NUESTRA HISTORIA
Los trenes de la Ruta de la Plata
Tengo una versión, muy personal, de aquellos trenes que circulaban por la Ruta de la Plata en los años cuarenta del pasado siglo veinte:
Me explico: Tenía yo diez años y, por circunstancias de índole muy particular, veía pasar los trenes que circulaban de Astorga a Plasencia, en días de vísperas de San Pedro, abarrotados de segadores que marchaban con destino a Extremadura para comenzar allí su verano.
Tengo muy presente el equipaje que portaban aquellos trabajadores del campo: llevaban consigo las herramientas que habrían de utilizar en sus extenuantes jornadas, un par de hoces, un juego de dediles de cuero para protegerse la mano con la que habrían de recoger la mies, y una larga piedra de afilar para repasar el filo de la hoz de vez en cuando.
Tengo para mí que en aquellos tiempos era impensable hablar de derechos laborales. Aquellas personas tenían que pasar tantas horas como tenía el día, recogiendo mies bajo el sol abrasador que los asfixiaba, sin otro paliativo que beber largos tragos de agua, no siempre fresca, de aquellos botijos sin demasiadas garantías de higiene. Su alimentación, que casi siempre habían concertado con el "amo", consistía principalmente en abundantes lonchas de tocino, algunas veces rancio.
Los vagones de viajeros, de incómodos asientos de madera, eran insuficientes para el gran número de pasajeros que marchaban con destino a la siega en Extremadura. Ellos, con sus particulares herramientas, se hacinaban por los pasillos y por todos los huecos de aquellos trenes que circulaban con regularidad cotidiana a lo largo de la "Vía de la Plata", y que dejaron de circular desde hace más de cuarenta años.
Algunos tramos de raíles han sido eliminados, quedando sus huellas en los terraplenes sobre los que se asentaban y los túneles por los que pasaba el tren están ahora impracticables. Los edificios de las estaciones del trayecto se encuentran semi-ruinosos o dedicados a otros fines diferentes a los que fueron creados.
Cuando, en la actualidad, viajo por la autovía “Ruta de la Plata” en cualquiera de las direcciones a las que lleva esta moderna carretera, no puedo por menos que recordar la línea del ferrocarril por la que circulaban los trenes de Zamora a Salamanca.
Haber nacido en las proximidades de la Estación ferroviaria de Zamora, haberme criado junto a las vías del tren, haber prestado el Servicio militar en la Agrupación de Movilización y Prácticas de Ferrocarriles, tener familiares y amigos ferroviarios, me han impulsado siempre a añorar todo lo que tenga que ver con los caminos de hierro.
De una manera muy particular, añoro aquella línea de Zamora a Salamanca que pasaba por la puerta de mi casa, desde donde yo veía y oía pasar los trenes de día y de noche.
Hace ya bastantes años que mi domicilio está lejos del entramado ferroviario, pero sigo añorando aquellos trenes cargados de viajeros que nos decían adiós al pasar en una u otra dirección.
Cuando, frecuentemente, veo aquel entramado de hierros que forman el puente del ferrocarril sobre el Duero, he sentido la necesidad de remover el baúl de los recuerdos y dar mi particular versión de cómo nació y finiquitó esta histórica línea del ferrocarril Plasencia-Astorga:
Lo que yo quiero aportar aquí y ahora es fruto de mi particular investigación documentada en acuerdos del Ayuntamiento de Zamora:
En un Acuerdo municipal, de 19 de enero de 1882 se dice: "Se da cuenta de un oficio de la Diputación Provincial, exponiendo la conveniencia de agilizar la cuestión de la subasta del ferrocarril de Zamora a Astorga, concedido por la Ley de 30 de julio de 1878; en el que dice que si hasta hoy no se ha presentado compañía alguna pidiendo la celebración del remate, no obstante la subvención que aquella Ley concede, es sin duda porque no ofrecía el negocio la seguridad de un rendimiento proporcionado a la importancia de los capitales que sería preciso invertir en las obras; pero que habiéndose promovido y dado incremento al pensamiento de construir la línea transversal de Huelva a Gijón, terminando lo que falta de ella entre Malpartida y Astorga, el asunto ha variado de aspecto y el ferrocarril de Zamora a este último punto, que formaría parte de la vía general, ofrece un gran porvenir en su explotación y todas las posibilidades de que habrá licitadores en la subasta."
Así las cosas, pasan los años hasta que podemos leer en otro acuerdo municipal, de 24 de enero de 1888 que el Presidente del Consejo de Ministros comunica al Alcalde de Zamora que el expediente relativo al Ferrocarril de Malpartida a Astorga será resuelto en breve de un modo favorable. El 1 de junio de ese mismo año, el Ayuntamiento, en Sesión Extraordinaria, se da por enterado de "la fausta noticia de haberse subastado el ferrocarril de Plasencia a Astorga".
El Alcalde resaltó en aquel Pleno la gran importancia que tenía para los zamoranos noticia tan transcendente, por la que había convocado aquel Pleno Extraordinario; acordándose en aquel acto "festejar el acontecimiento con demostraciones de público regocijo, como cohetes voladores, campaneo, bailes, músicas e iluminaciones generales."
Llega el año 1889 y el 27 de noviembre se informa a la Corporación sobre el trazado del ferrocarril a su paso por el término municipal; caminos y servidumbres públicas interesadas, pasos a nivel, construcción de túnel, trincheras y otras obras necesarias para esa línea ferroviaria.
Continuarían pasando los años, hasta que el 24 de enero de 1895 se comenta que el túnel que se está construyendo tiene una longitud de más de 544 metros en el trayecto comprendido entre el Camino de la Aldehuela y la trinchera próxima a la Plaza de Toros.
Llega, por fin, la inauguración de la línea de Plasencia a Astorga el 21 de junio de 1896, noticia que fue reseñada en los medios de comunicación de la época de ámbito nacional como un acontecimiento muy importante para las ciudades y pueblos por los que había de pasar el tren.
Ya digo que mis vivencias de la niñez y la adolescencia están muy relacionadas con las vías de esta línea ferroviaria por haberme criado junto a ella. Por eso, siento la añoranza y lamento que, en enero de 1985 quedara cerrada al tráfico esta línea ferroviaria coincidente con la RUTA DE LA PLATA. y que, después de haber transcurrido más de cuarenta años. parece que no volveremos a recuperar, aunque ahí quedan las vías, el túnel y el puente sobre el Río Duero.
Balbino Lozano Vicente
Tengo una versión, muy personal, de aquellos trenes que circulaban por la Ruta de la Plata en los años cuarenta del pasado siglo veinte:
Me explico: Tenía yo diez años y, por circunstancias de índole muy particular, veía pasar los trenes que circulaban de Astorga a Plasencia, en días de vísperas de San Pedro, abarrotados de segadores que marchaban con destino a Extremadura para comenzar allí su verano.
Tengo muy presente el equipaje que portaban aquellos trabajadores del campo: llevaban consigo las herramientas que habrían de utilizar en sus extenuantes jornadas, un par de hoces, un juego de dediles de cuero para protegerse la mano con la que habrían de recoger la mies, y una larga piedra de afilar para repasar el filo de la hoz de vez en cuando.
Tengo para mí que en aquellos tiempos era impensable hablar de derechos laborales. Aquellas personas tenían que pasar tantas horas como tenía el día, recogiendo mies bajo el sol abrasador que los asfixiaba, sin otro paliativo que beber largos tragos de agua, no siempre fresca, de aquellos botijos sin demasiadas garantías de higiene. Su alimentación, que casi siempre habían concertado con el "amo", consistía principalmente en abundantes lonchas de tocino, algunas veces rancio.
Los vagones de viajeros, de incómodos asientos de madera, eran insuficientes para el gran número de pasajeros que marchaban con destino a la siega en Extremadura. Ellos, con sus particulares herramientas, se hacinaban por los pasillos y por todos los huecos de aquellos trenes que circulaban con regularidad cotidiana a lo largo de la "Vía de la Plata", y que dejaron de circular desde hace más de cuarenta años.
Algunos tramos de raíles han sido eliminados, quedando sus huellas en los terraplenes sobre los que se asentaban y los túneles por los que pasaba el tren están ahora impracticables. Los edificios de las estaciones del trayecto se encuentran semi-ruinosos o dedicados a otros fines diferentes a los que fueron creados.
Cuando, en la actualidad, viajo por la autovía “Ruta de la Plata” en cualquiera de las direcciones a las que lleva esta moderna carretera, no puedo por menos que recordar la línea del ferrocarril por la que circulaban los trenes de Zamora a Salamanca.
Haber nacido en las proximidades de la Estación ferroviaria de Zamora, haberme criado junto a las vías del tren, haber prestado el Servicio militar en la Agrupación de Movilización y Prácticas de Ferrocarriles, tener familiares y amigos ferroviarios, me han impulsado siempre a añorar todo lo que tenga que ver con los caminos de hierro.
De una manera muy particular, añoro aquella línea de Zamora a Salamanca que pasaba por la puerta de mi casa, desde donde yo veía y oía pasar los trenes de día y de noche.
Hace ya bastantes años que mi domicilio está lejos del entramado ferroviario, pero sigo añorando aquellos trenes cargados de viajeros que nos decían adiós al pasar en una u otra dirección.
Cuando, frecuentemente, veo aquel entramado de hierros que forman el puente del ferrocarril sobre el Duero, he sentido la necesidad de remover el baúl de los recuerdos y dar mi particular versión de cómo nació y finiquitó esta histórica línea del ferrocarril Plasencia-Astorga:
Lo que yo quiero aportar aquí y ahora es fruto de mi particular investigación documentada en acuerdos del Ayuntamiento de Zamora:
En un Acuerdo municipal, de 19 de enero de 1882 se dice: "Se da cuenta de un oficio de la Diputación Provincial, exponiendo la conveniencia de agilizar la cuestión de la subasta del ferrocarril de Zamora a Astorga, concedido por la Ley de 30 de julio de 1878; en el que dice que si hasta hoy no se ha presentado compañía alguna pidiendo la celebración del remate, no obstante la subvención que aquella Ley concede, es sin duda porque no ofrecía el negocio la seguridad de un rendimiento proporcionado a la importancia de los capitales que sería preciso invertir en las obras; pero que habiéndose promovido y dado incremento al pensamiento de construir la línea transversal de Huelva a Gijón, terminando lo que falta de ella entre Malpartida y Astorga, el asunto ha variado de aspecto y el ferrocarril de Zamora a este último punto, que formaría parte de la vía general, ofrece un gran porvenir en su explotación y todas las posibilidades de que habrá licitadores en la subasta."
Así las cosas, pasan los años hasta que podemos leer en otro acuerdo municipal, de 24 de enero de 1888 que el Presidente del Consejo de Ministros comunica al Alcalde de Zamora que el expediente relativo al Ferrocarril de Malpartida a Astorga será resuelto en breve de un modo favorable. El 1 de junio de ese mismo año, el Ayuntamiento, en Sesión Extraordinaria, se da por enterado de "la fausta noticia de haberse subastado el ferrocarril de Plasencia a Astorga".
El Alcalde resaltó en aquel Pleno la gran importancia que tenía para los zamoranos noticia tan transcendente, por la que había convocado aquel Pleno Extraordinario; acordándose en aquel acto "festejar el acontecimiento con demostraciones de público regocijo, como cohetes voladores, campaneo, bailes, músicas e iluminaciones generales."
Llega el año 1889 y el 27 de noviembre se informa a la Corporación sobre el trazado del ferrocarril a su paso por el término municipal; caminos y servidumbres públicas interesadas, pasos a nivel, construcción de túnel, trincheras y otras obras necesarias para esa línea ferroviaria.
Continuarían pasando los años, hasta que el 24 de enero de 1895 se comenta que el túnel que se está construyendo tiene una longitud de más de 544 metros en el trayecto comprendido entre el Camino de la Aldehuela y la trinchera próxima a la Plaza de Toros.
Llega, por fin, la inauguración de la línea de Plasencia a Astorga el 21 de junio de 1896, noticia que fue reseñada en los medios de comunicación de la época de ámbito nacional como un acontecimiento muy importante para las ciudades y pueblos por los que había de pasar el tren.
Ya digo que mis vivencias de la niñez y la adolescencia están muy relacionadas con las vías de esta línea ferroviaria por haberme criado junto a ella. Por eso, siento la añoranza y lamento que, en enero de 1985 quedara cerrada al tráfico esta línea ferroviaria coincidente con la RUTA DE LA PLATA. y que, después de haber transcurrido más de cuarenta años. parece que no volveremos a recuperar, aunque ahí quedan las vías, el túnel y el puente sobre el Río Duero.
Balbino Lozano Vicente


















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