Mª Soledad Martín Turiño
Viernes, 09 de Mayo de 2025
ZAMORANA

Habemus Papam

[Img #98900]Con la elección del nuevo papa, León XIV, se abren también nuevas inquietudes en el seno de la iglesia; no en vano tiene un desmesurado poder sobre fieles y mandatarios de todo el mundo, pero también para cambiar el curso de la historia ¡esperemos que para bien!, modificando voluntades y generando profundos cambios sociales.

 

En una sociedad tan devaluada como ésta que nos ha tocado vivir, dominada por el poder, el desmedido consumo, el desprecio al otro, el egoísmo, o el dinero…y depreciados valores como la ética, el respeto, la tolerancia o la empatía, necesitamos un líder diferente a quien no le tiemble el pulso para defender la paz, abominar de las guerras, intentar acabar con el sufrimiento de las personas vulnerables, proteger a los débiles… en definitiva, nada que no tenga que ver con las enseñanzas de Jesucristo y es el papa, como su representante en la tierra, a quien le toca recordarlas al mundo.

 

Supongo que las intrigas intravaticanas serán feroces, existirán maquinaciones y complots maquiavélicos más allá de lo que imaginemos, que el nuevo papa (como hizo su antecesor Francisco), habrá de encarar con mano izquierda para conseguir el respeto y también la obediencia de aquellos que disientan de las líneas maestras que imponga.

 

Le deseo suerte en esta nueva tarea que ya empieza a acometer; tiene a su favor una gran preparación y la experiencia de haber desarrollado labores pastorales con gente necesitada en diferentes lugares de América Latina, lo que le hace especialmente sensible con los necesitados, y deberá velar para promover una fe que se está perdiendo precisamente con mayor intensidad en esa parte del mundo.

 

Como guía espiritual y líder de la iglesia católica, León XIV al igual que su antecesor, tendrá en su agenda retos importantes y delicados: el papel de la mujer en roles de liderazgo; erradicar los abusos sexuales que tanto daño han hecho con su encubrimiento durante años; crear una iglesia inclusiva, donde se acepte al diferente, normalizar la homosexualidad, los distintos tipos de relaciones de pareja, así como las comunidades LGTBI; o derribar la clara disensión entre progresistas y conservadores en el sector eclesiástico; además de ser un referente de intermediación en conflictos bélicos, velar por la justicia social y continuar en la senda de sensibilidad hacia los marginados que emprendió con acierto su antecesor en el cargo.

 

Son incontables los retos que el nuevo papa tiene por delante, pero cuenta con una edad razonable y tiempo para emprenderlos. Esperemos que sea un pontificado estable, y que el Espíritu Santo sea quien le ilumine, como han rogado todos los cardenales antes del cónclave para elegir con acierto.

 

Mª Soledad Martín Turiño

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