DÍA DE LA PROVINCIA
El Día de una Provincia, depauperada, olvidada y castigada por el poder
Eugenio-Jesús de Ávila
En el inicio de la democracia, allá por la lejana primavera de 1977 (15 de junio), Zamora contaba con casi un cuarto de millón de habitantes, para ser exacto, con 241.210, casi medio siglo después, 48 años más tarde, vivimos en esta nuestra amada provincia unas 165.000 personas. Por lo tanto, con una simple operación aritmética caemos en la cuenta que, desde que nos dieron esta democracia de cartón piedra, la geografía zamorana tiene unos 75.000 habitantes menos. Perfecto. Añado, además, que somos la provincia más avejentada de España y la última también en actividad económica.
Viene esto a cuento de que hoy, 14 de junio, se celebró en Villarrín de Campos, el Día de la Provincia, de una tierra depauperada, olvidada y castigada por el poder, actos que viene celebrando la Diputación todos los años desde hace mucho tiempo. Desde que se inició esta fiesta de los zamoranos, por lo que he contado en el primer párrafo, cada celebración cuenta con cientos de zamoranos menos. Y esto no lo para nadie. Solo el Estado, pero al ejecutivo de Sánchez le preocupan más otros asuntos relacionados con cosas de escasa importancia.
No obstante, el presidente de la Junta, Mañueco, afirmó hoy, en su discurso, que esta provincia es una tierra de oportunidades, cohesión y futuro. El político charro parece hombre optimista. ¡Ve a Zamora con futuro! Si aquí somos tantos mayores que ya tenemos más pasado que tiempo por vivir. Mencionó lo del Polígono Industrial de Monfarracinos, inversión del ejecutivo de Castilla y León, y también lo de Monte la Reina, cosa de Sánchez, promesa realizada cuando el actual presidente, el político cándido por antonomasia, se iniciaba en la gobernanza de España, ha tiempo, y que todavía no funciona.
En verdad, sin gente hay poco que hacer para asir el futuro, para reactivar la economía, para rejuvenecer la población. Los zamoranos, en edad de forjar familias, no están por la labor de contraer matrimonio, civiles o como Dios manda, y menos con aquello que sucedió siempre en España, traer hijos, muchos, al mundo. Sacar adelante una familia exige enormes responsabilidades, aquellas de las que carece Sánchez por los nombramientos de Ábalos y Cerdán. Es una persona tan bondadosa este presidente que ha pensado siempre, como Summers en su primera película, que “To er mundo e güeno”.
Mañueco, presidente optimista donde los haya -tan distinto a mi carácter, realista racional, nunca pesimista- debería aparecer más por Zamora para levantarnos la moral con eso de que somos una tierra de desarrollo y futuro. Como me lo acabe por creer, cualquier día de estos pienso que vivo en el Edén, que estoy hecho un chaval y que, a no tardar, Mónica Bellucci dejará a Tim Burton por un servidor, porque soy más guapo y huelo mejor y, además, porto mejor el sombrero.
Solo sé que en el año 2033 las provincias españolas cumplirán dos siglos desde su última formación. Por lo tanto, dentro de ocho años, de seguir la despoblación como durante todo el periodo democrático, Zamora contará con unos 155.000 habitantes o menos. Quizá, los políticos se plantearán entonces un nuevo mapa administrativo de las actuales provincias españoles y piensen, verbigracia, que la nuestra debería desaparecer para pasar a formar parte de León, Valladolid y Salamanca. Se ahorrarían funcionarios y servicios. Somos tan pocos que ya no damos ni pena. Y, como los politicastros se ríen de nosotros, como ha sucedido con las paradas del AVE en Sanabria, nadie protestará. Zamora pasará a ser memoria, ucronía, provincia desierto, ciudad, su capital, museo del Arte Románico y modernismo, y preparada para recibir a todos los ancianos posibles en sus confortables residencias de la tercera edad.
Por cierto, no ha caído en la cuenta que, históricamente, que a Zamora nadie nos vino a dar nada, solo a quitarnos lo poco que teníamos. Gentes dóciles y domesticadas, antítesis del carácter de Viriato, de Bellido Dolfos, Arias Gonzalo y sus hijos, viajamos hacia el tiempo pretérito, porque no sabemos conjugar el futuro.
Eugenio-Jesús de Ávila
En el inicio de la democracia, allá por la lejana primavera de 1977 (15 de junio), Zamora contaba con casi un cuarto de millón de habitantes, para ser exacto, con 241.210, casi medio siglo después, 48 años más tarde, vivimos en esta nuestra amada provincia unas 165.000 personas. Por lo tanto, con una simple operación aritmética caemos en la cuenta que, desde que nos dieron esta democracia de cartón piedra, la geografía zamorana tiene unos 75.000 habitantes menos. Perfecto. Añado, además, que somos la provincia más avejentada de España y la última también en actividad económica.
Viene esto a cuento de que hoy, 14 de junio, se celebró en Villarrín de Campos, el Día de la Provincia, de una tierra depauperada, olvidada y castigada por el poder, actos que viene celebrando la Diputación todos los años desde hace mucho tiempo. Desde que se inició esta fiesta de los zamoranos, por lo que he contado en el primer párrafo, cada celebración cuenta con cientos de zamoranos menos. Y esto no lo para nadie. Solo el Estado, pero al ejecutivo de Sánchez le preocupan más otros asuntos relacionados con cosas de escasa importancia.
No obstante, el presidente de la Junta, Mañueco, afirmó hoy, en su discurso, que esta provincia es una tierra de oportunidades, cohesión y futuro. El político charro parece hombre optimista. ¡Ve a Zamora con futuro! Si aquí somos tantos mayores que ya tenemos más pasado que tiempo por vivir. Mencionó lo del Polígono Industrial de Monfarracinos, inversión del ejecutivo de Castilla y León, y también lo de Monte la Reina, cosa de Sánchez, promesa realizada cuando el actual presidente, el político cándido por antonomasia, se iniciaba en la gobernanza de España, ha tiempo, y que todavía no funciona.
En verdad, sin gente hay poco que hacer para asir el futuro, para reactivar la economía, para rejuvenecer la población. Los zamoranos, en edad de forjar familias, no están por la labor de contraer matrimonio, civiles o como Dios manda, y menos con aquello que sucedió siempre en España, traer hijos, muchos, al mundo. Sacar adelante una familia exige enormes responsabilidades, aquellas de las que carece Sánchez por los nombramientos de Ábalos y Cerdán. Es una persona tan bondadosa este presidente que ha pensado siempre, como Summers en su primera película, que “To er mundo e güeno”.
Mañueco, presidente optimista donde los haya -tan distinto a mi carácter, realista racional, nunca pesimista- debería aparecer más por Zamora para levantarnos la moral con eso de que somos una tierra de desarrollo y futuro. Como me lo acabe por creer, cualquier día de estos pienso que vivo en el Edén, que estoy hecho un chaval y que, a no tardar, Mónica Bellucci dejará a Tim Burton por un servidor, porque soy más guapo y huelo mejor y, además, porto mejor el sombrero.
Solo sé que en el año 2033 las provincias españolas cumplirán dos siglos desde su última formación. Por lo tanto, dentro de ocho años, de seguir la despoblación como durante todo el periodo democrático, Zamora contará con unos 155.000 habitantes o menos. Quizá, los políticos se plantearán entonces un nuevo mapa administrativo de las actuales provincias españoles y piensen, verbigracia, que la nuestra debería desaparecer para pasar a formar parte de León, Valladolid y Salamanca. Se ahorrarían funcionarios y servicios. Somos tan pocos que ya no damos ni pena. Y, como los politicastros se ríen de nosotros, como ha sucedido con las paradas del AVE en Sanabria, nadie protestará. Zamora pasará a ser memoria, ucronía, provincia desierto, ciudad, su capital, museo del Arte Románico y modernismo, y preparada para recibir a todos los ancianos posibles en sus confortables residencias de la tercera edad.
Por cierto, no ha caído en la cuenta que, históricamente, que a Zamora nadie nos vino a dar nada, solo a quitarnos lo poco que teníamos. Gentes dóciles y domesticadas, antítesis del carácter de Viriato, de Bellido Dolfos, Arias Gonzalo y sus hijos, viajamos hacia el tiempo pretérito, porque no sabemos conjugar el futuro.




















Normas de participación
Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.
La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad
Normas de Participación
Política de privacidad
Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.110