Aquella plaza de Alemania

Aquella Plaza de Alemania que, en los albores del Siglo XX se ubicó ante la Puerta de San Torcuato con algunos restos del recinto amurallado de la ciudad, tenía como componentes principales de su estructura urbana las calderas para el suministro del agua potable y la Ermita del Carmen del Camino con su jardincito cercado por una verja.  Luego, surgieron el edificio que sustituyó a la Puerta de San Torcuato, en que se instaló un almacén de coloniales de la familia Bobo; junto a este un garaje de donde salía el Coche de línea de Abezames dirigido por el Sr. Cilleros. Más tarde, el Ayuntamiento construyó en el lateral Sur de la Plaza un edificio polivalente, donde estuvieron los wáteres públicos, un kiosco de prensa, una frutería, la báscula de pesar camiones y las oficinas centrales de los fielatos. Muy próximo hubo un  poste de suministro de gasolina que regentaba el Sr. Ferrero, y contiguo a este depósito de gasolina se construyó el Instituto de Higiene.

Llegaron los años sesenta, las calderas del agua, tras una espectacular voladura, dejaron espacio para construir en su lugar la "Casa Sindical" que podemos ver al día de hoy. La Ermita del Carmen fue desplazada hacia la Avenida de Víctor Gallego y en su solar se construyó un edificio de viviendas arquitectónicamente polémico.

El edificio del Instituto de Higiene fue objeto de importantes reformas y en la actualidad es la Delegación Territorial de  Sanidad.  El edificio municipal polivalente, con su báscula,  fue derribado, dejando espacio para la circulación de vehículos y peatones; el almacén de coloniales es hoy una cafetería; el garaje Cilleros es un establecimiento de embutidos  Por supuesto y por razones de seguridad,  el expendedor de gasolina desapareció.  Los restos de muralla permanecen ocultos tras la fachada de una entidad financiera, y los jardines que delimitaban el centro de esta plaza ovalada han sido sustituidos por una fuente decorativa.                            

Balbino Lozano