IDA Y VUELTA
Para qué sirve un hermano
Laura Fernández Salvador
![[Img #99325]](https://eldiadezamora.es/upload/images/05_2025/1927_laura.jpg)
Hace bastantes años, mínimo 10, regalé a mi hermano por su cumpleaños un librillo creado por mí que titulé así: “¿Para qué sirve un hermano?”. Era muy sencillo, en cada página ponía una frase corta ironizando sobre nuestra relación, y lo acompañaba de una ilustración. Todo estaba escrito en un tono de humor sarcástico, tipo, “para que tus padres le compren un coche a él y a ti no”.
Lo especial de ese regalo era que muchas de esas frases solo las entendíamos nosotros dos. Estaba escrito en nuestro idioma, con nuestras reglas, y nuestra manera de comunicarnos.
Y es que entre hermanos hay un lenguaje diferente. Pocas cosas son comparables con las que vives con tu hermano o hermanos. Con ellos compartes casa en la infancia, seguramente la época más importante de tu vida, o al menos la que te forma y te condiciona para el resto.
Con ellos, eres testigo de cómo actúan tus padres frente a los contratiempos y conocéis juntos la realidad de cómo es tu familia, sin máscaras ni actuaciones políticamente correctas.
Con ellos, eres tú, en tu manera más primitiva. Y ellos son ellos, sin maquillaje alguno.
Con los hermanos sucede el hecho especial de la confianza plena, esa que “da asco”, y por la que permites que un enfado pueda desencadenar en unas palabras hirientes y en unas formas desmedidas, a las que a nadie más consentirías. Sin embargo, puede pasar mucho tiempo, pero a un hermano lo perdonas. Y sois capaces de retomar vuestra relación tal cual era, volver al punto inicial. Con cualquier otra persona eso sería muy difícil, por no decir imposible.
Curiosas las relaciones entre hermanos…
Y, volviendo al inicio, todavía recuerdo a mi hermano leyendo el librillo en la comida de su celebración y llorando de la risa. Una imagen que espero me acompañe mucho tiempo y ojalá pueda volver a revivir.
Y, si lo tuviera que escribir de nuevo hoy, añadiría unas cuantas frases más. Y solo las entenderíamos nosotros.
Un hermano sirve para saber realmente lo que es la rabia.
Un hermano sirve para acordarte de que Hacienda somos todos.
Un hermano sirve para acabar robándote la casa que tus padres hicieron para ti.
Y es que mi hermano sirve para muchas cosas: buenas, malas, e inesperadas, una lista que crece día a día y que espero no acabar nunca.
![[Img #99325]](https://eldiadezamora.es/upload/images/05_2025/1927_laura.jpg)
Hace bastantes años, mínimo 10, regalé a mi hermano por su cumpleaños un librillo creado por mí que titulé así: “¿Para qué sirve un hermano?”. Era muy sencillo, en cada página ponía una frase corta ironizando sobre nuestra relación, y lo acompañaba de una ilustración. Todo estaba escrito en un tono de humor sarcástico, tipo, “para que tus padres le compren un coche a él y a ti no”.
Lo especial de ese regalo era que muchas de esas frases solo las entendíamos nosotros dos. Estaba escrito en nuestro idioma, con nuestras reglas, y nuestra manera de comunicarnos.
Y es que entre hermanos hay un lenguaje diferente. Pocas cosas son comparables con las que vives con tu hermano o hermanos. Con ellos compartes casa en la infancia, seguramente la época más importante de tu vida, o al menos la que te forma y te condiciona para el resto.
Con ellos, eres testigo de cómo actúan tus padres frente a los contratiempos y conocéis juntos la realidad de cómo es tu familia, sin máscaras ni actuaciones políticamente correctas.
Con ellos, eres tú, en tu manera más primitiva. Y ellos son ellos, sin maquillaje alguno.
Con los hermanos sucede el hecho especial de la confianza plena, esa que “da asco”, y por la que permites que un enfado pueda desencadenar en unas palabras hirientes y en unas formas desmedidas, a las que a nadie más consentirías. Sin embargo, puede pasar mucho tiempo, pero a un hermano lo perdonas. Y sois capaces de retomar vuestra relación tal cual era, volver al punto inicial. Con cualquier otra persona eso sería muy difícil, por no decir imposible.
Curiosas las relaciones entre hermanos…
Y, volviendo al inicio, todavía recuerdo a mi hermano leyendo el librillo en la comida de su celebración y llorando de la risa. Una imagen que espero me acompañe mucho tiempo y ojalá pueda volver a revivir.
Y, si lo tuviera que escribir de nuevo hoy, añadiría unas cuantas frases más. Y solo las entenderíamos nosotros.
Un hermano sirve para saber realmente lo que es la rabia.
Un hermano sirve para acordarte de que Hacienda somos todos.
Un hermano sirve para acabar robándote la casa que tus padres hicieron para ti.
Y es que mi hermano sirve para muchas cosas: buenas, malas, e inesperadas, una lista que crece día a día y que espero no acabar nunca.





















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