Malos tiempos para la lírica

Hoy empezamos con este título recordando  la célebre canción de la banda gallega Golpes Bajos, escrita en 1990 el vigués Teo Cardalda y el santanderino Germán Coppini.  Y es que atravesábamos entonces unos momentos muy convulsos cuando E.T.A. aún asesinaba cobardemente y quería someternos, por la fuerza de las armas, a la dictadura de sus ideales, si es que así podían llamarse.

-Y no lo consiguieron-, me recuerda mi vecina Marisol, -no lo consiguieron a pesar de que hubo muchísimos muertos, muchísimos heridos y muchísimos lesionados psíquicamente. Pero no lo consiguieron, lo conseguimos nosotros, ganó la Democracia. Una democracia imperfecta con una Constitución mejorable, pero Democracia y Constitución con las que hemos vivido y convivido ya casi cincuenta años y que algunos ahora quieren arrebatárnoslas-.

¡Qué razón tiene mi vecina!.  Pensando en lo que está ocurriendo en los últimos meses vemos que hemos entrado en una vorágine de incongruencias que parecería que vamos derechitos  hacia modelos como los que aparecen en series distópicas  como “El cuento de la criada” o “El hombre en el castillo”. Y continúa mi vecina diciendo que ni lo de casa ni lo de fuera tienen sentido alguno.  

-Empezando por nosotros mismos; vemos que nuestro señor Presidente está hipotecando, determinados derechos de todos, a la banda política catalana. No, no me he equivocado, he dicho banda y no banca, porque, como la  mafia que es, hace chantaje y como todo chantaje no acabará nunca. Si a eso le acompañamos la inexistencia de oposición constructiva de un títere, como es Feijóo en manos de Ayuso, y ésta, a su vez en manos de Miguel Ángel Rodríguez,  pues tenemos un caldo de cultivo sustancioso para que aparezcan “los abascales” y de forma incomprensible obtengan votos-.

Es incomprensible, pero es así. Y la mayor parte de esos votos que se van a la ultraderecha son de jóvenes “machos”, porque las chicas demuestran, una vez más, que son mas listas. No todos, evidentemente, son jóvenes “machos”, pero es alarmante la cantidad de chicos, en masculino, que simpatizan por los movimientos nazis, fachas o ultraderechistas en todo caso.

-¿Qué educación están recibiendo, sobre todo en sus casas, estos jóvenes?- pregunta Marisol. –Ninguna, o una educación sesgada o equivocada. ¿no se acuerdan sus padres y sus abuelos de lo que costó llegar a la democracia?. ¿no se acuerdan sus madres y sus abuelas de que en su juventud no podían firmar determinados documentos como escrituras de compra-venta o apertura de cuentas bancarias, sin la firma o consentimiento de sus maridos o padres o hermanos?. ¿No se acuerdan sus mayores que podían ponerte entre rejas por el hecho de ser homosexual o no tener trabajo y ser sospechoso de vago y maleante, según la ley de entonces?. Y qué vamos a decir del que tenía un “pensamiento político” distinto al del “Régimen”; acababa en la trena sin miramientos. ¿Nadie le cuenta éstas cosas a nuestros jóvenes?-.

Pues parece que no, que nadie se lo cuenta, es más, algunos se empeñan en taparlo, ocultarlo; si no se dice, no ha pasado. Por eso mismo hay que decirlo.

-¿Y lo que tenemos fuera de aquí?-, continúa mi vecina. -¿Cómo puede ser que un tipejo anti-demócrata como Trump, esté gobernando un país como Estados Unidos?, que no América, como dice él, sólo Estados Unidos y ya es suficiente. Y que éste descerebrado haya nombrado, “a dedo naturalmente”,  como “ministro plenipotenciario” a otro orate como es Musk.  ¿Y cómo es posible que otro tirano, como es Putin, invada Ucrania y ahora resulta que los ucranianos son los culpables agresores?. Y como guinda, ahora el descerebrado y el tirano se han hecho amigos. Mejor dicho, el tirano mueve los dedos por debajo del guiñol del descerebrado y éste no se entera. Increíble, pero ahí está-.

Volviendo a lo importante de ésta reflexión, nuestros jóvenes, aquí, en España y los de Europa, porque incomprensible también es lo que ocurre en Alemania o Austria, deben detenerse a leer, a informarse por sitios diferentes a las redes sociales, a analizar qué es lo que puede suceder si los totalitarios, sean del signo que sean, toman el poder.

Y apostilla mi vecina. -Nuestros jóvenes están acostumbrados a tenerlo todo casi sin esfuerzo. De ello, evidentemente, tenemos la culpa los padres. Y piensan que no hay peligro ninguno de perder algo muy valioso que ha costado mucho conseguir y que no saben que tienen, la independencia y la libertad, tanto física como de pensamiento-.

Y su amiga Concepción, ya sabéis, la funcionaria responsable que nunca dice palabrotas le sale al paso y le dice… -Marisol, hoy no has dicho ni un solo taco-.

-Es que estoy estupefacta y tendría que cagarme en todo-, respondió mi vecina.

-Lo dijo, lo dijo-, apostilló Concepción riendo y se fueron las dos a dar buena cuenta de las últimas flores de carnaval.

Kebedo.