José Antonio Ávila López
Domingo, 23 de Febrero de 2025
NOTAS DEL PENSAMIENTO...

Cerrar los ojos de esta realidad

José Antonio Ávila López

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Son muchas semanas, diría meses, en los que la realidad mediática absorbe tensiones, enfados, insultos entre guerras de ondas y páginas de papel para después devolver toda esa mezcla en forma de balas verbales sin sentido y, por supuesto, sensibilidad. Da igual el porqué de faltarse los unos a los otros, todo vale mientras se mantenga a la parroquia, que somos casi todos, embelesados y cautivos del partido de tenis que pretende representar la vida política de la sociedad en esta España que repite de forma incesante sus lemas ideológicos. Mientras unos siguen viviendo de su casposo independentismo, que no es otra cosa que el viejo sentir nacionalismo de las marcas territoriales, en definitiva la lucha por mantener la raya de la diferencia, otros se dedican a machacar al contrario con diferentes fuegos artificiales sin otra aspiración que la de mantener el cuero de los sillones con su propio calor animal izquierdista y republicano. Entre tanto seguimos sin ver el negro bosque, cada vez mas tupido, tapado por semejantes árboles nombrados más arriba, y es un bosque en el que cada vez somos más los que nos perdemos entre el desengaño y la extenuación de una sociedad que sin estarlo, acabará por enfermar de muerte. Cada grupo nacionalista e izquierdista sigue contemplando su propio ombligo político, mientras los que intentamos creer en algo bueno para España no sabemos hacia dónde mirar, pero sabemos lo que podríamos hacer aunque la realidad acabe por desbaratar la simple ilusión, algo con lo que se subsiste cuando no queda más : a eso unos le llaman esperanza, y otros fe. Visto el panorama, oídas por activa y pasiva las opiniones de tanto hombre público, a los naturales de esta nuestra aldea nos queda ya poco que hacer más que ser el puro reflejo de semejantes grupos, abanderados como padres de la patria que uno desee y tomar refugio, encontrar albergue tras los muros de la robusta plaza llamada razón. Alguien se preguntará su ubicación para acudir y resistir los ataques de tal ejército, y sin reparos. Todo es más simple, sólo hay que cerrar unos minutos al día los ojos de esta realidad y mirar hacia dentro de uno mismo, y la propia conciencia se encargará del resto.

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