
1ª RFEF
El Zamora CF resucita en Vizcaya, tras hacer penitencia en Semana Santa: (0-2)
Dos goles de Tresaco y un paradón de Fermín en la ejecución de una pena máxima, más el excelente partido de sus compañeros, claves de una victoria que acerca la permanencia y permite seguir soñando con jugar la fase de ascenso
Jugadores del Zamora CF ejercieron de penitentes esta Semana Santa en hermandades zamoranas. Quizá el dios del fútbol premio los rojiblancos disciplinantes. No sé si Fermín también cargó con la cruz en alguna cofradía, pero esta tarde salvó un partido, al realizar un paradón a una pena máxima, inexistente, cuando su equipo ganaba por la mínima al Amorebieta (55 minutos). Quizá también Tresaco, autor de los dos tantos rojiblancos, se vistió de nazareno. Tocaba hoy, 20 de abril, Domingo de Resurrección que Juan Sabas saborease “dos y pingada”, dos goles y tres puntos.
A priori, el partido que se iba a jugar en Urritxe llegaba con necesidades para ambos equipos. Amorebieta, con la soga del descenso al cuello, y el Zamora CF, para asir la permanencia y, dependiendo de otros resultados, entrar en la fase de ascenso. Sabas solo realizó un cambió respecto al choque ante Ponferradina: Carlos Gutiérrez sustituyó a Bolo en ese once titular.
La escuadra rojiblanca ya mostró sus intenciones antes de consumirse el primer minuto, con un cabezazo de Pito Camacho, que rozó la base del poste izquierdo, a centro de Tresaco. Pero Amorebieta también dejó claro que quería los tres puntos y realizó dos llegadas importantes, cerradas con disparos que olían a red. Hervías, por la derecha, y Eric Pérez, por la izquierda, hacían daño por las bandas del Zamora.
No obstante, a raíz de un disparo a la madera de Márquez (minuto 11) que, tras chocar en Yuste se estrella en el poste, los rojiblancos se hicieron con la pelota. Tres tiros a puerta entre los minutos 15 y 25, incluido un gol anulado a Pito, por claro fuera de juego, más una gran acción de Campabadal, con centro que remató Camacho y desvió Marino.
La jugada más polémica, un agarrón de Carlos a Vicandi, jugador cedido por el Athletic Club, en el centro del campo, se cerró con amarilla, pero el árbitro cántabro, muy casero, solo castigo con amarilla. En verdad, no había para castigo superior.
El Zamora, pese al susto, siguió llevando el mando del partido, hasta que en el minuto 42, un pase genial de Márquez, desde la medular propia, a Tresaco, permitió que el jugador aragonés se fuera por velocidad y agarrase un enorme disparo cruzado que batió a Marino.
Tras el descanso, más de lo mismo, con el déficit secular de los rojiblancos esta temporada, su debilidad para que los rivales no se lleven de cabeza los balones en faltas laterales cercanos al área o los saques de esquina.
Y alcanzamos el minuto 55, con penalti cometido -solo un tropezón- por Carlos Gutiérrez. Fermín realizó una parada extraordinaria a Hervías, el ejecutor del penalti. Clave de la victoria ese prodigio del cancerbero riojano.
El técnico vasco, Nacho González, introducía el primer cambio en el 59, dando entrada a Selma y sacando del campo a Coulibaly.
Sabas no quiso tocar su once inicial, aunque corría peligro el centro diestro rojiblanco, que ya tenía una amarilla.
Y, por fin, la suerte y el talento, enemigos seculares del Zamora CF, se unieron a Tresaco que aprovechó un resbalón del lateral izquierdo en la esquina de su área para llevarse la pelota, profundizar, regatear al portero vasco y marcar a puerta vacía. Segundo gol rojiblanco. El encuentro, y con ello la permanencia, casi estaba hecho.
El primer cambio de Sabas aconteció en el minuto 73, cuando Pito Camacho, que no se deja una gota de sudor en sus poros, salía del terreno de juego para que Álvaro ocupara su posición.
Amorebieta, en los últimos minutos, buscó aprovecharse de las faltas tontas que los rojiblancos cometieron en la medular propia, porque cada lanzamiento ponía en peligro la virginidad del marco defendido por Fermín. Sabas debería prohibir a los suyos cometer faltas tontas, innecesarias en esa zona del campo.
A falta de diez minutos para el finiquito, el técnico madrileño entró al césped a Frimpong y Priego, para sustituir a Rufo y Márquez.
Un paradón de Fermín (minuto 90) puso punto final a las ocasiones locales. Después, para perder tiempo, Sabas mandó entrar a Castañeda y Gorjón que sustituirían a Tresaco y Nieto, toda la banda izquierda.
Quizá los rojiblancos penitentes en nuestras hermandades y cofradías pidieron y esta tarde, en Vizcaya, en un campo rodeado de montañas verdes de primavera, el color de la esperanza, se les dio una victoria, con sus tres puntos, y la permanencia. Jugar la fase de ascenso lo dejo para la próxima jornada. Aguarda el Celta Fortuna, un filial al que hay que cortar sus aspiraciones.
E. Navascués de Zubiría
Fotografía: ZCF
Jugadores del Zamora CF ejercieron de penitentes esta Semana Santa en hermandades zamoranas. Quizá el dios del fútbol premio los rojiblancos disciplinantes. No sé si Fermín también cargó con la cruz en alguna cofradía, pero esta tarde salvó un partido, al realizar un paradón a una pena máxima, inexistente, cuando su equipo ganaba por la mínima al Amorebieta (55 minutos). Quizá también Tresaco, autor de los dos tantos rojiblancos, se vistió de nazareno. Tocaba hoy, 20 de abril, Domingo de Resurrección que Juan Sabas saborease “dos y pingada”, dos goles y tres puntos.
A priori, el partido que se iba a jugar en Urritxe llegaba con necesidades para ambos equipos. Amorebieta, con la soga del descenso al cuello, y el Zamora CF, para asir la permanencia y, dependiendo de otros resultados, entrar en la fase de ascenso. Sabas solo realizó un cambió respecto al choque ante Ponferradina: Carlos Gutiérrez sustituyó a Bolo en ese once titular.
La escuadra rojiblanca ya mostró sus intenciones antes de consumirse el primer minuto, con un cabezazo de Pito Camacho, que rozó la base del poste izquierdo, a centro de Tresaco. Pero Amorebieta también dejó claro que quería los tres puntos y realizó dos llegadas importantes, cerradas con disparos que olían a red. Hervías, por la derecha, y Eric Pérez, por la izquierda, hacían daño por las bandas del Zamora.
No obstante, a raíz de un disparo a la madera de Márquez (minuto 11) que, tras chocar en Yuste se estrella en el poste, los rojiblancos se hicieron con la pelota. Tres tiros a puerta entre los minutos 15 y 25, incluido un gol anulado a Pito, por claro fuera de juego, más una gran acción de Campabadal, con centro que remató Camacho y desvió Marino.
La jugada más polémica, un agarrón de Carlos a Vicandi, jugador cedido por el Athletic Club, en el centro del campo, se cerró con amarilla, pero el árbitro cántabro, muy casero, solo castigo con amarilla. En verdad, no había para castigo superior.
El Zamora, pese al susto, siguió llevando el mando del partido, hasta que en el minuto 42, un pase genial de Márquez, desde la medular propia, a Tresaco, permitió que el jugador aragonés se fuera por velocidad y agarrase un enorme disparo cruzado que batió a Marino.
Tras el descanso, más de lo mismo, con el déficit secular de los rojiblancos esta temporada, su debilidad para que los rivales no se lleven de cabeza los balones en faltas laterales cercanos al área o los saques de esquina.
Y alcanzamos el minuto 55, con penalti cometido -solo un tropezón- por Carlos Gutiérrez. Fermín realizó una parada extraordinaria a Hervías, el ejecutor del penalti. Clave de la victoria ese prodigio del cancerbero riojano.
El técnico vasco, Nacho González, introducía el primer cambio en el 59, dando entrada a Selma y sacando del campo a Coulibaly.
Sabas no quiso tocar su once inicial, aunque corría peligro el centro diestro rojiblanco, que ya tenía una amarilla.
Y, por fin, la suerte y el talento, enemigos seculares del Zamora CF, se unieron a Tresaco que aprovechó un resbalón del lateral izquierdo en la esquina de su área para llevarse la pelota, profundizar, regatear al portero vasco y marcar a puerta vacía. Segundo gol rojiblanco. El encuentro, y con ello la permanencia, casi estaba hecho.
El primer cambio de Sabas aconteció en el minuto 73, cuando Pito Camacho, que no se deja una gota de sudor en sus poros, salía del terreno de juego para que Álvaro ocupara su posición.
Amorebieta, en los últimos minutos, buscó aprovecharse de las faltas tontas que los rojiblancos cometieron en la medular propia, porque cada lanzamiento ponía en peligro la virginidad del marco defendido por Fermín. Sabas debería prohibir a los suyos cometer faltas tontas, innecesarias en esa zona del campo.
A falta de diez minutos para el finiquito, el técnico madrileño entró al césped a Frimpong y Priego, para sustituir a Rufo y Márquez.
Un paradón de Fermín (minuto 90) puso punto final a las ocasiones locales. Después, para perder tiempo, Sabas mandó entrar a Castañeda y Gorjón que sustituirían a Tresaco y Nieto, toda la banda izquierda.
Quizá los rojiblancos penitentes en nuestras hermandades y cofradías pidieron y esta tarde, en Vizcaya, en un campo rodeado de montañas verdes de primavera, el color de la esperanza, se les dio una victoria, con sus tres puntos, y la permanencia. Jugar la fase de ascenso lo dejo para la próxima jornada. Aguarda el Celta Fortuna, un filial al que hay que cortar sus aspiraciones.
E. Navascués de Zubiría
Fotografía: ZCF
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