
Participar en política con VOX supone un sacrificio adicional. El establishment político y mediático te aplica una vara de medir distinta a la de los miembros de otros partidos políticos. Nadie dijo que fuera fácil, pero nunca he tenido un inconveniente con esa fiscalización. Esa situación obliga a elevar los estándares de diligencia a los que nos sometemos.
Entré en política activa con grandes dosis de ilusión y entusiasmo. Entré en un proyecto unido, pero ancho, en el que existían y cabían pluralidad de liderazgos y carismas. Esa situación ha cambiado. La dirección del partido ha ido ocupando cada vez más espacios en detrimento de los demás.
Eso no es necesariamente malo por si mismo, a pesar de lo que dicen los entusiastas de la "democracia interna" absoluta y las primarias para la selección de los candidatos a cargos electos. La ley de hierro de la oligarquía, definida por Dalmacio Negro, es inevitable en cualquier organización, incluidos, por supuesto, los partidos políticos.
EI intento por acabar con las oligarquías dentro de los partidos es una quimera; una acción estéril que sólo conduce a la melancolía. En lo que no cabe el conformismo es en la exigencia de una conducta ética a quienes integran las oligarquías que gobiernan los partidos políticos, en nuestro caso, VOX.
Fui educado para no car en fanatismos ni idolatrías. También aprendí en mi casa que los conflictos era preferible resolverlos de manera pacífica y discreta, siempre que fuera posible.
Por eso, he canalizado todas mis discrepancias con las decisiones de la dirección del partido, cuando han aflorado, con el mayor nivel de reserva posible.
No quiero continuar redacción de esta carta sin aclarar lo siguiente: esta decisión es independiente de la adoptada por quienes han desafiado públicamente a la dirección del partido con exhibiciones de rebelión en Salamanca o constituyendo plataformas de afiliados para cuestionar decisiones relevantes de la dirección en política internacional.
Mis discrepancias con la dirección del partido no tienen que ver con la forma de selección de los candidatos, ni con la participación en uno u otro grupo político europeo. La decisión que termino de tomar hoy es personal e independiente.
Durante los últimos tres años he sido leal al presidente y a su equipo más próximo. Lealtad toda, mientras exista reciprocidad. Y lealtad y apoyo siempre y ante todo al programa político de VOX, sin matices, que espero poder seguir contribuyendo a que triunfe, con mi humilde aportación, por el bien de España. Como ninguno somos imprescindibles, espero que el éxito electoral de VOX suceda pronto con la ayuda del resto de compañeros del partido: por el bien del conjunto de la sociedad española. Sin embargo, la necesidad urgente de cambio en la política española no nos debe llevar a buscar atajos, ni a aceptar conductas que no compartimos.
Tuvo mucho recorrido aquella frase que pronuncié antes de dimitir como vicepresidente de la Junta de Castilla y León sobre los barcos y el honor. Por desgracia: por iniciativa de otros, me vuelvo a enfrentar al mismo dilema, optando por la misma solución, por respeto a mis principios.
Fue Tomás Moro quien dijo que "si el honor trajese cuenta, todo el mundo sería honorable". Pero, en cuestiones de conciencia no cabe el cálculo, solo la acción firme y desinteresada, con respeto a las normas, especialmente para quienes pudiera parecer que no merecen ese amparo.
Por ese motivo, renuncio a mi cargo como portavoz de VOX en las Cortes de Castilla y León, al acta de procurador y mi pertenencia al Comité Ejecutivo Nacional, volviendo a mi condición de afiliado raso de VOX y retomando mi actividad profesional privada como abogado.
En el día de San Blas, cierro esta carta recordando que, para algunos, el éxito no se mide por el poder o el dinero, sino por ser digno de ser imitado por nuestros hijos y compatriotas.
Con inmensa gratitud a nuestros afiliados, simpatizantes y votantes, así como la inmensa mayoría de valientes cargos públicos de VOX a lo largo: ancho de España, ¡hasta pronto!"
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