Derrota del Zamora CF ante un Orense que aprovechó su única ocasión

El Orense ganó al Zamora CF porque tiene un goleador que mete la única ocasión que fragua su equipo, en un pase del portero en largo que pilló a los centrales rojiblancos en la medular. La plantilla de Sabas carece de un delantero que transforme las numerosas oportunidades que fabrica desde las bandas. De hecho, las mejores oportunidades del Zamora nacieron en testarazos de José Carlos, dos, y Bolo, en la segunda mitad. Prueba de que los rojiblancos merecieron mucho más, pues que Marqueta, portero de los gallegos, fue el mejor de su equipo. Paso atrás en las aspiraciones rojiblancas de fase de ascenso.  Toca ahora consolidar la permanencia después de lo que ya calificaría como la derrota más tonta del Zamora CF en lo que llevamos de Liga.

Sabas eligió al mismo once inicial que frente a Unionistas. No había razones para cambiar aquello que funciona. Podría haber jugado Márquez por Álvaro Romero, pero el gaditano tampoco se encuentra en su mejor momento, como se demostró en el tiempo que estuvo sobre el campo.

El Orense es un equipo sin aristas. Se lo conoce de lejos. Pases largos desde la portería y zaga y que Carbonell, su ariete se las apañe.  El Zamora tomó el mando del partido desde ya, tanto que en el minuto 4 gozó de tres ocasiones en la misma jugada, después de una buena acción por la izquierda, pero ni Álvaro Nieto ni Tresaco fueron capaces de batir al portero aragonés del equipo gallego.

A partir de ese instante, la pelota en posesión del Zamora. Bolo a José Carlos y a esperar a Ramos o Clavería para avanzar líneas. El Orense, atrás, todo el equipo, menos Carbonell y sus dos extremos, a la espera de alguna pelota larga que les llegase. El caso es que Fermín se pasó la primera mitad de mero espectador, a excepción de una parada, en el minuto 43, en uno de esos balones largos que alcanzó Carbonell, en línea, para disparar a tres metros. Casi gol. Antes, la escuadra azul jamás tiró a puerta.

Se preveía una segunda mitad idéntica a la primera, pero el Orense, nada más iniciarse ejecutó su suerte. Marqueta ve a la zaga zamorana casi en la línea central y saque en largo. Bota la pelota antes de un centrocampista rojiblanco para llegar al ariete orensano que progresa con la pelota y bate a Fermín con un tiro cruzado y raso. El Zamora estaba advertido. El cuadro gallego no sabe jugar de otra manera.

Sabas ya había realizado dos cambios para empezar la segunda entrega: Roni y Macho sustituyeron a Pito Camacho y Clavería.

Pablo López, el técnico del milagro orensano, no realizó el primer cambio hasta el minuto 63, cuando ya el Zamora había realizado otras dos sustituciones: Márquez, que todavía no está bien físicamente, y Campabadal entraron por Prieto y Romero.

El Zamora siguió mandando, pero ya haciendo las cosas con prisas. Una falta que tocó Bolo en el segundo palo la remató el de Sanlúcar al borde del área, pero la defensa tapó su tiro. Poco después Marqueta realizaba un paradón a José Carlos, que estaba en el área gallega para cabecear un centro desde la izquierda. El Orense, en una de las pocas ocasiones de las que gozó casi marca, en un tiro que rozó el palo izquierdo de Fermín.

Poco a poco, el técnico gallego fue agotando sus cambios, para dar más fuerza a sus soldados de la medular y el ataque. No tenía prisa. Y último recurso de Sabas fue colocar a Dani en el exterior diestro como relevo de Rufo.

Pudo empatar el Zamora en un disparo de Macho, muy alejado del marco, y en un cabezazo de Bolo, haciendo de Alexanco, en el tramo final. El colegiado, un rácano, que permitió entradas por detrás a los zagueros locales sin sancionar, solo descontó tres minutos, no fuera a marcar el cuadro rojiblanco en algún córner o saque de falta.

Ahora toca ganar a la Ponferradina para seguir soñando con la fase de ascenso. Hoy ganó el Orense juega un fútbol aguerrido y rácano, pero que tiene un ariete que mete cualquier ocasión en el marco rival. Esa es la diferencia con el Zamora.

Foto:  Zamora CF