El Zamora, a ganar al Arenteiro y a esperar resultados de sus rivales

Quizá el Zamora y su afición se despertasen del sueño de jugar la fase de ascenso el domingo, cuando en el minuto 86 marcaba el Celta Fortuna, aprovechando cierta desestructuración defensiva rojiblanca, dado que hombres fundamentales de la zaga habían subido a rematar un córner. Suelo suceder que, de una acción de ataque nazca una contra que acaba en un gol en contra.

A los hombres de Sabas les queda ganar el sábado al Arenteiro y esperar que equipos con Andorra, Nástic y Real Sociedad B -empató anoche en Segovia-, rivales para jugar el play-off, dejen de sumar puntos en estas cuatro jornadas que restan para finalizar la Liga regular.

No me gusta acudir a la ucronía para abordar escritos de fútbol, pero me lo permito hoy con el Zamora. Verbigracia: si los rojiblancos, en aquellas malditas cinco jornadas iniciales de la Liga hubieran sumado, aunque solo fueran, siete puntos, ahora mismo tendrían garantizada la fase de ascenso. Y a fe que lo merecieron. Pero escribo sobre lo que pudo haber sido y no fue. El propio Sabas se lamentaba, durante la rueda de prensa posterior al partido con el Celta, de aquel funesto comienzo de competición. Lógico.

Habrá que buscar las raíces de ese mal en el convulso final de temporada del club, donde hubo cambio en la propiedad, ejecutado demasiado tarde. Por lo tanto, hubo de construirse una plantilla, incluido entrenador y su cuerpo técnico, contrarreloj, con jugadores que, caso de Roni, llegaron con la pretemporada finalizada. Pero este equipo, con ese mal comienzo, ha demostrado categoría, calidad y potencial suficiente para tutearse con la considerada elite del grupo. Ningún equipo demostró superioridad sobre los rojiblancos que, además, han sufrido un mal fario considerable, con pérdidas de puntos esenciales en los tramos finales de los partidos.  El Zamora, debo concluir, ha sido un equipo sin la compañía de la diosa fortuna. Y añado que también hubo arbitrajes perjudiciales para la escuadra rojiblanca. No recuerdo en mi larga carrera periodística, ni tampoco como socio del Zamora, ni un solo partido en el que las decisiones de los colegiados favorecieran a los rojiblancos.

Creo, además, que el mercado de invierno no se supo aprovechar. Se marcharon jugadores que todavía podrían haber rendido y se ficharon otros que apenas han demostrado su potencial. Pienso que quizá se buscó alejarse del descenso y que jamás se pensó que, en el tramo final de la Liga, se pudiese jugar la fase de ascenso.

No obstante, califico esta temporada, a falta de cuatro jornadas para su finiquito con un notable altísimo o sobresaliente. La matricula de honor hubiera sido jugar los play-off. Ojalá que la suerte, tan esquiva para la escuadra rojiblanca, acompañe al Zamora en estos cuatro partidos que restan para concluir la temporada.  

E. Navascués de Zubiría

Fotografía: Esteban Pedrosa