Y los niños se acercaron a Él

Eugenio-Jesús de Ávila

“Dejad que los niños se acerquen a mí”. Aquí, en Zamora, desde tiempos inmemoriales, a los más pequeños se le permitió conocer al Jesús en su Entrada Triunfal en Jerusalén. Todos los infantes zamoranos, nenes y nenas, supimos caminar con una palma en la tarde del Domingo de Ramos, estrenando ropa, cerca de “La Borriquita”. Después nos hicimos adultos e incluso viejos, pero guardamos en nuestras respectivas memorias aquellos recuerdos de la infancia tierna. Entonces, a decir verdad, ni sabíamos qué era Dios, quién Jesús de Nazaret, el cristianismo católico y todas esas creencias que, sin darnos cuenta, se grabaron en el alma. Cierto que a muchos, la fe se nos fue licuando, tanto que se nos fue. No obstante, todos los Domingos de Ramos regresamos a la niñez, la verdadera patria en palabras del poeta alemán Reiner María Rilke.