Personajes de antaño: los lecheros

El oficio de lechero, mejor que clasificarlo como vendedor ambulante podríamos decir que eran personas que se dedicaban al servicio domiciliario de la LECHE. La mayoría eran ganaderos que vendían la producción de LECHE que ellos mismos ordeñaban. Aquel  lechero ambulante que servía la LECHE a domicilio, primero con los cántaros metidos en los serones o aguaderas a lomos de un burro, luego en bicicletas dotadas con el mismo accesorio de serones o alforjas, mas tarde en furgonetas, no puede subsistir al día de hoy y tiene que ceder su producción como ganadero a las cooperativas o centrales lecheras para que el producto salga a la venta con las debidas garantías de higiene.

Como la LECHE es un producto básico en la alimentación humana,  salvo excepciones, las autoridades sanitarias siempre han dictado normas de obligado cumplimiento para el control de su calidad e higiene. La vigilancia para que dichas normas se cumplan corresponde a los Ayuntamientos.  Para ejercer esta competencia los Alcaldes disponen de los Agentes de su autoridad y de veterinarios que emiten su informe facultativo mediante las pruebas de laboratorio oportunas.

Antiguamente, en Zamora había Guardias especializados para la vigilancia y control de la venta domiciliaria de la LECHE;  estos Guardias iban dotados de una cartera y un maletín  donde llevaban los adminículos para hacer su trabajo: un lactodensímetro, con el que probaban in situ la  calidad principal del producto, su densidad en grasa, frascos para la recogida de muestras en caso de sospecha de adulteración para enviar al laboratorio y documentación para levantar acta de su actuación o efectuar la correspondiente denuncia. Cuando era tan evidente que la LECHE estaba muy aguada, además de la oportuna denuncia se le decomisaba la mercancía y sus envases, y algunas veces eran  los Policías más expeditivos y obligaban al lechero a arrojar  la "leche" a  la primera alcantarilla que encontraban a mano.

Cada familia tenía su lechero de confianza para que le sirviera la LECHE a domicilio.   En tiempos de la Guerra Civil  y varios años después, el señor Manolo era nuestro lechero;  tenía un rebaño de cabras en el pago de Valdelaloba y cada mañana venía a casa a traernos la LECHE recién ordeñada que a nosotros nos  parecía muy buena por la abundante nata que hacía al cocerla. Cuando el señor Manolo comenzó a encontrar dificultades  para la venta domiciliaria de la LECHE, bien porque cada día se le presionaba mas con los controles sanitarios, bien porque la competencia era cada vez más numerosa, decidió dejar las cabras, dejar de vender  LECHE y se metió a Guarda del Campo. En mi casa había que continuar bebiendo LECHE  y  fueron otros los que nos  siguieron sirviendo  a domicilio.

Es justo que las normas sanitarias para la venta de productos de primera necesidad sean cada día más eficientes, por lo que hace ya bastantes años que se prohíbe la venta en recipientes abiertos y a domicilio.  Aunque los lecheros quisieran tener muy limpios los recipientes en que transportaban la LECHE  y utilizar los aparatos de medida (generalmente el medio cuartillo) adecuadamente, no podrían ir de casa en casa manteniéndose  dentro de la ley.  Ahora,  con la creación de las centrales lecheras y el proceso de pasteurización a que se somete la LECHE , con su posterior envasado mecánico y hermético creo que se guardan las debidas garantías en defensa de la sanidad alimentaria.               

Balbino Lozano