Sábado, 13 de Septiembre de 2025

Redacción
Miércoles, 23 de Abril de 2025
BALONCESTO

Triunfo de transcendencia de Caja Rural CB Zamora frente a Menorca: 86-73

Los isleños cuajaron una gran primera mitad, pero la inmaculada segunda entrega de la escuadra azul acabó con sus sueños mediterráneos y acerca la permanencia al Ángel Nieto

Las gentes inteligentes y laboriosas prefieren alcanzar sus objetivos después de utilizar sus virtudes, nunca bendecidos por el azar, la fortuna, la suerte. Los grandes logros exigen extraer el néctar del talento y la sabiduría. Sucede siempre en cualquier manifestación humana: arte, en todas sus manifestaciones; ciencia, cinematografía y... también, por supuesto, deportes.

 

Valga ese exordio, ese primer párrafo, para intentar definir la victoria, extraordinaria, sin mácula, de Caja Rural CB Zamora frente a Menorca, un equipo que llegaba al Ángel Nieto que muchísimas necesidades, club que formó parte de la ACB no ha mucho tiempo. La escuadra azul se jugaba muchas de sus opciones de permanencia, porque una derrota habría elevado el precio de la permanencia al nivel del oro baloncestístico.

 

No se cumplió, al cien por cien, aquel imperativo de Churchill en la II Guerra Mundial: sangre, sudor y lágrimas. Cierto que hubo mucho sudor, provocado por el enorme trabajo defensivo, más en la segunda mitad, de los discípulos de Hernández Bris, clave del éxito. Pero no hubo ni sangre ni lágrimas, quizá sí emoción, porque el triunfo conduce, salvo algún hecho inexplicable que escape a la razón, a la permanencia.

 

Escribo, en principio, que Menorca me pareció un excelente equipo, tanto que me resulta inexplicable su clasificación. De hecho, fue mejor que la escuadra local. Saulo no dispuso un quinteto inicial con sus pívots más utilizados, Jonas y Nickic. Los genios tienen estas cosas que el vulgo no comprendemos. Quizá quería aguantar a Menorca con la infantería más preparada para el combate cuerpo a cuerpo. Menorca salió con excelente mano: cada tiro de tres, los seis iniciales, se convirtieron en canastas; sus pívots recogían rebote y los introducían dentro del aro zamorano. Pese a extraordinario tino, Caja Rural CB Zamora no permitió que su rival se alejase demasiado en el electrónico. Las ventajas isleñas no superaron la utopía. De tal manera, la primera entrega concluyó con victoria de Menorca por 33-39.

 

Reflexioné en el descanso. Silogismo: si los de Las Baleares, haciendo unos primeros 20 minutos casi perfectos, solo se han ido de seis puntos, a poco que los de Saulo aprieten en defensa y encuentre el aro contrario en ataque el partido se ganará. Y así fue. De tal manera, a siete minutos de la finalización del tercer cuarto, por primera vez, la escuadra azul se colocaba por delante de Menorca: 46-44. Y fue por delante durante cuatro minutos. Después, rebotes, contras y tiros encontraron su destino para colocar el marcador, a falta del último cuarto, en 65-49.

 

No me parecía ventaja suficiente para dormirse en los laureles, máxime cuando el trío arbitral le echó una mano a los menorquines en tres acciones que perjudicaron a los de Saulo. Pero un triple de Buckingham, que jugó quizá el mejor partido de esta temporada, dejó con una ventaja de una decena de puntos a falta de tres minutos y medio.

 

El partido olía a victoria, pero, por si hay empate al termino de la Liga, Caja Rural CB Zamora necesitaba ganar por más de siete puntos a Menorca. Y la empresa también se logró. A dos minutos del finiquito, la escuadra azul ya ganaba de 13: 81-68.

 

Y, al final, victoria que transformó el Ángel Nieto en un pabellón dedicado a la euforia, porque su equipo ganó y, además, agarró la permanencia por la solapa. Perfecto. Cuando acabe la temporada habrá que reconocer el enorme mérito de Saulo Hernández Bris y su señor padre, don Gerardo, el equilibrio de la razón. Lo dicho: las gentes inteligentes y laboriosas necesitan sufrir para alcanzar sus objetivos. No son masoquistas, solo seres superiores.

 

Dentro de una excelente actuación coral de la escuadra azul, dos jugadores fundamentales. Walker, que se fue a los 23 puntos, y Buckingham, a los 18.  Dos triples en momentos esenciales de Powell, como el prodigio físico de Saintel, con siete puntos, la excelente dirección de Naspler, jugador con excelente futuro, más los diez puntos de Nickic y su buena labor bajo los aros.

 

Fotografías: Esteban Pedrosa

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