NOTAS DEL PENSAMIENTO
Ciclo político con fantasma
José Antonio Ávila López
![[Img #99442]](https://eldiadezamora.es/upload/images/06_2025/980_6035_1797_797_3617_3597_266_1758_5877_8071_8771_2765_5527_9183_8528_239_8209_6877_3755_9091_1998_4810_7036_9924_1363_jose-antonio-avila-lopez.jpg)
Un fantasma recorre el ciclo político español: el fantasma del foralismo. La alianza del gobierno de Pedro Sánchez con los nacionalismos periféricos ha acabado abriendo el melón que irónicamente dio el pistoletazo de salida al procés catalán : el concierto económico. Para entender el asunto hay que remontarse mucho más atrás, a 1878, cuando el gobierno de Cánovas estableció con País Vasco y Navarra un concierto económico que les permitiría recaudar sus propios impuestos : éste era el precio a pagar por una paz social que había costado la friolera de tres guerras carlistas. Esta misma fórmula, que en Navarra y Álava se mantuvo incluso en el franquismo, fue propuesta por Suárez a Pujol para Cataluña durante la Transición, la cual rechazó bajo un mantra muy claro : si no recaudamos nuestros impuestos siempre habrá un tercero al que echarle la culpa. El procés cambió el discurso pero, ahora que va muriendo, en vez de funeral tenemos constantemente debate en el Congreso. Hemos de tener en cuenta que lo que parece una cesión a un partido que piensa que su territorio no debería ser solidario con nadie, es decir, una defensa excelsa de su particularismo, el Presidente Sánchez intentará siempre reconducirlo hacia un nuevo federalismo. A raíz de las polémicas declaraciones hace un tiempo del Gobierno de España, comparando el concierto catalán con las ayudas contra el despoblamiento que recibe Teruel, el agravio territorial parece alcanzar nuevas cuotas. ¿Qué tiene que ver dar más dinero a una región rica y dinámica con ayudar a un territorio convaleciente? Nunca celebraré que cada región de este país tenga más autonomía en la gestión de sus recursos, y la razón es que jamás solucionarán el problema de la insolidaridad entre regiones, es decir, los desequilibrios territoriales de las estructuras económicas. ¿Qué Estado hace falta? Un Estado que no sea árbitro en las guerras entre autonomías, un Estado que trate a todas las regiones por igual.
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Un fantasma recorre el ciclo político español: el fantasma del foralismo. La alianza del gobierno de Pedro Sánchez con los nacionalismos periféricos ha acabado abriendo el melón que irónicamente dio el pistoletazo de salida al procés catalán : el concierto económico. Para entender el asunto hay que remontarse mucho más atrás, a 1878, cuando el gobierno de Cánovas estableció con País Vasco y Navarra un concierto económico que les permitiría recaudar sus propios impuestos : éste era el precio a pagar por una paz social que había costado la friolera de tres guerras carlistas. Esta misma fórmula, que en Navarra y Álava se mantuvo incluso en el franquismo, fue propuesta por Suárez a Pujol para Cataluña durante la Transición, la cual rechazó bajo un mantra muy claro : si no recaudamos nuestros impuestos siempre habrá un tercero al que echarle la culpa. El procés cambió el discurso pero, ahora que va muriendo, en vez de funeral tenemos constantemente debate en el Congreso. Hemos de tener en cuenta que lo que parece una cesión a un partido que piensa que su territorio no debería ser solidario con nadie, es decir, una defensa excelsa de su particularismo, el Presidente Sánchez intentará siempre reconducirlo hacia un nuevo federalismo. A raíz de las polémicas declaraciones hace un tiempo del Gobierno de España, comparando el concierto catalán con las ayudas contra el despoblamiento que recibe Teruel, el agravio territorial parece alcanzar nuevas cuotas. ¿Qué tiene que ver dar más dinero a una región rica y dinámica con ayudar a un territorio convaleciente? Nunca celebraré que cada región de este país tenga más autonomía en la gestión de sus recursos, y la razón es que jamás solucionarán el problema de la insolidaridad entre regiones, es decir, los desequilibrios territoriales de las estructuras económicas. ¿Qué Estado hace falta? Un Estado que no sea árbitro en las guerras entre autonomías, un Estado que trate a todas las regiones por igual.


















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