DESDE LA IZQUIERDA
Y luego dicen...
Paco Molina
![[Img #98802]](https://eldiadezamora.es/upload/images/05_2025/5618_8009_713_molina.jpg)
“Y luego dicen que no existe la divina providencia” es una frase o latiguillo que nació en las celebres cenas de COZPROBUHO (la Cofradía Zamora Progresista del Buen humor).
En ellas se otorgaban los premios Inocente y Herodes Zamorano del año. Y solíamos acompañar tal acontecimiento de momentos divertidos, siendo uno de ellos el del “regalo psicológico”.
Consistía éste en que COZPROBUHO obsequiaba a todos los asistentes con un “presente” (de aquellos de “todo a cien”) pero con una condición, él o la afortunada debía de meter la mano en la caja en que se encontraban todos y sacar uno al azar. Y era ese azar el que según lo obtenido daba el perfil del o la agraciada (de ahí lo de psicológico).
Con un poco de imaginación siempre “casaban” regalo y características de la persona, hecho que subrayaban a voces los asistentes, al corroborar asombrados tal maridaje, con un “y luego dicen que no existe la divina providencia”.
Y no se lo creerán, pero a veces la intervención de la divina providencia era sublime. Vean: en una ocasión estaba propuesto para el premio Inocente un colectivo que había visto como se inundaban, en el cementerio de San Atilano, las sepulturas de sus seres queridos, y que tras hacer varias procesiones de protesta con velas, luto riguroso, etc. ante el Ayuntamiento de Zamora (entonces del PP) y que éste no les hiciera mucho caso, era evidente que podían ganar.
A pesar de que la mayoría eran personas de edad avanzada y apariencia triste por su problemática, se presentaron en la Cena casi todos. Y entre ellos una agradable ancianita, de una sencilla elegancia y sumamente delgada (atención a este dato).
Ella, cuando le tocó acercarse a por su regalo, lo hizo con desparpajo y una preciosa sonrisa. Introdujo la mano en el cajón donde estaban todos, y sin mirar, como exigían las normas, sacó algo consistente en 2 piezas sueltas que sospecho que se ponen las mujeres en los pechos cuando quieren ir sin sostén y muy escotadas (¿sujetador adhesivo o pezoneras?)
El clamor del: “y luego dicen que no existe la divina providencia” unido a las risas de aquella elegante, maravillosa y encantadora señora, construyeron un bello e inolvidable momento.
Pero no he venido a este mundo a distraerles con anécdotas sin más, así que verán:
Resulta que me gusta el construir frases o máximas lapidarias, como por ejemplo: “Los zamoranos deben ser como su bandera, ocho veces rojos y una verde”, o esta otra de “La masturbación es mano de santo”.
Ante esta afición opté por usar como seudónimo para firmarlas el de #Confucio_Molina dado que las frases eran mías pero tenían una estructura tipo Confucio.
Y ahora viene lo bueno; estos días leyendo un ejemplar de Nuestra Bandera (revista de debate político) descubro atónito que según estudios el marxismo chino está enraizado en las enseñanzas de Confucio, que resumidas son:
1.-Ama al pueblo. No hagas daño. 2. Sirve a la gente, no perjudiques. 3. Sigue a la ciencia, rechaza la ignorancia. 4. Se diligente, no indolente. 5. Estemos unidos, ayudemos a otros. No hagas ganancia a costa de los demás. 6. Se honesto y confiable. No niegues la ética para obtener ganancias.
Y todo esto dicho 500 años antes de Cristo. Me quito el sombrero ante Confucio, resulta que comulgo con él y no lo sabía. Así que la carambola de escoger la firma #Confucio_Molina es como para gritar una vez más: “Y luego dicen que no existe la divina providencia”.
Por cierto si todos siguiéramos esos consejos mejor nos iría.
Paco Molina
![[Img #98802]](https://eldiadezamora.es/upload/images/05_2025/5618_8009_713_molina.jpg)
“Y luego dicen que no existe la divina providencia” es una frase o latiguillo que nació en las celebres cenas de COZPROBUHO (la Cofradía Zamora Progresista del Buen humor).
En ellas se otorgaban los premios Inocente y Herodes Zamorano del año. Y solíamos acompañar tal acontecimiento de momentos divertidos, siendo uno de ellos el del “regalo psicológico”.
Consistía éste en que COZPROBUHO obsequiaba a todos los asistentes con un “presente” (de aquellos de “todo a cien”) pero con una condición, él o la afortunada debía de meter la mano en la caja en que se encontraban todos y sacar uno al azar. Y era ese azar el que según lo obtenido daba el perfil del o la agraciada (de ahí lo de psicológico).
Con un poco de imaginación siempre “casaban” regalo y características de la persona, hecho que subrayaban a voces los asistentes, al corroborar asombrados tal maridaje, con un “y luego dicen que no existe la divina providencia”.
Y no se lo creerán, pero a veces la intervención de la divina providencia era sublime. Vean: en una ocasión estaba propuesto para el premio Inocente un colectivo que había visto como se inundaban, en el cementerio de San Atilano, las sepulturas de sus seres queridos, y que tras hacer varias procesiones de protesta con velas, luto riguroso, etc. ante el Ayuntamiento de Zamora (entonces del PP) y que éste no les hiciera mucho caso, era evidente que podían ganar.
A pesar de que la mayoría eran personas de edad avanzada y apariencia triste por su problemática, se presentaron en la Cena casi todos. Y entre ellos una agradable ancianita, de una sencilla elegancia y sumamente delgada (atención a este dato).
Ella, cuando le tocó acercarse a por su regalo, lo hizo con desparpajo y una preciosa sonrisa. Introdujo la mano en el cajón donde estaban todos, y sin mirar, como exigían las normas, sacó algo consistente en 2 piezas sueltas que sospecho que se ponen las mujeres en los pechos cuando quieren ir sin sostén y muy escotadas (¿sujetador adhesivo o pezoneras?)
El clamor del: “y luego dicen que no existe la divina providencia” unido a las risas de aquella elegante, maravillosa y encantadora señora, construyeron un bello e inolvidable momento.
Pero no he venido a este mundo a distraerles con anécdotas sin más, así que verán:
Resulta que me gusta el construir frases o máximas lapidarias, como por ejemplo: “Los zamoranos deben ser como su bandera, ocho veces rojos y una verde”, o esta otra de “La masturbación es mano de santo”.
Ante esta afición opté por usar como seudónimo para firmarlas el de #Confucio_Molina dado que las frases eran mías pero tenían una estructura tipo Confucio.
Y ahora viene lo bueno; estos días leyendo un ejemplar de Nuestra Bandera (revista de debate político) descubro atónito que según estudios el marxismo chino está enraizado en las enseñanzas de Confucio, que resumidas son:
1.-Ama al pueblo. No hagas daño. 2. Sirve a la gente, no perjudiques. 3. Sigue a la ciencia, rechaza la ignorancia. 4. Se diligente, no indolente. 5. Estemos unidos, ayudemos a otros. No hagas ganancia a costa de los demás. 6. Se honesto y confiable. No niegues la ética para obtener ganancias.
Y todo esto dicho 500 años antes de Cristo. Me quito el sombrero ante Confucio, resulta que comulgo con él y no lo sabía. Así que la carambola de escoger la firma #Confucio_Molina es como para gritar una vez más: “Y luego dicen que no existe la divina providencia”.
Por cierto si todos siguiéramos esos consejos mejor nos iría.
Paco Molina


















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