MI VECINA MARISOL
Marcha fúnebre de Thalberg
Los que lean éste título y sean de Zamora, o tengan alguna relación con ella, sabrán inmediatamente que algo se va a cocer aquí hoy en lo que se refiere a la Semana Santa de esta ciudad y una vez que se han pasado los vapores y ardores de una de las semanas mas importantes de la ciudad.
Y empiezo por el final de lo que tenía pensado comentar porque La Marcha Fúnebre de Thalberg es lo que terminaron tarareando unos trescientos congregantes en la procesión del Viernes Santo por la mañana cuando iniciaron su vuelta de regreso hacia la Plaza Mayor. Y no fue una falta de respeto, como ya quisieron apuntar algunos de los responsables de la Cofradía, sino una protesta por las irregularidades y por la mala organización de ésta procesión. Habían pasado todos los pasos por la Plaza de Alemania y Calle de San Torcuato y quedaban descolgados esos cientos de congregantes sin imagen a la que acompañar. Mejor dicho, ya salieron así de las Tres Cruces, tras otro incidente con los encargados de retirar las vallas de protección antes de que terminaran de pasar los hermanos, en fila y con orden.
-Ha estado movida ésta Semana Santa en Zamora. Entre estos incidentes, las procesiones acortadas y las suspendidas por la lluvia, no han faltado cosas de las que hablar-, me dice mi vecina Marisol.
Y prosigue. –Bueno, ya empezó la cosa con la ubicación de la carpa (que ahora los entendidos se empeñan en llamar “construcción”) y con el plazo de terminación de la misma. Llegaron por los pelos. Tenía que salir la borriquita y casi se quedan sin pesebre, ella y el biche. Porque tiene guasa lo del Museo de Semana Santa. Llevamos más de dos años de retraso en la construcción del mismo. Hemos pasado por dos años de carpas provisionales y ahora una permanente para mínimo dos años mas. Que no se diga que en Zamora no nos gustan las carpas. Y los barbos-.
Es una chufla, evidentemente, pero no entiendo por qué razón andamos con subterfugios y no llamamos a las cosas por su nombre. Si en los dos años anteriores los pasos se refugiaron en una (unas) carpas no sé por qué ahora es una “construcción”.
-Cosas de los semanasanteros-, dice mi vecina, y continúa, -Lo mismo que las declaraciones de uno de los presidentes que dice que a Zamora sólo le queda ya la Semana Santa. Y entiendo que lo dice con la mejor de las intenciones, pero se ha cubierto de gloria. Si a Zamora sólo le queda la Semana Santa estamos absolutamente perdidos porque de eso no vamos a vivir. Y lo dice un presidente que lleva treinta años al frente de su Hermandad y se va ni con lejía-.
Yo creo que tiene razón, hay que dejar paso a otros y, si puede ser, más jóvenes que aportan nuevas ideas y, sobre todo, nueva formas de hacer las cosas.
-Efectivamente. Tenemos una Semana Santa única, singular, distinta y yo me atrevería a decir que mejor que otras, que muchas de las mas afamadas, pero no somos capaces de hacerle ver al resto del mundo lo que tenemos. Nuestros vecinos, por arriba, por abajo y por la derecha, nos están adelantando en cuanto a promoción y no tienen, en líneas generales, la plástica, la vistosidad y la imaginería, en calidad y cantidad que aquí tenemos.
Un ejemplo. En los próximos días, del 16 al 18 de Mayo, va a celebrarse una procesión magna en Roma con motivo del Jubileo de la Cofradías. Bien, no hay representación zamorana porque se pasó el plazo de solicitud de asistencia y nadie lo solicitó. Estaban en Babia, discutiendo si era carpa o construcción. Y nuestros vecinos de León allí van a estar-.
Habría sido una excelente ocasión para darnos a conocer en el mundo entero, tanto la Semana Santa como la ciudad. ¿Dónde estaban los semanasanteros y los responsables de turismo del municipio y la Diputación?. Pues eso, pensando si la atarjea del museo (dos años llevamos ya de retraso en el comienzo) debe ser visible o invisible.
-Esa es otra,- continúa Marisol, - el Museo de Semana Santa, del que ya hemos hablado aquí mas veces, va a su ritmo, es decir, lento. Como vamos sobrados de tiempo, pues ¡hala!, despacito y buena letra. Hemos empezado con dos años de retraso por la inexplicable contratación de un constructor, del que todo el mundo conocía sus fechorías anteriores, menos quien le contrató, parece ser. Y, claro, preparó la jugarreta otra vez y todos se quedaron como las vacas al tren. Dos años perdidos, tras el retraso inicial debido a la decisión (indecisión) a tomar e cuanto a proyecto, financiación y sobre todo gestión. ¿Quién va a gestionar después el Museo?. Pues aún no lo sabemos, ¡me cago en diez!. ¿Es posible?-.
-Ya, ya decía yo que estabas tardando en soltar algún improperio-, le contestó su amiga Concepción, ya sabéis, la eficiente funcionaria que nunca dice palabrotas.
-Pero, ¡cómo no voy a enfadarme si a estas alturas aún falta por gestionar lo que se llama la “musealización” y decidir cómo va a ser la gestión posterior!. Porque lo que queremos es que sea una gestión profesional, con gente preparada para recibir visitantes y dar las explicaciones pertinentes tanto en el ámbito meramente semanasantero como en el artístico. Eso debería estar más que pensado, resuelto. Y no lo está-.
Y se fueron ambas amigas a degustar las deliciosas rosquillas del Cristo de Morales, que son las fiestas.
Kebedo.
Los que lean éste título y sean de Zamora, o tengan alguna relación con ella, sabrán inmediatamente que algo se va a cocer aquí hoy en lo que se refiere a la Semana Santa de esta ciudad y una vez que se han pasado los vapores y ardores de una de las semanas mas importantes de la ciudad.
Y empiezo por el final de lo que tenía pensado comentar porque La Marcha Fúnebre de Thalberg es lo que terminaron tarareando unos trescientos congregantes en la procesión del Viernes Santo por la mañana cuando iniciaron su vuelta de regreso hacia la Plaza Mayor. Y no fue una falta de respeto, como ya quisieron apuntar algunos de los responsables de la Cofradía, sino una protesta por las irregularidades y por la mala organización de ésta procesión. Habían pasado todos los pasos por la Plaza de Alemania y Calle de San Torcuato y quedaban descolgados esos cientos de congregantes sin imagen a la que acompañar. Mejor dicho, ya salieron así de las Tres Cruces, tras otro incidente con los encargados de retirar las vallas de protección antes de que terminaran de pasar los hermanos, en fila y con orden.
-Ha estado movida ésta Semana Santa en Zamora. Entre estos incidentes, las procesiones acortadas y las suspendidas por la lluvia, no han faltado cosas de las que hablar-, me dice mi vecina Marisol.
Y prosigue. –Bueno, ya empezó la cosa con la ubicación de la carpa (que ahora los entendidos se empeñan en llamar “construcción”) y con el plazo de terminación de la misma. Llegaron por los pelos. Tenía que salir la borriquita y casi se quedan sin pesebre, ella y el biche. Porque tiene guasa lo del Museo de Semana Santa. Llevamos más de dos años de retraso en la construcción del mismo. Hemos pasado por dos años de carpas provisionales y ahora una permanente para mínimo dos años mas. Que no se diga que en Zamora no nos gustan las carpas. Y los barbos-.
Es una chufla, evidentemente, pero no entiendo por qué razón andamos con subterfugios y no llamamos a las cosas por su nombre. Si en los dos años anteriores los pasos se refugiaron en una (unas) carpas no sé por qué ahora es una “construcción”.
-Cosas de los semanasanteros-, dice mi vecina, y continúa, -Lo mismo que las declaraciones de uno de los presidentes que dice que a Zamora sólo le queda ya la Semana Santa. Y entiendo que lo dice con la mejor de las intenciones, pero se ha cubierto de gloria. Si a Zamora sólo le queda la Semana Santa estamos absolutamente perdidos porque de eso no vamos a vivir. Y lo dice un presidente que lleva treinta años al frente de su Hermandad y se va ni con lejía-.
Yo creo que tiene razón, hay que dejar paso a otros y, si puede ser, más jóvenes que aportan nuevas ideas y, sobre todo, nueva formas de hacer las cosas.
-Efectivamente. Tenemos una Semana Santa única, singular, distinta y yo me atrevería a decir que mejor que otras, que muchas de las mas afamadas, pero no somos capaces de hacerle ver al resto del mundo lo que tenemos. Nuestros vecinos, por arriba, por abajo y por la derecha, nos están adelantando en cuanto a promoción y no tienen, en líneas generales, la plástica, la vistosidad y la imaginería, en calidad y cantidad que aquí tenemos.
Un ejemplo. En los próximos días, del 16 al 18 de Mayo, va a celebrarse una procesión magna en Roma con motivo del Jubileo de la Cofradías. Bien, no hay representación zamorana porque se pasó el plazo de solicitud de asistencia y nadie lo solicitó. Estaban en Babia, discutiendo si era carpa o construcción. Y nuestros vecinos de León allí van a estar-.
Habría sido una excelente ocasión para darnos a conocer en el mundo entero, tanto la Semana Santa como la ciudad. ¿Dónde estaban los semanasanteros y los responsables de turismo del municipio y la Diputación?. Pues eso, pensando si la atarjea del museo (dos años llevamos ya de retraso en el comienzo) debe ser visible o invisible.
-Esa es otra,- continúa Marisol, - el Museo de Semana Santa, del que ya hemos hablado aquí mas veces, va a su ritmo, es decir, lento. Como vamos sobrados de tiempo, pues ¡hala!, despacito y buena letra. Hemos empezado con dos años de retraso por la inexplicable contratación de un constructor, del que todo el mundo conocía sus fechorías anteriores, menos quien le contrató, parece ser. Y, claro, preparó la jugarreta otra vez y todos se quedaron como las vacas al tren. Dos años perdidos, tras el retraso inicial debido a la decisión (indecisión) a tomar e cuanto a proyecto, financiación y sobre todo gestión. ¿Quién va a gestionar después el Museo?. Pues aún no lo sabemos, ¡me cago en diez!. ¿Es posible?-.
-Ya, ya decía yo que estabas tardando en soltar algún improperio-, le contestó su amiga Concepción, ya sabéis, la eficiente funcionaria que nunca dice palabrotas.
-Pero, ¡cómo no voy a enfadarme si a estas alturas aún falta por gestionar lo que se llama la “musealización” y decidir cómo va a ser la gestión posterior!. Porque lo que queremos es que sea una gestión profesional, con gente preparada para recibir visitantes y dar las explicaciones pertinentes tanto en el ámbito meramente semanasantero como en el artístico. Eso debería estar más que pensado, resuelto. Y no lo está-.
Y se fueron ambas amigas a degustar las deliciosas rosquillas del Cristo de Morales, que son las fiestas.
Kebedo.



















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