La escudilla de madera

Había una vez un anciano muy mayor que no veía apenas, le temblaban las rodillas y apenas sujetaba la cuchara para comer.  Se le cayó el plato un día y se rompió en pedazos.  La nuera le regañó y a partir de entonces le puso una escudilla de madera.                      

El nieto se puso un día a dar forma a un trozo de madera.  Cuando su madre le preguntó qué hacía,  el niño respondió que estaba haciendo una escudilla para cuando sus padres fueran mayores ponérsela para que comieran.             

  Balbino Lozano