
APICULTURA
"Las Obreras de Aliste" logran el oro en Londres
La miel de Aliste vuelve a conquistar el mundo desde Gallegos del Campo (Zamora)
Desde el corazón de la comarca de Aliste, la pequeña empresa familiar Las Obreras de Aliste ha vuelto a poner a Zamora en el mapa mundial al alzarse con la medalla de oro en los Mediterranean Taste Awards 2025, celebrados la pasada semana en Londres. Este reconocimiento internacional se suma a una ya extensa lista de premios obtenidos en certámenes de calidad alimentaria en Singapur, Atenas, Dublín, Londres, y Carolina del Norte, consolidando así la excelencia de una miel que nace de la tradición, el esfuerzo y el amor por una tierra singular.
Sin embargo, este logro trasciende el sabor.
Es también un homenaje lleno de emoción al alma fundadora del proyecto, Guillermo Díez, quien falleció hace apenas dos años. Su pasión por la apicultura y por su pueblo, Gallegos del Campo, fue el motor que dio vida a esta empresa que no solo produce miel, sino también identidad y orgullo rural. Tras su pérdida, el futuro parecía incierto. Pero el espíritu de Guillermo ha seguido vivo gracias a la determinación de Mario Dosuna, joven emprendedor que tomó el relevo a finales del año pasado, arropado también por su familia y amigos.
Hoy, ese sueño continúa. Y lo hace con la misma vocación de siempre: producir una miel pura, ética y sostenible, bajo los más estrictos controles de calidad, desde las colmenas hasta el tarro. Las Obreras de Aliste fue la primera empresa apícola de Castilla y León que registró su Huella de Carbono en el Ministerio para la Transición Ecológica. La miel que ahora brilla en los paladares más exigentes del mundo procede íntegramente de sus propios apiarios, ubicados en un entorno de alta biodiversidad. Está supervisada por técnicos especializados, analizada en laboratorio y elaborada en una nave extractora diseñada bajo criterios de calidad y respeto al medio ambiente. Pero su esencia es aún más profunda: es un producto con alma rural, que lleva el nombre de su tierra con dignidad y propósito.
Más allá de su excelencia gastronómica, Las Obreras de Aliste representa un proyecto de compromiso con su comunidad. Una promesa que se materializa en colaboraciones con colegios, institutos, centros de mayores, asociaciones de apicultores y sumilleres, tanto en España como en Portugal.
Hoy, el oro conseguido en Londres no es solo un reconocimiento al sabor. Es, sobre todo, una medalla al esfuerzo colectivo, al amor por la tierra, y al legado de quien soñó con hacer de un pequeño rincón de Zamora un referente de apicultura sostenible y calidad artesana: Guillermo vive en cada abeja, en cada flor, en cada gota de miel. Y este oro es suyo, de Mario, su continuador, y de todos los pequeños apicultores artesanales de Aliste y su provincia.
Desde el corazón de la comarca de Aliste, la pequeña empresa familiar Las Obreras de Aliste ha vuelto a poner a Zamora en el mapa mundial al alzarse con la medalla de oro en los Mediterranean Taste Awards 2025, celebrados la pasada semana en Londres. Este reconocimiento internacional se suma a una ya extensa lista de premios obtenidos en certámenes de calidad alimentaria en Singapur, Atenas, Dublín, Londres, y Carolina del Norte, consolidando así la excelencia de una miel que nace de la tradición, el esfuerzo y el amor por una tierra singular.
Sin embargo, este logro trasciende el sabor.
Es también un homenaje lleno de emoción al alma fundadora del proyecto, Guillermo Díez, quien falleció hace apenas dos años. Su pasión por la apicultura y por su pueblo, Gallegos del Campo, fue el motor que dio vida a esta empresa que no solo produce miel, sino también identidad y orgullo rural. Tras su pérdida, el futuro parecía incierto. Pero el espíritu de Guillermo ha seguido vivo gracias a la determinación de Mario Dosuna, joven emprendedor que tomó el relevo a finales del año pasado, arropado también por su familia y amigos.
Hoy, ese sueño continúa. Y lo hace con la misma vocación de siempre: producir una miel pura, ética y sostenible, bajo los más estrictos controles de calidad, desde las colmenas hasta el tarro. Las Obreras de Aliste fue la primera empresa apícola de Castilla y León que registró su Huella de Carbono en el Ministerio para la Transición Ecológica. La miel que ahora brilla en los paladares más exigentes del mundo procede íntegramente de sus propios apiarios, ubicados en un entorno de alta biodiversidad. Está supervisada por técnicos especializados, analizada en laboratorio y elaborada en una nave extractora diseñada bajo criterios de calidad y respeto al medio ambiente. Pero su esencia es aún más profunda: es un producto con alma rural, que lleva el nombre de su tierra con dignidad y propósito.
Más allá de su excelencia gastronómica, Las Obreras de Aliste representa un proyecto de compromiso con su comunidad. Una promesa que se materializa en colaboraciones con colegios, institutos, centros de mayores, asociaciones de apicultores y sumilleres, tanto en España como en Portugal.
Hoy, el oro conseguido en Londres no es solo un reconocimiento al sabor. Es, sobre todo, una medalla al esfuerzo colectivo, al amor por la tierra, y al legado de quien soñó con hacer de un pequeño rincón de Zamora un referente de apicultura sostenible y calidad artesana: Guillermo vive en cada abeja, en cada flor, en cada gota de miel. Y este oro es suyo, de Mario, su continuador, y de todos los pequeños apicultores artesanales de Aliste y su provincia.
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