Ilia Galán Díez
Viernes, 13 de Junio de 2025
CORRUPCIÓN

Desprestigio: España y Europa

[Img #99723]Gritaban como energúmenos en el Parlamento. Eran sus señorías el ejemplo del antiejemplo, como también lo es el gobierno del desgobierno. Tenían razón en pedir cuentas ante los abusos, ante la evidencia, indecorosa, vergonzosa, obscena, de contemplar en una democracia cómo se burlan de todos quienes pretenden cuidarnos. Menos razonables fueron mirando solo en una dirección. Los dos grandes partidos españoles, tanto PP como PSOE -engrudo PPSOE-, cuentan con un buen número de implicados en variados tipos de corrupción.

 

Dada la débil naturaleza humana no es extraño que algunos poderosos se excedan, pero también es natural ponerles límites: castigarlos. Los escándalos son noticia y no es nuevo que algunos gobernantes, nuestros supuestos representantes, se llenen los bolsillos traicionándonos. En otros tiempos eran ejecutados, ahorcados, decapitados; ahora unos a otros se indultan. Los grandes partidos políticos padecen la misma enfermedad. No hace falta el cadalso, pero sí serían oportunas penas mucho más severas para quienes traicionaron a nuestro país: además de devolver los dineros, que paguen con sus propiedades el triple. Incluso cabría imponerles trabajos forzados, para compensar a la sociedad a la que estafaron: barriendo con un pijama a rayas blancas y negras, como los Danton, y con una bola con cadenas en el centro de nuestras grandes ciudades, sujetos al general y merecido escarnio.

 

En esta semana, el 12 de junio, se cumplen 40 años de la firma del Tratado de Adhesión de España a las Comunidades Europeas –hoy, Unión Europea–.  La integración real se hizo a partir de 1986 y supuso un enorme salto en la modernización de nuestras estructuras y el bienestar general de España, que creció de un modo notable. Ahora surgen cada vez más críticas, algunas en Vox, como entre los húngaros y algunos grupos italianos, contra las instituciones de la Unión Europea. Es cierto que la monstruosa burocratización, la enorme cantidad de funcionarios, máquinas reproductoras de leyes, muchas veces inútiles, están provocando un colapso cada vez mayor en muchos campos de la vida de los países miembros. Algunas instituciones europeas deberían reducirse o revisarse. Pero miremos con los grandes ojos de la historia: nunca hubo un periodo tan largo, pacífico y próspero para Europa como el de las últimas décadas: tantas sin guerras entre Francia, España, Italia, Alemania, Austria, Inglaterra... Parece un milagro cuando, sin embargo, es lo más sensato. Estar luego en la Unión Europea ayudó mucho, a nuestra moneda, a no caer en la gran crisis de comienzos del milenio, la misma que hizo tener que rescatar a Grecia del abismo, como también fue inestimable su apoyo económico después de la pandemia del covid y lo es para tener cierto control de nuestro gobierno y oposición. Vivimos en una unión de pueblos que sigue siendo próspera, pese a sus numerosos defectos, y sería peor desmantelarla que desmantelarnos.

Ilia Galán Díez

Catedrático de Estética y Teoría de las Artes
Humanidades: Geografía, Historia y Arte
Universidad Carlos III de Madrid

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