
NUESTRA HISTORIA
Principio y fin de la Panera Social
En la mañana del 28 de junio del año 1922 se celebraba la solemne inauguración de la fábrica de harinas titulada "San Isidro" en un moderno edificio ubicado en la Avenida de la Feria. Todo un acontecimiento en aquella época de comienzos del siglo XX, del que se hacía eco la prensa local dedicándole una amplia reseña.
Después de elocuentes discursos del Presidente del Consejo de Administración y otros intervinientes, se reunieron más de cien comensales en un espléndido banquete que se celebró en el "Salón alto del Chalet de la Avenida de Requejo" (Entrecomillamos este dato porque el transcurso de los años dejan para el recuerdo aquel chalet).
En la nueva fábrica se celebraron animados bailes y al llegar la noche se quemaron fuegos artificiales y cientos de cohetes.
La Panera Social estuvo funcionando durante cerca de noventa años , hasta que el edificio pasó a la Hacienda pública que lo subastó. El nuevo propietario lo adquirió para levantar en su lugar un bloque de viviendas.
Aunque se produjeron reivindicaciones, clamando que se trataba de un inmueble representante del estilo arquitectónico del primer tercio del siglo XX, el Ayuntamiento dio licencia para su derribo y posterior edificación del nuevo bloque de viviendas.
El inmueble nunca estuvo catalogado como Edificio Protegido y menos aún como Bien de Interés Cultural (BIC).
De lo que fue la antigua fábrica de harinas "San Isidro", también conocida como Panera Social, no quedó más que el mural en azulejo que adornaba su fachada conteniendo las imágenes de San Isidro orando y el Ángel labrando, cuyo azulejado se conserva en el interior del nuevo inmueble a modo de recuerdo de la fábrica de harinas que allí hubo desde el año 1922.
Balbino Lozano
En la mañana del 28 de junio del año 1922 se celebraba la solemne inauguración de la fábrica de harinas titulada "San Isidro" en un moderno edificio ubicado en la Avenida de la Feria. Todo un acontecimiento en aquella época de comienzos del siglo XX, del que se hacía eco la prensa local dedicándole una amplia reseña.
Después de elocuentes discursos del Presidente del Consejo de Administración y otros intervinientes, se reunieron más de cien comensales en un espléndido banquete que se celebró en el "Salón alto del Chalet de la Avenida de Requejo" (Entrecomillamos este dato porque el transcurso de los años dejan para el recuerdo aquel chalet).
En la nueva fábrica se celebraron animados bailes y al llegar la noche se quemaron fuegos artificiales y cientos de cohetes.
La Panera Social estuvo funcionando durante cerca de noventa años , hasta que el edificio pasó a la Hacienda pública que lo subastó. El nuevo propietario lo adquirió para levantar en su lugar un bloque de viviendas.
Aunque se produjeron reivindicaciones, clamando que se trataba de un inmueble representante del estilo arquitectónico del primer tercio del siglo XX, el Ayuntamiento dio licencia para su derribo y posterior edificación del nuevo bloque de viviendas.
El inmueble nunca estuvo catalogado como Edificio Protegido y menos aún como Bien de Interés Cultural (BIC).
De lo que fue la antigua fábrica de harinas "San Isidro", también conocida como Panera Social, no quedó más que el mural en azulejo que adornaba su fachada conteniendo las imágenes de San Isidro orando y el Ángel labrando, cuyo azulejado se conserva en el interior del nuevo inmueble a modo de recuerdo de la fábrica de harinas que allí hubo desde el año 1922.
Balbino Lozano
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