EL BECARIO TARDIO
Media vida en tren
Esteban Pedrosa
![[Img #99326]](https://eldiadezamora.es/upload/images/05_2025/1178_pedrosa.jpg)
Muy lejos queda aquel eslogan: “Papá, ven en tren”, que hoy queda como una frase hecha más, máxime en esta España vaciada y viciada por el sinsentido y prisas mal entendidas para llegar antes- que diría Kapuscinski- a ninguna parte.
Primero fue Felipe González -el “Isidoro” del franquismo- quien fue echando a los papás y demás usuarios de los trenes, dejando a Zamora sin una fuente de ingresos, que aceleró el estado en el que nos hallamos actualmente y ello sin contar el cierre del cuartel Viriato y la prisión provincial.
Ahora, cuando parecía que nos enganchábamos al progreso gracias al AVE, resulta que depende de la estación o apeadero para ser de primera o de segunda o, simplemente, no existir para llegar a Vigo 15 minutos antes y la humillación de recordarnos nuestra condición de espacio vaciado y el número de pasajeros que no hace viable la explotación ferroviaria. La Zamora contemporánea se levantó una sola vez contra su destino con el cierre del recinto militar y cambió mili por carreras universitarias, que no está nada mal, aunque falten más atribuciones y demasiada dependencia de Salamanca.
Aquel movimiento ciudadano viene a decirnos que está bien votar cada 4 años, pero el periodo entre las urnas no debe ser de brazos cruzados y, cuando votamos, deberíamos castigar a los partidos que dependen de Madrid, con diputados genuflexos ante sus jefes nacionales, que nos han demostrados, año tras año -y ya son unos cuantos- que solo están por la labor de mantener el cargo y hacer el menos ruido posible. Otra cosa sería, lamentablemente, encontrar a ese político o partido que aglutine los sentimientos de una ciudad demasiado esquilmada…
Cuando escribo de asuntos ferroviarios, recuerdo al niño que fui y tantos años usando ese medio de transporte, por ser mi padre trabajador de Renfe y el coste cero de los viajes, igual que recuerdo la de Zamora como una estación abierta, con circulación libre por sus andenes, bien para recibir, bien para despedir al viajero familiar o amigo o, simplemente, para pasear…
Hoy, ni eso, y Adif o Renfe nos niegan el acceso a un espacio público, dejando andenes vacíos, donde antes se hacían visibles los pañuelos de las despedidas.
![[Img #99326]](https://eldiadezamora.es/upload/images/05_2025/1178_pedrosa.jpg)
Muy lejos queda aquel eslogan: “Papá, ven en tren”, que hoy queda como una frase hecha más, máxime en esta España vaciada y viciada por el sinsentido y prisas mal entendidas para llegar antes- que diría Kapuscinski- a ninguna parte.
Primero fue Felipe González -el “Isidoro” del franquismo- quien fue echando a los papás y demás usuarios de los trenes, dejando a Zamora sin una fuente de ingresos, que aceleró el estado en el que nos hallamos actualmente y ello sin contar el cierre del cuartel Viriato y la prisión provincial.
Ahora, cuando parecía que nos enganchábamos al progreso gracias al AVE, resulta que depende de la estación o apeadero para ser de primera o de segunda o, simplemente, no existir para llegar a Vigo 15 minutos antes y la humillación de recordarnos nuestra condición de espacio vaciado y el número de pasajeros que no hace viable la explotación ferroviaria. La Zamora contemporánea se levantó una sola vez contra su destino con el cierre del recinto militar y cambió mili por carreras universitarias, que no está nada mal, aunque falten más atribuciones y demasiada dependencia de Salamanca.
Aquel movimiento ciudadano viene a decirnos que está bien votar cada 4 años, pero el periodo entre las urnas no debe ser de brazos cruzados y, cuando votamos, deberíamos castigar a los partidos que dependen de Madrid, con diputados genuflexos ante sus jefes nacionales, que nos han demostrados, año tras año -y ya son unos cuantos- que solo están por la labor de mantener el cargo y hacer el menos ruido posible. Otra cosa sería, lamentablemente, encontrar a ese político o partido que aglutine los sentimientos de una ciudad demasiado esquilmada…
Cuando escribo de asuntos ferroviarios, recuerdo al niño que fui y tantos años usando ese medio de transporte, por ser mi padre trabajador de Renfe y el coste cero de los viajes, igual que recuerdo la de Zamora como una estación abierta, con circulación libre por sus andenes, bien para recibir, bien para despedir al viajero familiar o amigo o, simplemente, para pasear…
Hoy, ni eso, y Adif o Renfe nos niegan el acceso a un espacio público, dejando andenes vacíos, donde antes se hacían visibles los pañuelos de las despedidas.



















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