¿Quién nos roba el tiempo?

Eugenio-Jesús de Ávila

Se preguntaba Sabina, ha tiempo, en celebrada canción, aquello de ¿Quién me ha robado el mes de abril? Ignoro cuál fue el caco que le birló al cantautor jienense el cuarto mes del año. Sí sé que también a mí me robaron este mes de abril, agonizante y decadente, hijo de Eolo, de la acracia meteorológica y de la primavera rebelde, y el mes de marzo, de febrero, de enero…años y años, décadas.

En la vida hay un gran malhechor, carterista, atracador: Cronos, que nos quita el tiempo de la cartera cuando creíamos tenerlo a buen recaudo; que nos hiere envejeciéndonos, que nos asalta en cualquier espacio, sin tener en cuenta ni la hora, ni si somos felices o desdichados.

El tiempo juega con nosotros, porque es lo único que tenemos y no sabemos cuánto guardamos en el banco de la vida. Solo el amor derrota al tiempo. Afrodita vence a Cronos, porque los que amamos, aun sin ser amados, no miramos el reloj, ni nos damos cuenta de que tenemos una cana más y un cabello de menos, ni percibimos que nuestra piel muestre los surcos que abrió el tiempo.

Sé también que, si no amas, no vives, duras, y se envejece más deprisa. Y, como mi Dulcinea nunca me quiso, creé este periódico, El Día de Zamora, un barquito de papel, para navegar como Jasón, no buscando el Vellocino de Oro, sino a la mujer de mi vida. Y la hallé. Pero eligió que no le robase su tiempo. Se enamoró de Cronos que le concedió la belleza eterna.